La pu?alada por la espalda
Sin consultar a los socios se fue Washington de Kabul y ahora arma una nueva alianza que excluye a Francia y a la UE
Si Joe Biden quer¨ªa cerrar filas frente a China, la alianza que acaba de firmar con Australia y Reino Unido y sin Francia es un paso dudoso que recordar¨¢ a los europeos la miseria de su dependencia estrat¨¦gica bajo el paraguas estadounidense y la necesidad de buscar incluso un equilibrio entre Washington y Pek¨ªn en la nueva guerra fr¨ªa que se avecina. Despu¨¦s ...
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Si Joe Biden quer¨ªa cerrar filas frente a China, la alianza que acaba de firmar con Australia y Reino Unido y sin Francia es un paso dudoso que recordar¨¢ a los europeos la miseria de su dependencia estrat¨¦gica bajo el paraguas estadounidense y la necesidad de buscar incluso un equilibrio entre Washington y Pek¨ªn en la nueva guerra fr¨ªa que se avecina. Despu¨¦s de salir de Afganist¨¢n sin consultar a los socios atl¨¢nticos, la Uni¨®n Europea acaba de recibir un nuevo y humillante golpe que lesiona directamente su vocaci¨®n como actor geopol¨ªtico global.
El mayor bofet¨®n es para Francia, por sus sustanciales repercusiones econ¨®micas, con la suspensi¨®n del contrato de compra y mantenimiento de submarinos convencionales y su sustituci¨®n por submarinos nucleares de fabricaci¨®n estadounidense. Desde Par¨ªs se ha visto como una pu?alada por la espalda, una dura expresi¨®n de siniestras resonancias en la Alemania de la ascensi¨®n del nazismo. Es un desprecio a la presencia francesa en el ¨¢rea Indo-Pac¨ªfico, que resucita para colmo la vieja alianza de los pa¨ªses de habla inglesa, tan apreciada por el conservadurismo brit¨¢nico como denostada por la tradici¨®n gaullista.
El segundo bofet¨®n es para la Uni¨®n Europea, con forma de victoria para Boris Johnson y su idea de un Reino Unido global asociada al Brexit. A la hora de fraguar alianzas frente a China, Washington prefiere al Londres secesionista por encima de Francia, de la OTAN y, por supuesto, de una UE sin la capacidad militar que corresponde a su proclamada vocaci¨®n geopol¨ªtica. Si en Kabul hubo precipitaci¨®n y desconsideraci¨®n, ahora ha habido sigilo y alevos¨ªa. La siembra de desconfianza no puede ser mayor, hacia Par¨ªs y Bruselas, pero tambi¨¦n hacia Berl¨ªn. ?Qui¨¦n podr¨ªa reprochar a los alemanes la conexi¨®n gas¨ªstica directa con Rusia?
La pu?alada coincide ir¨®nicamente con la presentaci¨®n de la estrategia de Bruselas sobre la zona Indo-Pac¨ªfico, fundamentada en las aspiraciones europeas de un protagonismo global que los hechos niegan obstinadamente. El enconado tablero asi¨¢tico est¨¢ ya dispuesto, pero no hay cartas para la Uni¨®n Europea, ni para las grandes potencias continentales del pasado que fueron Alemania y Francia, algo dif¨ªcil de soportar para esta ¨²ltima, todav¨ªa con unas pretensiones como potencia nuclear con alcance global que explican su airada reacci¨®n diplom¨¢tica.
Apenas queda tiempo para aprender la lecci¨®n y tomar resoluciones. Ya no es una amenaza, sino una realidad esa Uni¨®n Europea irrelevante y sin papel alguno como actor del nuevo equilibrio internacional.