El devastador terremoto que sufri¨® Hait¨ª el s¨¢bado ha sumado un nuevo drama a la situaci¨®n de inseguridad, pobreza y criminalidad de este peque?o pa¨ªs caribe?o, que se ha agravado enormemente desde el asesinato, el 7 de julio, del presidente Jovenel Mo?se. Cerca de 2.000 personas han muerto por el se¨ªsmo de 7,2 grados en la escala de Richter, que ha dejado tam...
El devastador terremoto que sufri¨® Hait¨ª el s¨¢bado ha sumado un nuevo drama a la situaci¨®n de inseguridad, pobreza y criminalidad de este peque?o pa¨ªs caribe?o, que se ha agravado enormemente desde el asesinato, el 7 de julio, del presidente Jovenel Mo?se. Cerca de 2.000 personas han muerto por el se¨ªsmo de 7,2 grados en la escala de Richter, que ha dejado tambi¨¦n unos 7.000 heridos y miles de casas destruidas, adem¨¢s de infraestructuras y cortes en servicios b¨¢sicos.
La tormenta tropical Grace, que amenazaba el territorio castigado, ha dado un respiro a la zona afectada al debilitarse y alejarse rumbo a Yucat¨¢n, en M¨¦xico, aunque ha dejado abundantes lluvias que complican las operaciones de rescate. En la memoria de todos est¨¢ el hurac¨¢n Matthew, que caus¨® 800 muertos en 2016. El acceso a las zonas azotadas por el terremoto, no obstante, se ha visto tambi¨¦n entorpecido por la actuaci¨®n de bandas armadas que desde hace tiempo se han hecho fuertes en Hait¨ª.
Es dif¨ªcil encontrar un pa¨ªs m¨¢s golpeado por las tragedias, algunas naturales y otras con demasiados nombres propios responsables de los peores desastres. Hait¨ª, considerado el pa¨ªs m¨¢s pobre de Am¨¦rica y el primero en obtener la independencia, ha sufrido las terribles dictaduras de los Duvalier: Papa Doc (1957-1971) y su hijo, Baby Doc (hasta 1986); un terremoto caus¨® 300.000 muertos en 2010, y la importante operaci¨®n de la misi¨®n de estabilizaci¨®n de la ONU, concluida en 2017, dej¨® un rastro de epidemia de c¨®lera y de abusos sexuales que no se ha olvidado. El presidente asesinado por sicarios colombianos, en un asalto al palacio presidencial que a¨²n no se ha aclarado, se hab¨ªa adentrado en una senda de autoritarismo que no resolvi¨® el clima de inseguridad que favoreci¨® la actuaci¨®n de esas bandas criminales. Los secuestros y asesinatos han sido bajo su mandato moneda com¨²n en esta parte desgraciada de la isla de La Espa?ola, compartida con Rep¨²blica Dominicana. El primer ministro interino, Ariel Henry, lo es en circunstancias de crisis constitucional en las que a¨²n no se ha establecido la f¨®rmula de transici¨®n. El pa¨ªs necesita elecciones para recuperar cierta estabilidad, pero tambi¨¦n las condiciones apropiadas para que estas puedan transcurrir con m¨ªnimas garant¨ªas. Aunque estaban previstas inicialmente en septiembre, numerosas voces reconocen que ahora no se dan las circunstancias.
Y es ah¨ª donde entra la comunidad internacional, que debe contribuir sin fisuras a socorrer a los damnificados con la mayor premura posible y esforzarse para hacer posible que se escuche a los haitianos. Estados Unidos y pa¨ªses latinoamericanos como M¨¦xico, Per¨², Argentina, Ecuador, Chile y Venezuela y la vecina Rep¨²blica Dominicana han enviado y ofrecido ayuda, que empieza a llegar tras sortear a los grupos criminales.
Pero el problema pol¨ªtico y social que representan el caos, la corrupci¨®n y la criminalidad vinculada al tr¨¢fico de drogas y el lavado de dinero solo podr¨¢ abordarse desde una concertaci¨®n de partidos con la sociedad civil y el apoyo de la comunidad internacional. Trabajar para restituir y promover cierto grado de estabilidad es la misi¨®n m¨¢s compleja y necesaria que debe sumarse hoy a la ayuda a las v¨ªctimas del terremoto.