Caer del guindo
Durante dos d¨¦cadas, mientras Washington ha dilapidado recursos en su Guerra contra el Terror, China se ha expandido usando las dos manos, como dice su propaganda
Veinte a?os despu¨¦s del 11-S, voces en Estados Unidos como la de James Dobbins, primer diplom¨¢tico en Afganist¨¢n tras la ca¨ªda de los talibanes en 2001, reconocen que han perdido una generaci¨®n en pol¨ªtica exterior. Su mayor coste de oportunidad ha sido no ver venir a China, que ha ganado en desarrollo, peso e interlocuci¨®n en el mundo sin tener que pasar por el aro occidental. Cuando los terroristas derribaron las Torres Gemelas, Pek¨ªn ni siquiera hab¨ªa entrado en la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, estaba rematando los ¨²ltimos flecos. Durante dos d¨¦cadas, mientras Washington ha dilapidado recursos en su ¡°guerra contra el terror¡±, China se ha expandido usando las dos manos, como dice su propaganda: la visible (el mercado) y la invisible (el Gobierno). A la vez que constru¨ªa infraestructuras para conectar sus ciudades y desarrollar el campo, iba tejiendo una red para controlar a la poblaci¨®n mediante la tecnolog¨ªa.
Estados Unidos estaba convencido de que, a medida que fuera haci¨¦ndose rica, China entrar¨ªa en vereda. Desde Reagan, todos los presidentes hab¨ªan sostenido que, al liberalizar su econom¨ªa, Pek¨ªn no solo aceptar¨ªa importar productos del exterior, sino tambi¨¦n los valores democr¨¢ticos. Le hablaban a sus propias c¨¢maras de eco. El Partido Comunista chino achaca esta visi¨®n a la arrogancia americana. Sin ruido, ha ido haci¨¦ndose con recursos en los cinco continentes y en el ?rtico, y comprando empresas estrat¨¦gicas siempre que la ley se lo ha permitido. Puede permitirse negociar con el FMI sin aplicar sus recetas. Y se ha desplegado en Asia-Pac¨ªfico aprovechando que Washington estaba centrado en Oriente Pr¨®ximo.
Estrenamos una ¨¦poca nueva en las relaciones internacionales y lo m¨¢s importante es que Occidente ha ca¨ªdo del guindo. Ya sabemos que el Partido Comunista no es un monolito, porque dentro de ¨¦l se revuelven muchas corrientes pol¨ªticas. S¨ª se mueve, aunque no lo haga en la direcci¨®n que desean EE UU y Bruselas. Hay quien cree que para mantenerse en el poder ir¨¢ haci¨¦ndose cada vez m¨¢s de la cuerda del capitalismo liberal, pero no est¨¢ claro. En todo caso, se presenta como el aglutinador de la idea colectiva de China y es profundamente nacionalista. Quiere cambiar las instituciones internacionales para acomodarlas a sus valores e intereses. La suficiencia de Pek¨ªn no es tan obvia como la americana, y gracias a eso ha fidelizado a un p¨²blico muy amplio: los que rechazan el orden liberal, los que necesitan inversi¨®n y los que, como Alemania, tienen sus cadenas de valor totalmente asentadas en el pa¨ªs asi¨¢tico. Ha ocurrido a toda velocidad, como cuando miramos el paisaje por la ventanilla de un tren en marcha. De repente, Pek¨ªn est¨¢ apostando como nunca por la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Ha superado todas las previsiones econ¨®micas de los Gobiernos y organismos occidentales antes de tiempo. Pero esto no implica un sistema m¨¢s abierto ni, por supuesto, m¨¢s democr¨¢tico. @anafuentesf
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