La mutaci¨®n de la escena pol¨ªtica
El acuerdo de Presupuestos confirma la voluntad de Podemos de consolidarse en el terreno institucional, al tiempo que sienta las bases para asegurar que la legislatura llegue hasta el final
De la calle (el 15-M) al poder en 10 a?os. Y al llegar a la cima entr¨® el v¨¦rtigo. Y Pablo Iglesias ¡ªinsignia de este proceso acelerado¡ª dej¨® la pol¨ªtica para volver a su espacio natural: los medios de comunicaci¨®n. Lo que en otros momentos hubiese sido una cat¨¢strofe para Unidas Podemos, aparece ahora como la oportunidad de una mutaci¨®n para consolidarse en el espacio institucional. Y ...
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De la calle (el 15-M) al poder en 10 a?os. Y al llegar a la cima entr¨® el v¨¦rtigo. Y Pablo Iglesias ¡ªinsignia de este proceso acelerado¡ª dej¨® la pol¨ªtica para volver a su espacio natural: los medios de comunicaci¨®n. Lo que en otros momentos hubiese sido una cat¨¢strofe para Unidas Podemos, aparece ahora como la oportunidad de una mutaci¨®n para consolidarse en el espacio institucional. Y el acuerdo de Presupuestos (con el a?adido de la ley de la vivienda, bandera de los podemitas) crea un marco nuevo para la reconstrucci¨®n del espacio a la izquierda del PSOE, en un momento de clarificaci¨®n de la escena pol¨ªtica espa?ola.
Parec¨ªa que el destino de Podemos era el regreso al pasado: una nueva versi¨®n de las decantaciones del viejo Partido Comunista, es decir, el modelo Izquierda Unida. Los or¨ªgenes de Yolanda D¨ªaz alimentaban este presagio. Pero los ¨²ltimos movimientos modifican las expectativas. ?Se va hacia una nueva plataforma de amplio espectro? ?Es incluso pensable la hip¨®tesis de una especie de federaci¨®n de izquierdas ib¨¦ricas a partir de los socios territoriales de Unidas Podemos?
De momento, el acuerdo de Presupuestos confirma la voluntad de los podemitas de consolidarse en el terreno institucional. Al tiempo que sienta las bases para asegurar que la legislatura llegue hasta el final. Aunque, evidentemente tendr¨¢n que pasar la prueba del Congreso d¨®nde los nacionalistas vascos y Esquerra jugar¨¢n sus bazas para sacar razonable provecho de su necesario voto.
Pero quiz¨¢s lo m¨¢s relevante es que el escenario pol¨ªtico ha quedado remodelado en menos de una semana. Si el domingo el PP ense?aba todas sus cartas asumiendo sin recato a Vox como aliado, instal¨¢ndose de lleno en esta mezcla de neoliberalismo econ¨®mico y autoritarismo en materia de derechos y libertades, que ha caracterizado la radicalizaci¨®n de las derechas europeas en la ¨²ltima d¨¦cada, ahora el PSOE asume sin complejos la coalici¨®n de izquierdas, despu¨¦s de su fallido flirteo del pasado con Ciudadanos, en lo que podr¨ªamos identificar como un cierto regreso a la tradici¨®n socialdem¨®crata, consolidando la apertura a las diversas sensibilidades que se sit¨²an a su izquierda.
Sobre este escenario es previsible una etapa final de legislatura montada sobre la confrontaci¨®n, que es el camino que ha escogido el PP al intentar sustituir la inexistencia de un proyecto pol¨ªtico propio por el patriotismo de batalla y la satanizaci¨®n de la izquierda. Una din¨¢mica de tensi¨®n dif¨ªcil de mantener, en un momento en que las prioridades para una salida razonable de la crisis de la pandemia pueden convertir al griter¨ªo de la derecha en algo obsceno. En cualquier caso, tenemos ya dos bloques n¨ªtidos en acci¨®n, dispuestos a buscar el pleno de los suyos, confiando en la palabra del viejo Mitterrand, que sosten¨ªa que, al que lo consigue, el centro le cae por a?adidura.