Cuando las empresas son solo verdes de boquilla
La mayor concienciaci¨®n social lleva a algunas compa?¨ªas a usar el ¡®greenwashing¡¯ para vender una imagen de sostenibilidad que no es real
No hay marcha atr¨¢s. El mundo se ha concienciado de que el cambio clim¨¢tico es una amenaza ?real. Empresas y organismos, en una carrera contra reloj para frenar el calentamiento global, compiten ahora por ver qui¨¦n tiene m¨¢s conciencia medioambiental. No les queda alternativa: consumidores e inversores as¨ª lo demandan. Sin embargo, en un mundo donde a veces importa m¨¢s parecer que ser, conviene separar bien el grano de la paja. Diversas marcas de m¨²ltiples sectores han sido se?aladas por recurrir a una pr¨¢ctica nada ¨¦tica que ha sido bautizada como greenwash?ing o lavado (de imagen) verde. Su objetivo persigue blanquear o maquillar como sostenibles las repercusiones medioambientales y sociales de una organizaci¨®n en la elaboraci¨®n de sus productos o servicios. Como resume el responsable de campa?as de Greenpeace, Miguel ?ngel Soto, ¡°una parte de las empresas est¨¢n utilizando la transici¨®n ecol¨®gica y la descarbonizaci¨®n como un eslogan¡±.
El greenwashing m¨¢s problem¨¢tico surge, seg¨²n Mariano Rea?o, portavoz de la Red de Abogados para la Defensa Ambiental (RADA), ¡°del dif¨ªcil encaje de las grandes corporaciones, orientadas a sus accionistas, con el respeto a pr¨¢cticas nocivas para el medio ambiente, cuya observancia puede influir de forma determinante en la cuenta de resultados¡±. El auge de este blanqueo se produce, se?ala Rea?o, ¡°porque es acuciante venderse como verde ante la mayor sensibilizaci¨®n de la sociedad¡±.
De no tener ¨¦xito en la batalla para aminorar el ritmo del calentamiento global, la direcci¨®n general de la Comisi¨®n Europea, Acci¨®n por el Clima, apunta a un mundo ¡°con repetidas olas de calor, sequ¨ªas, inundaciones y fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos¡±. De ah¨ª la premura porque se cumplan los compromisos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y se avance en los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS), as¨ª como los del Acuerdo de Par¨ªs para limitar el incremento de temperatura a 1,5 ?C.
Campa?as publicitarias
En este contexto, abogados, cient¨ªficos ambientalistas y organizaciones ecologistas urgen a las entidades con tendencia al greenwashing a que ¡°abandonen la cosm¨¦tica¡± y se ajusten a los pactos internacionales en la reducci¨®n de sus emisiones. Un mensaje que llega tambi¨¦n desde Europa ante la proliferaci¨®n de comunicaciones y millonarias campa?as publicitarias pseudoamigables con el medio ambiente y alineadas con un falso etiquetado del tipo b¨ªo, eco o 100% natural. Como ejemplo, el cribado o barrido de sitios web en sectores de moda, belleza y enseres dom¨¦sticos que ha realizado la Comisi¨®n Europea. En ¨¦l concluye que ¡°la mitad de sus afirmaciones en materia ecol¨®gica carecen de fundamento¡± y eleva hasta el 42% las afirmaciones ¡°exageradas, falsas o enga?osas¡±.
Pero para muchas organizaciones, adherirse a todos estos compromisos internacionales es algo que impacta de lleno en sus modelos de negocio. ¡°Estos se ven profundamente afectados en la transici¨®n a una econom¨ªa con cero emisiones netas¡±, apunta la experta en finanzas sostenibles Maite G¨®mez-Angulo. Y aunque la mayor¨ªa de las compa?¨ªas cuentan con ¡°una hoja de ruta para su transici¨®n¡±, lo cierto es que ¡°se lo tienen que creer¡±. Y adem¨¢s de crear valor para el accionista, G¨®mez-Angulo subraya que ¡°tienen que crear un valor econ¨®mico, social y medioambiental. Pymes incluidas¡±. ¡°Es por eso por lo que todo el mundo hace malabares para que parezca que su empresa est¨¢ muy alineada con los objetivos ODS, lo que provoca que se pueda caer en la tentaci¨®n del green?washing¡±, a?ade esta experta.
La Ley de Informaci¨®n No Financiera (11/2018) obliga, a partir de este a?o, a las compa?¨ªas con m¨¢s de 250 empleados a incluir en su informe de cuentas un estado de informaci¨®n no financiera. En ¨¦l debe reflejarse el impacto de su actividad en temas ambientales y sociales, de personal y respeto de los derechos humanos, y su lucha contra la corrupci¨®n y el soborno. Aunque es la ley m¨¢s avanzada de Europa, ¡°est¨¢ fallando en la vigilancia de su cumplimiento¡±, seg¨²n denuncia el coordinador del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, Orencio V¨¢zquez. En su opini¨®n, la informaci¨®n que presentan las empresas se refiere a buenas pr¨¢cticas y se aleja de c¨®mo gestionan todos estos par¨¢metros sostenibles. ¡°Se incurre as¨ª en un greenwashing frente al inversor, que carece de esa informaci¨®n y de su impacto en la cuenta de resultados¡±.
Con el fin de evitar el lavado de imagen medioambiental, el consejero delegado de la gestora sostenible DPAM, Hugo Lasat, cree que el inversor debe ¡°evaluar la credibilidad de los programas de la empresa teniendo en cuenta los productos y servicios que ofrece¡±. Como inversor, ¡°los ODS pueden utilizarse para identificar a las empresas que est¨¢n haciendo una contribuci¨®n impactante con sus productos y servicios¡±, a?ade.
Para la experta G¨®mez-Angulo, la obligaci¨®n que exige esta ley de desgranar prop¨®sitos verdes e impacto de actividad en el ¨¢mbito social y medioambiental ¡°tiene sus luces y sombras¡± porque ¡°aunque consigue que las empresas se replanteen sus modelos de negocio, muchas corren el riesgo de hacerlo para cubrir el expediente¡±. Y advierte de que ¡°aunque el regulador pide de momento la foto de la huella de carbono, la tendencia indica que la empresa va a tener que explicar lo que hace para mejorar,¡± con un seguimiento de sus medidas y plazos adoptados de forma continuada. Si se comprueba que no hay avance, habr¨¢ mayores requisitos, multas, impuestos o provisiones de capital para los que no cumplan, lo que va a dificultar esta mala praxis del greenwashing corporativo.
Perfiles y sueldos
El informe La RSC en las memorias anuales del Ibex 35, que present¨® el Observatorio el pasado 22 de marzo, se?ala dos aspectos en los que deben ahondar las cotizadas para una mejor transici¨®n ecol¨®gica y cumplimiento de los compromisos previstos en los pactos internacionales. Por un lado revela la carencia de consejeros independientes procedentes de ¨¢mbitos ajenos al mundo de la empresa, con conocimientos y experiencia en integridad y RSC. Una presencia ¡°anecd¨®tica¡±, ya que tan solo se da en cuatro empresas: Acciona, Santander, Ence e Iberdrola.
El sistema de remuneraci¨®n es la segunda pata clave para que las c¨²pulas empresariales puedan acelerar en la transici¨®n energ¨¦tica. Hasta hace unos a?os era infrecuente que los esquemas retributivos de consejeros ejecutivos y miembros de la alta direcci¨®n incluyeran objetivos concretos de sostenibilidad. Sin embargo, este d¨¦ficit empieza a subsanarse. Telef¨®nica, en su reciente junta de accionistas, aprob¨® que los bonus de sus directivos incluyeran aspectos clim¨¢ticos, uni¨¦ndose a la tendencia ya iniciada por Iberdrola, Repsol, Inditex, BBVA y Santander.
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