La pandemia y las bandas criminales de Am¨¦rica Latina
Los mafias de toda la regi¨®n han aprovechado de la oportunidad que les da la crisis sanitaria para reconfigurar sus actividades y ¨¢reas de control
La pandemia de coronavirus caus¨® un da?o de salud y econ¨®mico sin precedente a Am¨¦rica Latina. Exacerb¨® los ya altos niveles de desigualdad y pobreza, al mismo tiempo que llevo al l¨ªmite la eficacia y las capacidades de gobernanza de los Estados.
Las medidas de confinamientos y limitaci¨®n de movimiento que se implementaron a trav¨¦s de la regi¨®n causaron trastornos en las cadenas de suministros y en las econom¨ªas, mientras que las empresas se mostraron muchas veces lentas o incapaces de adaptarse a la nueva normalidad. Con una excepci¨®n...
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La pandemia de coronavirus caus¨® un da?o de salud y econ¨®mico sin precedente a Am¨¦rica Latina. Exacerb¨® los ya altos niveles de desigualdad y pobreza, al mismo tiempo que llevo al l¨ªmite la eficacia y las capacidades de gobernanza de los Estados.
Las medidas de confinamientos y limitaci¨®n de movimiento que se implementaron a trav¨¦s de la regi¨®n causaron trastornos en las cadenas de suministros y en las econom¨ªas, mientras que las empresas se mostraron muchas veces lentas o incapaces de adaptarse a la nueva normalidad. Con una excepci¨®n: los grupos criminales, que reconfiguraron r¨¢pidamente sus redes de suministro y se digitalizaron, aprovechado del caos pol¨ªtico e institucional para incorporarse a¨²n m¨¢s en el tejido social de la regi¨®n.
Astucia criminal
Los cierres de fronteras y las medidas de contenci¨®n de la pandemia interrumpieron las rutas del narcotr¨¢fico como cualquier otro negocio. Sin embargo, esto no dur¨® mucho. El transporte a¨¦reo y mar¨ªtimo privado de coca¨ªna aumento r¨¢pidamente, mientras que algunas viejas rutas de transporte terrestre desde el sur de Am¨¦rica Central hacia el norte se reactivaron, como lo demuestra un aumento en las incautaciones de coca¨ªna en Costa Rica y Panam¨¢. El tr¨¢fico de coca¨ªna de M¨¦xico a Estados Unidos tambi¨¦n se adapt¨®, utilizando drones y t¨²neles que ya exist¨ªan a trav¨¦s de la frontera y por medio de personas (mulas) estadounidenses o residentes en EEUU, remplazando cada vez m¨¢s a las de origen latinoamericano.
Los grupos criminales de toda la regi¨®n tambi¨¦n han aprovechado de la oportunidad para reconfigurar sus actividades y ¨¢reas de control. Como destacamos en la Encuesta de Conflictos Armados 2021 (ACS) que el IISS acaba de publicar, la pandilla MS-13 en Honduras ha consolidado cada vez m¨¢s su papel en el transporte de drogas desde Am¨¦rica del Sur a M¨¦xico. En Colombia, poderosos carteles mexicanos como los de Jalisco Nueva Generaci¨®n y Sinaloa han reforzado su presencia en regiones clave de cultivo de la coca con inversiones financieras para regular el precio de la pasta de coca y homicidios selectivos de civiles. Tambi¨¦n han adoptado con entusiasmo la digitalizaci¨®n, aprovechando al m¨¢ximo la dark web y las criptomonedas para realizar sus transacciones il¨ªcitas y el lavado de dinero.
Un est¨ªmulo a la gobernanza criminal
La pandemia multiplic¨® las presiones existentes sobre finanzas y servicios p¨²blicos, con gobiernos frecuentemente incapaces de articular una respuesta coherente. Una vez m¨¢s, los grupos criminales demostraron ser m¨¢s organizados, movi¨¦ndose sin esfuerzo para hacer cumplir las medidas de confinamiento y distribuir alimentos y suministros m¨¦dicos, al tiempo que manten¨ªan los precios de bienes esenciales limitado en su ¨¢rea de control. Tambi¨¦n redujeron o suspendieron sus impuestos (ilegales) en reconocimiento de las dificultades econ¨®micas creadas por la pandemia en las comunidades locales. Al hacerlo, consolidaron su papel cuasi-estatal en muchas partes de la regi¨®n, reforzando tambi¨¦n su legitimidad ante la poblaci¨®n. Se convirtieron cada vez m¨¢s en un actor que los gobiernos deben tener en cuenta, exacerbando a¨²n m¨¢s la fragilidad institucional y las fallas de gobernanza. Un ejemplo revelador fue cuando, el inicio de la pandemia, el ministro de salud de Brasil de entonces pidi¨® p¨²blicamente un di¨¢logo con las facciones criminales del pa¨ªs para que apoyasen los esfuerzos contra el Covid-19 en ¨¢reas con poca o ninguna prestaci¨®n de servicios de salud.
En este contexto, los largos cierres de escuelas y la infraestructura deficiente de educaci¨®n en linea en la regi¨®n, junto con el creciente desempleo juvenil (23,8% en 2020, el m¨¢s alto desde 2006) han brindado (y continuar¨¢n haci¨¦ndolo) otra oportunidad de oro para que las bandas delincuentes se incorporaron a¨²n m¨¢s en la sociedad civil, ofreci¨¦ndoles al mismo tiempo un grupo de talentos cada vez m¨¢s grande en el que reclutar.
?Qu¨¦ sigue?
Lo anterior apunta a una imagen de creciente complejidad en partes de la regi¨®n, donde las estructuras de gobernanza legal y criminal van a coexistir y donde grupos criminales, ahora m¨¢s fuertes y envalentonados, intervendr¨¢n y reemplazar¨¢n cada vez m¨¢s a los estados, cuya capacidad para proporcionar servicios b¨¢sicos y defender el estado de derecho ha sido y ser¨¢ a¨²n m¨¢s debilitada por la emergencia sanitaria y la desastrosa larga cola socioecon¨®mica de la pandemia. Esto, a su vez, podr¨ªa provocar que los gobiernos en la regi¨®n exploren enfoques al crimen organizado diferentes de las pol¨ªticas de mano dura prevalecientes. La negociaci¨®n con los grupos delictivos, no s¨®lo para frenar la violencia sino tambi¨¦n para abordar cuestiones espec¨ªficas (incluidas la provisi¨®n de servicios b¨¢sicos), podr¨ªa parecer cada vez m¨¢s una opci¨®n viable. Sin embargo, esto podr¨ªa venir a expensas de la legitimidad y podr¨ªa conducir solo a resultados temporales, o elusivos en el mejor de los casos, especialmente en el contexto actual de instituciones debilitadas.
Si bien abordar las causas ra¨ªces de la violencia a trav¨¦s del crecimiento sostenido e inclusivo es un ¨¢rea prioritaria obvia, aunque no f¨¢cil de implementar, para los gobiernos de toda la regi¨®n, el car¨¢cter transnacional y flexible de las econom¨ªas y actores il¨ªcitos pone de relieve la necesidad de enfoques y soluciones regionales. Un enfoque regional para contrarrestar los flujos financieros il¨ªcitos y el lavado de dinero ser¨¢ clave para frenar la resiliencia de las organizaciones criminales. Su creciente proeza con las plataformas y tecnolog¨ªas digitales indican que los movimientos actuales hacia la expansi¨®n del uso de la criptomoneda en la regi¨®n, comenzando desde El Salvador, impulsar¨¢n los negocios il¨ªcitos y el lavado de dinero en ausencia de regulaciones e instituciones s¨®lidas.
Irene Mia es investigadora principal para Am¨¦rica Latina en temas de conflicto, seguridad y desarrollo del Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos (IIEE).
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