La clarividencia del pozo
La crisis despej¨® dudas y permiti¨® a la UE grandes logros; su superaci¨®n amenaza con resucitar viejas miop¨ªas y frenar el impulso transformador
Tras el paso por el sofocante inframundo de la primera fase pand¨¦mica, la UE vuelve a ver las estrellas. El bloque ha regresado a la superficie, en un aire m¨¢s terso. Respira. Tras los problemas iniciales, el programa de vacunaci¨®n ha resultado exitoso; la recuperaci¨®n econ¨®mica ha cobrado impulso; el revolucionario esquema de fondos de ayuda financiado con endeudamiento com¨²n est¨¢ en marcha y perfila un horizonte prometedor. Es no solo leg¨ªtimo, sino necesario apreciar el valor de haber superado con acierto esa crisis existencial. A menudo, en las horas m¨¢s oscuras brota una extraordinaria clarividencia. Desde el fondo del pozo se ven claras las prioridades. Apoyadas en una visi¨®n n¨ªtida, las distintas instituciones europeas, empezando por el BCE, reaccionaron adecuadamente, con un esp¨ªritu de solidaridad comunitaria que responde tanto a una l¨®gica de valores como a una de pragmatismo.
Pero la tenue luminosidad nocturna tambi¨¦n muestra a cualquiera que se fije el lodazal que se extiende en la pr¨®xima fase del camino que ha quedado esbozado en el discurso del estado de la Uni¨®n del pasado mi¨¦rcoles. Es el lodazal de siempre. Tras un periodo transformador, el bloque regresa a sus nudos hist¨®ricos. La crisis afgana y la alianza entre EE UU, Reino Unido y Australia en el Pac¨ªfico reavivan la inquietud por la impotencia militar del bloque, la incapacidad de proyectar fuerza y seguridad. S¨ª es razonable esperar avances en el concepto amplio de autonom¨ªa estrat¨¦gica, pero esto solo en t¨¦rminos de reducir dependencia en sectores tecnol¨®gicos o industriales clave. Es ingenuo pensar que pueda haber desarrollos significativos en materia de Defensa, consideradas las divergencias entre la visi¨®n de Par¨ªs y la de Berl¨ªn, y el recelo del bloque del Este a todo lo que no lleve la marca OTAN.
Afganist¨¢n ilumina otro de los asuntos que languidecen y ante el que no queda otra que mantener un profundo escepticismo: los pactos en materia migratoria. La Comisi¨®n busca desesperadamente impulsar una reforma, pero no se perciben vientos de concordia en las capitales. Lo mismo ocurre en el apartado de la gobernanza de la zona euro, donde si bien los denominados frugales se han abierto a una negociaci¨®n, los desacuerdos se perciben tozudos.
Hay m¨¢s: el horizonte electoral no favorece. Alemania se acerca a unas elecciones que, previsiblemente, dejar¨¢n paso a un prolongado periodo de negociaci¨®n de un nuevo Gobierno de coalici¨®n. Francia avanza en una larga precampa?a electoral que conducir¨¢ a las presidenciales de la primavera de 2022. Ambos acontecimientos auguran un potente efecto par¨¢lisis sobre los asuntos europeos.
El riesgo de quedarse empantanados una vez recuperada la superficie es, pues, considerable. ¡°La fuerza de nuestras emociones debe perdurar¡±, dijo Ursula von der Leyen en su discurso sobre el estado de la Uni¨®n, en referencia al esp¨ªritu solidario que prevaleci¨® en la crisis. La clarividencia de los momentos dram¨¢ticos tiende a evaporarse. Ojal¨¢ sepamos retener algo.
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