La marcha del PP
D¨ªaz Ayuso tensa a la direcci¨®n del partido conservador muy cerca de su pr¨®xima convenci¨®n nacional
La ¨²ltima escaramuza por el poder dentro del PP vuelve a tener como protagonista a Madrid y a Isabel D¨ªaz Ayuso. La presidenta madrile?a quiere presidir tambi¨¦n el partido en la Comunidad, de la misma manera que el resto de l¨ªderes territoriales populares est¨¢n al frente del partido en sus dominios. No le falta, por tanto, raz¨®n en sus aspiraciones. Sabe adem¨¢s que despu¨¦s de ...
La ¨²ltima escaramuza por el poder dentro del PP vuelve a tener como protagonista a Madrid y a Isabel D¨ªaz Ayuso. La presidenta madrile?a quiere presidir tambi¨¦n el partido en la Comunidad, de la misma manera que el resto de l¨ªderes territoriales populares est¨¢n al frente del partido en sus dominios. No le falta, por tanto, raz¨®n en sus aspiraciones. Sabe adem¨¢s que despu¨¦s de su arrolladora victoria en las elecciones auton¨®micas del mes de mayo no lo tendr¨¢ dif¨ªcil, aunque la vida de los partidos suele deparar sorpresas, y mucho m¨¢s en Madrid, donde todos tienen tras de s¨ª una historia llena de convulsiones, precisamente por su proximidad al poder central y por la plataforma medi¨¢tica de que disponen.
Pero la presidenta madrile?a tiene prisa y su petici¨®n de adelantar el congreso regional, previsto por la direcci¨®n nacional junto a otros para 2022, ha vuelto a destapar los nervios que provoca en G¨¦nova la mete¨®rica carrera de Ayuso. Lo llamativo es que a pocos d¨ªas de una convenci¨®n dise?ada a mayor gloria de Casado, G¨¦nova se enzarce en una bronca interna que ella resum¨ªa as¨ª: ¡°Tenemos alguien que gana elecciones¡, pero nos va la marcha¡±.
La bienvenida del l¨ªder popular a la candidatura del alcalde Mart¨ªnez-Almeida para la presidencia del PP en Madrid evidencia la inquietud que le provoca una figura que se les ha escapado de las manos, con una enorme capacidad desestabilizadora de su propio liderazgo.
La yenka que baila Pablo Casado entre el liberalismo conservador europeo y una formaci¨®n saturada de las peores patolog¨ªas xen¨®fobas, racistas y patrioteras, como Vox, lo sit¨²a en tierra de nadie cuando se enfrenta cuerpo a cuerpo con alguien de su propio partido que ha sido, y es, fuente cr¨®nica de legitimaci¨®n de las posiciones de Abascal, y que adem¨¢s se presenta avalada por su triunfo electoral, como ella misma subraya en plena refriega.
Pero errar¨ªa Casado si pensara que Madrid es Espa?a. Otros barones populares ganan igualmente elecciones sin hacer del populismo desacomplejado su bandera. Las iniciativas pol¨ªticas de diversos barones del PP empiezan a tender puentes hacia otras siglas y pueden significar una rebeld¨ªa silenciosa ante la excesiva hegemon¨ªa de un discurso pol¨ªtico de la derecha en Madrid que no siempre conecta con su votante m¨¢s alejado de la capital. Recuperar alg¨²n peso pol¨ªtico en Catalu?a o en el Pa¨ªs Vasco es parte de la deuda que el PP actual tiene contra¨ªda y que a¨²n no ha logrado reducir. El incontestable liderazgo de D¨ªaz Ayuso en el PP madrile?o la hace candidata ganadora, pero no es seguro que sus afinidades con Vox sean capaces de atraer a un votante menos inmerso en el clima pol¨ªtico de la capital.
Algunos otros elementos invitan tambi¨¦n a la inquietud. El PP espa?ol acaba de abstenerse en Europa ante la propuesta irreprochable para que no haya fronteras contra los delitos de violencia machista. Vox vot¨® en contra. La abstenci¨®n del PP espa?ol, compartida con la mayor¨ªa del Partido Popular Europeo, ante un asunto como la violencia de g¨¦nero identifica de forma flagrante esa tierra de nadie atrapa-todo en que incurre demasiadas veces la derecha en Europa cuando mira de reojo a la ultraderecha.