?Solo errores o crisis tallada a mano?
Hay quienes olvidan que Pedro Castillo no fue elegido por radical. Ante todo, era la alternativa electoral a quien est¨¢ sindicada por la justicia como jefa de una organizaci¨®n criminal

Varios elementos est¨¢n contribuyendo a generar un peligroso clima de ingobernabilidad en el Per¨². Primero fue el persistente ruido por un supuesto y jam¨¢s probado fraude en las elecciones presidenciales del 6 de junio. Ahora las tensiones pasaron a una segunda y superior fase desde que el profesor Pedro Castillo asumi¨® la presidencia el 28 de julio. A la histeria extremista que pide la vacancia presidencial desde el tercer d¨ªa del Gobierno, se suman, desde el otro lado, controvertidas decisiones adoptadas por el propio Gobierno en su reci¨¦n iniciada gesti¨®n.
Antesala de esto: la proclamaci¨®n de Castillo se dio con mucha tardanza por la grita de ¡°fraude¡±, cuando ya era materialmente imposible tener el tiempo necesario para una transferencia minuciosa de la pesada maquinaria estatal. Pero aun en ese escenario dif¨ªcil, la actuaci¨®n del reci¨¦n estrenado Gobierno genera interrogantes e inquietudes que no pueden ser soslayadas en al menos dos aspectos importantes.
Primero, el alegado peso de Vladimir Cerr¨®n, jefe del partido por el que particip¨® en las elecciones presidenciales Pedro Castillo (Per¨² Libre). Varios opinan que ser¨ªa Cerr¨®n quien en realidad gobierna y manda ahora. No hay duda de que Cerr¨®n tiene peso; a fin de cuentas, es el jefe del partido de la bancada parlamentaria gubernamental. Pero a¨²n es incierto que est¨¦ en posici¨®n de manejar el aparato de Estado y al presidente en todas sus decisiones fundamentales (como en la dupla Montesinos/Fujimori).
Por ejemplo, Cerr¨®n cuestionaba p¨²blica y frontalmente la semana pasada al economista Pedro Francke, por ser supuesto Chicago boy, oponi¨¦ndose abiertamente a que fuera ministro de Econom¨ªa. Francke es hoy ministro de Econom¨ªa, por encima de cualquier pretensi¨®n cerronista. Lo decidi¨® Castillo. Y se espera que tambi¨¦n se ratifique al actual y solvente presidente del Banco Central, que de acuerdo a la Constituci¨®n es atribuci¨®n del presidente designar.
Est¨¢ por determinarse a¨²n, por cierto, cu¨¢nto peso tendr¨¢ Vladimir Cerr¨®n, personaje cuestionado desde casi todos los sectores, y sobre el cual el propio presidente, durante la campa?a, prometi¨® que ¡°no lo ver¨ªamos ni siquiera de portero¡± en su Gobierno. No es portero ni funcionario, pero es obvio que s¨ª tiene poder.
Segundo tema de preocupaci¨®n, la din¨¢mica y contenido de varios de los nuevos nombramientos para la funci¨®n p¨²blica, empezando por algunos de los ministros (lo digo en masculino, pues solo hay dos mujeres entre los 19 ministros).
Por un lado, surge otra vez el ¡°tema Cerr¨®n¡±. Acaso por conducir un aparato partidario ¡ªdel que Castillo carece¡ª, Cerr¨®n tiene una larga lista de nombres listos para ocupar puestos p¨²blicos. Y de hecho varios de los nombramientos, algunos muy cuestionados y cuestionables, salen de esa cantera. Pero su capacidad de copamiento no es omn¨ªmoda en temas cruciales y es hoy muy debatida pues la mayor¨ªa de casos cuestionados, con justa raz¨®n, han salido precisamente de all¨ª.
Entre las designaciones controvertidas se encuentra la del jefe del Gabinete, Guido Bellido, quien arrastra reciente lamentables declaraciones de prensa con inaceptables concepciones mis¨®ginas, machistas, discriminatorias y denigrantes de la diversidad de orientaciones sexuales. Y ¡ªlo m¨¢s cuestionado¡ª registros de ambivalencia, por decir lo menos, frente al terrorismo de Sendero Luminoso, algo poco aceptable en el Per¨².
No es ning¨²n secreto que fue por su designaci¨®n que no aceptaron integrar inicialmente el Gabinete dos no ¡°cerronistas¡± en carteras cruciales: Econom¨ªa y Justicia. Asumieron sus cargos dos d¨ªas despu¨¦s. Pero s¨®lo luego que el despacho de Bellido anunciara oficialmente conceptos diametralmente opuestos a los inaceptables que ¨¦l mismo hab¨ªa expuesto antes. Fue expl¨ªcito, ahora, en rechazar ¡°toda forma de violencia y de terrorismo¡± y su compromiso de superar ¡°el racismo, el clasismo, el machismo y la homofobia que est¨¢n profundamente arraigados en la sociedad¡±. ?Prop¨®sito de enmienda? Puede ser. Pero, en cualquier caso, certeza de que lo hizo obligado por Castillo.
En paralelo con este paso rectificatorio, sin embargo, hay en marcha un proceso aluvional de remociones de altos cargos de direcci¨®n en varios ministerios, que vienen siendo ocupados en muchos casos por personas con poca o ninguna experiencia en el manejo de la compleja maquinaria estatal. O, lo que es m¨¢s grave, con trayectorias que, en algunos casos, m¨¢s parecen prontuarios que curr¨ªculum.
El Estado peruano es tremendamente complejo e ineficiente. Esta sustituci¨®n masiva y simult¨¢nea de altos funcionarios en varios ministerios por otros sin experiencia en muchos casos, puede ser letal para una ya paquid¨¦rmica maquinaria estatal. Sustituci¨®n por personas que, dem¨¢s, en varios casos no han pasado por los m¨¢s elementales filtros de probidad; antesala, pues, de inoperancia estatal y peligro de corrupci¨®n.
Son circunstancias muy delicadas, en las que podr¨ªan acabar convergiendo fuerzas extremas y opuestas entre s¨ª en la demolici¨®n de la gobernabilidad.
Las del extremismo derechista, por un lado, que cree que debe escoger a los ministros, cuando no son Gobierno. Eso no tiene sentido ni fundamento constitucional o pol¨ªtico. Soslayan que el Castillo a quien se quiere tumbar a los tres d¨ªas de asumir la presidencia recibi¨® votaciones del 80% de la poblaci¨®n en varias zonas andinas muy pobres que no permanecer¨ªan impasibles ante una conspiraci¨®n cuasi golpista.
Y, en el otro, un sectarismo radical que se expresa ahora en el af¨¢n de copamiento de puestos p¨²blicos con personas que, salvo excepciones, constituyen una amenaza a la ejecuci¨®n de cualquier proyecto serio de respuestas a los retos que el presente plantea. Y que se empieza a manifestar con crudeza y confrontacionalmente ante designaciones gubernamentales que se nutren de otras canteras. Acaba de ocurrir con la designaci¨®n este mi¨¦rcoles del nuevo representante de Per¨² ante la OEA, H. Forsyth, en acto que es indiscutible atribuci¨®n presidencial. Mala se?al que a los pocos minutos del anuncio, Per¨² Libre expres¨® oficialmente: ¡°no nos representa¡±.
Hay quienes olvidan que Pedro Castillo no fue elegido por radical. Ante todo, era la alternativa electoral a quien est¨¢ sindicada por la justicia como jefa de una organizaci¨®n criminal. Adem¨¢s era una carta y opci¨®n de un esperado e indispensable cambio hacia una sociedad m¨¢s proactiva en generar salud, educaci¨®n y bienestar.
Por el pragmatismo del que ha hecho uso en varias circunstancias, no se deber¨ªa descartar que m¨¢s temprano que tarde ese mismo pragmatismo podr¨ªa conducir a Castillo a abrir su abanico de aliados para gobernar, ser viable y afianzarse. Y poder as¨ª, avanzar y capear, con su propio perfil y anunciada propuesta concertadora, las arremetidas de los intensos vientos de fronda que soplan.
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