La quemaz¨®n
Es preciso un acuerdo entre pol¨ªticos honestos que nos ayuden a situarnos ante la siguiente pregunta: ?Podremos vivir con seis grados m¨¢s?
Si educas a un hijo con esp¨ªritu cr¨ªtico es posible que ese hijo o esa hija acabe educ¨¢ndote a ti en aspectos sobre los que hab¨ªas reflexionado poco. Dentro del pensamiento de izquierda no se inclu¨ªan los activismos que han sacudido el panorama pol¨ªtico en la ¨²ltima d¨¦cada; en esos movimientos sobrevenidos muchos depositamos esperanzas. El atraso que hab¨ªa en Espa?a en cuanto a conciencia medioambiental era transversal, se trataba de un desprecio ignorante que afectaba a iz...
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Si educas a un hijo con esp¨ªritu cr¨ªtico es posible que ese hijo o esa hija acabe educ¨¢ndote a ti en aspectos sobre los que hab¨ªas reflexionado poco. Dentro del pensamiento de izquierda no se inclu¨ªan los activismos que han sacudido el panorama pol¨ªtico en la ¨²ltima d¨¦cada; en esos movimientos sobrevenidos muchos depositamos esperanzas. El atraso que hab¨ªa en Espa?a en cuanto a conciencia medioambiental era transversal, se trataba de un desprecio ignorante que afectaba a izquierda y derecha. Las cosas han cambiado, pero no hasta el punto de que la derecha espa?ola entienda que aqu¨ª no se trata de salvaguardar tradiciones sino de la pura supervivencia de la especie. Tanto es as¨ª, que las derechas humanistas europeas est¨¢n tambi¨¦n adapt¨¢ndose a los nuevos tiempos, aceptando que en sus programas prime la transformaci¨®n energ¨¦tica y un nuevo estilo de vida menos contaminante. Son pragm¨¢ticos, saben que la realidad se acabar¨¢ imponiendo, y que hay una nueva generaci¨®n que ha acertado se?alando lo importante.
Soy consciente de que cada a?o que me despido de ustedes, al filo de las vacaciones, las amenazas clim¨¢ticas del verano se han recrudecido. No es una monserga, no es moralina, es lo que hay. Hab¨ªamos desplazado el coste de nuestro sistema de vida a los pa¨ªses pobres, esquilmando su riqueza natural y provocando una inmigraci¨®n constante, pero ahora la amenaza se cierne sobre nuestro mundo. No hay pol¨ªtico alem¨¢n razonable que banalice la virulencia de las inundaciones en Renania, ni canadiense sensato que obvie la temperatura ardiente en la Columbia Brit¨¢nica, solo un californiano ignorar¨ªa la gravedad del h¨¢bitat masacrado por el fuego. Las viejas predicciones han caducado y nos encontramos ante una precipitaci¨®n de los acontecimientos. Es preciso un acuerdo entre pol¨ªticos honestos que nos ayuden a situarnos ante la siguiente pregunta: ?Podremos vivir con seis grados m¨¢s?
En la excelente entrevista que Anatxu Zabalbeascoa ha hecho para el EPS a Carlos Moreno, el responsable de ese nuevo Par¨ªs recuperado para el paso humano, habla el asesor de la alcaldesa de la imparable concienciaci¨®n de una juventud que reclama respuestas al deterioro del planeta, de la exigencia de una democracia participativa que no dependa exclusivamente del voto, de la puesta en duda de la vieja idea de progreso, que genera desigualdad y poluci¨®n.
Me pregunto, antes de la bendita desconexi¨®n que suponen las vacaciones, a d¨®nde ir¨¢n esos debates espa?oles de hoy tan falsamente cruciales, d¨®nde quedar¨¢n en una d¨¦cada la obsesi¨®n por las esencias patrioteras, los nacionalismos de uno u otro signo, la burla cateta a debates que demandan seriedad, el retrogradismo ignorante que antepone lo ca?¨ª al bien com¨²n. Si la juventud ecologista ha resituado el debate en Europa tambi¨¦n puede suceder aqu¨ª, por qu¨¦ no. Pero muchas cosas tienen que cambiar en este pa¨ªs en el que un pol¨ªtico, Toni Cant¨®, por ejemplo, muestra su posici¨®n medioambiental colgando en Twitter una foto de una diputada de M¨¢s Madrid, M¨®nica Garc¨ªa, comi¨¦ndose un filete en un restaurante. Esa forma de hacer pol¨ªtica, est¨¦ril, bajuna, empozo?adora, tramposa, que se?ala al adversario para fomentar el bullying, sin aceptar jam¨¢s el debate que merece la ciudadan¨ªa, es lo que anima nuestro cotarro. Dec¨ªa D¨ªaz Ayuso en la campa?a que Madrid era esa ciudad donde pod¨ªas vivir sin encontrarte con tu ex. En fin, se trata de la libertad que nos conceden por l¨®gica las grandes ciudades, a m¨¢s habitantes menos posibilidad estad¨ªstica de tener encuentros indeseados, aunque, cr¨¦anme, a no ser que medie la violencia, hay tormentos en esta vida m¨¢s crudos que encontrarse con un ex o una ex sentimental; cabe la posibilidad, tambi¨¦n, de que un ex de Ciudadanos haga una fotillo de tu men¨² y con ello practique pol¨ªtica medioambiental basura; cabe la posibilidad de que a tu pa¨ªs lleguen los temas vitales con retraso, y que cuando llegan se fomente la burla est¨¦ril. Es muy cansino, por eso cada a?o aumenta la quemaz¨®n del planeta y la de quien esto escribe.