Dos ideas derrotadas en Kabul
Occidente cre¨ªa que se puede exportar la democracia y que los militares de EE UU son los mejores del mundo
En Afganist¨¢n no solo fue derrotado el Ej¨¦rcito m¨¢s costoso y tecnol¨®gicamente avanzado del planeta. Tambi¨¦n fueron derrotadas dos ideas que, hasta ahora, hab¨ªan tenido gran influencia en el mundo occidental. Una es que la democracia se puede exportar y que los militares de Estados Unidos son los mejores del mundo.
Desde que colaps¨® la Uni¨®n Sovi¨¦tica, una de las pol¨ªticas m¨¢s permanentes y populares en los pa¨ªses ricos y...
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En Afganist¨¢n no solo fue derrotado el Ej¨¦rcito m¨¢s costoso y tecnol¨®gicamente avanzado del planeta. Tambi¨¦n fueron derrotadas dos ideas que, hasta ahora, hab¨ªan tenido gran influencia en el mundo occidental. Una es que la democracia se puede exportar y que los militares de Estados Unidos son los mejores del mundo.
Desde que colaps¨® la Uni¨®n Sovi¨¦tica, una de las pol¨ªticas m¨¢s permanentes y populares en los pa¨ªses ricos y democr¨¢ticos ha sido la de promover la democracia en naciones que no la tienen o donde es precaria y disfuncional. Lamentablemente, los esfuerzos diplom¨¢ticos, el dinero, la tecnolog¨ªa y las intervenciones militares no han arrojado resultados satisfactorios.
Las transiciones de dictaduras a democracias han tenido m¨¢s ¨¦xito cuando valientes y talentosos l¨ªderes pol¨ªticos locales juegan un rol protag¨®nico y logran que el pueblo tome calles y plazas y paralice el pa¨ªs. Y cuando hay escisiones dentro de la dictadura y los militares se reh¨²san a masacrar y reprimir a sus compatriotas.
En el mejor de los casos, el apoyo extranjero a las transiciones democr¨¢ticas ha tenido impactos secundarios. En otros casos, la intervenci¨®n extranjera, en vez de acelerar las transiciones a la democracia, las frena o hasta las descarrila. La exportaci¨®n de la democracia no es solo una idea abstracta, una obligaci¨®n moral o una promesa pol¨ªtica. Tambi¨¦n se ha convertido en un gran negocio que mueve ingentes cantidades de dinero. Se estima que EE UU, la Uni¨®n Europea, Canad¨¢, Australia, los pa¨ªses escandinavos y otros le dedican cerca de 10.000 millones de d¨®lares al a?o al apoyo de programas que buscan fortalecer la democracia en pa¨ªses donde es a¨²n incipiente o donde no funciona bien.
Este inmenso monto de dinero es solo una fracci¨®n de lo que EE UU le ha dedicado a Afganist¨¢n. En los pasados 20 a?os, y solo en ese pa¨ªs, el Gobierno de EE UU gast¨® 145.000 millones de d¨®lares en actividades de ¡°reconstrucci¨®n¡±, lo cual no incluye, entre otros, los costos de la guerra. Un estudio de la Universidad de Brown encontr¨® que entre el 2001 y el 2021 el Gobierno estadounidense gast¨® en Afganist¨¢n un total de 2,2 billones de d¨®lares. El caso de Afganist¨¢n ilustra de manera muy dolorosa c¨®mo dos d¨¦cadas de intervenci¨®n militar multinacional, apoyo pol¨ªtico mundial, cientos de miles de muertos e inimaginables cantidades de dinero no fueron suficientes para afianzar la democracia.
Otra idea que, a la luz de lo que pas¨® en Afganist¨¢n, resultar¨¢ dif¨ªcil defender, es que Estados Unidos cuenta con las Fuerzas Armadas m¨¢s competentes y poderosas del mundo. Es, sin duda, el Ejercito m¨¢s tecnol¨®gicamente sofisticado del planeta. Y el m¨¢s costoso. Pero no el m¨¢s exitoso.
Ver a un talib¨¢n en sandalias, turbante y ametralladora y compararlo con un marine con chaleco antibalas, equipos de comunicaci¨®n, lentes de visi¨®n nocturna, explosivos especiales, m¨²ltiples armas y apoyo de drones, helic¨®pteros artillados, aviones y sat¨¦lites no puede ser m¨¢s revelador. Equipar al talib¨¢n debe haber costado unos cientos de d¨®lares. Pertrechar al marine cuesta 17.500 d¨®lares sin contar los costos del apoyo a¨¦reo, cibern¨¦tico y log¨ªstico. Que el talib¨¢n en sandalias y sin mucha tecnolog¨ªa de apoyo haya sido quien derrot¨® al bien pertrechado y super entrenado marine es un resultado que ser¨¢ estudiado por mucho tiempo en las escuelas militares del mundo.
Es interesante notar que estas dos ideas derrotadas en Kabul tengan en com¨²n el exceso de dinero como un factor que en vez de ayudar a alcanzar el objetivo deseado distorsion¨® el esfuerzo y, en ¨²ltima instancia, contribuy¨® a su derrota.
Es muy importante que se saquen las lecciones correctas de estas derrotas. Ser¨ªa un error concluir que los pa¨ªses que son el baluarte de la democracia mundial deben cesar sus esfuerzos por proteger y fortificar las democracias d¨¦biles que hoy proliferan. Lo importante es entender cu¨¢les son las ¨¢reas donde la ayuda extranjera puede ser m¨¢s ¨²til y qu¨¦ forma debe tener esa ayuda. Es obvio que la manera como se ha instrumentado la promoci¨®n de la democracia no est¨¢ funcionando.
Lo mismo vale para los militares estadounidenses. Claro que deben disponer de la mejor tecnolog¨ªa disponible y que sus efectivos deben tener el mejor entrenamiento y equipo. Pero ?cuesta eso 740.000 millones de d¨®lares? ?Debe superar el gasto militar estadounidense a la suma de todo el gasto militar de los 11 pa¨ªses que m¨¢s gastan en sus Fuerzas Armadas? ?No son estos presupuestos pr¨¢cticamente ilimitados una fuente de errores estrat¨¦gicos? ?Hubiese durado dos d¨¦cadas la guerra en Afganist¨¢n si los militares hubiesen tenido m¨¢s limitaciones presupuestarias? ?Mi respuesta a todas estas preguntas? No. @moisesnaim