Espa?a y el Reino Unido tras el Brexit
Urge un acuerdo sobre libre movilidad de personas entre Madrid y Londres que tendr¨ªa consecuencias positivas no solo para los derechos de las personas sino tambi¨¦n para la econom¨ªa de ambos pa¨ªses
Tras la salida del Reino Unido de la UE, la libre circulaci¨®n de personas ha llegado a su fin entre ambos bloques. Aquellos que antes pod¨ªan trabajar, estudiar, residir o jubilarse sin ninguna traba, han perdido ahora todos sus derechos. Si bien podr¨ªa ser deseable alcanzar un acuerdo sobre libre movilidad entre el conjunto de los Estados miembros de la Uni¨®n y el Reino Unido, como el ya existente con Suiza, dicha opci¨®n...
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Tras la salida del Reino Unido de la UE, la libre circulaci¨®n de personas ha llegado a su fin entre ambos bloques. Aquellos que antes pod¨ªan trabajar, estudiar, residir o jubilarse sin ninguna traba, han perdido ahora todos sus derechos. Si bien podr¨ªa ser deseable alcanzar un acuerdo sobre libre movilidad entre el conjunto de los Estados miembros de la Uni¨®n y el Reino Unido, como el ya existente con Suiza, dicha opci¨®n parece poco realista, al menos en la coyuntura actual en la que ni conservadores ni laboristas brit¨¢nicos abogan por dicha v¨ªa. Dado que este tema afecta especialmente a Espa?a, ha de abrirse el debate sobre la posible adopci¨®n de un acuerdo bilateral de libre movilidad de personas.
En efecto, Gran Breta?a es de lejos el principal destino a nivel global de la emigraci¨®n espa?ola durante el siglo XXI y se estima que hab¨ªa unos 185.000 espa?oles residiendo en 2020 en el Reino Unido. Por su parte, los brit¨¢nicos son la tercera poblaci¨®n extranjera m¨¢s numerosa en Espa?a, con 381.448 residentes seg¨²n datos oficiales de 2020. A esto hay que unir un n¨²mero mucho mayor de personas que pasaban parte del a?o en el otro pa¨ªs como, por ejemplo, espa?oles trabajando, estudiando y aprendiendo ingl¨¦s en Londres o Edimburgo, o brit¨¢nicos con una segunda residencia en Espa?a. De hecho los brit¨¢nicos son los l¨ªderes en la compra de vivienda por parte de extranjeros en Espa?a.
Esta movilidad era posible gracias a la pertenencia del Reino Unido a la UE. Con el Brexit los derechos de aquellos que se quieran desplazar han cambiado radicalmente. A partir del 1 de enero de 2021, un espa?ol que quiera emigrar a trabajar al Reino Unido deber¨¢ tener una oferta de trabajo de un empleador patrocinador aprobado, ser capaz de hablar ingl¨¦s, y recibir una oferta de salario anual de al menos 25.600 libras esterlinas (30.000 euros), o no inferior a 20.480 libras esterlinas (24.000 euros) si se va a desempe?ar un trabajo dentro de un sector catalogado como de ocupaci¨®n escasa, o si ha realizado un doctorado. Quienes deseen estudiar tambi¨¦n deber¨¢n solicitar un permiso de residencia antes de llegar al pa¨ªs, deber¨¢n pagar un precio mayor que los brit¨¢nicos sin tener acceso a pr¨¦stamos gubernamentales, y ver¨¢n muy reducidas sus posibilidades de trabajo durante sus estudios. En resumidas cuentas, la posibilidad de pasar unos meses o a?os en el Reino Unido mejorando su formaci¨®n se ha esfumado por completo para miles de espa?oles.
Por su parte, los brit¨¢nicos en Espa?a tambi¨¦n tendr¨¢n que cumplir las mismas normas que cualquier no europeo. Aquellos que quieran trabajar solo podr¨¢n hacerlo tras obtener un permiso y en determinados sectores con escasez de mano de obra. Los que quieran residir en Espa?a sin realizar ninguna actividad econ¨®mica tendr¨¢n que o bien invertir 500.000 euros en la compra de una propiedad, o bien acreditar ingresos mensuales superiores a 2.250 euros. Si bien los brit¨¢nicos pueden visitar Espa?a por per¨ªodos inferiores a 90 d¨ªas, ya no tienen derecho a residir de manera permanente, trabajar, jubilarse, estudiar ni solicitar la reunificaci¨®n familiar en condiciones favorables.
Los acuerdos bilaterales sobre libre movilidad de personas son absolutamente normales en perspectiva comparada y existen entre pa¨ªses tan dispares como Australia y Nueva Zelanda, o Argentina y Brasil. Adem¨¢s son absolutamente legales bajo el marco jur¨ªdico europeo como lo demuestra el hecho de que Irlanda tenga un tratado con Reino Unido, o Espa?a con Andorra. La adopci¨®n de un acuerdo bilateral podr¨ªa mantener el statu quo anterior al Brexit y permitir as¨ª a los nacionales de cada Estado trasladarse al territorio del otro para residir, trabajar o estudiar.
Un tratado entre ambos Estados deber¨ªa respetar la igualdad de condiciones con los nacionales en determinados sectores aunque podr¨ªan tambi¨¦n incluirse requisitos adicionales, tales como un seguro m¨¦dico para aquellos que quisieran asentarse sin realizar actividad econ¨®mica alguna. La flexibilidad que ofrece un acuerdo bilateral permitir¨ªa a ambos Estados, por ejemplo, reconocer el elevado n¨²mero de jubilados brit¨¢nicos que se encuentran en Espa?a, eliminando el requisito de que los nacionales brit¨¢nicos tengan que invertir la cantidad de medio mill¨®n de euros para obtener derechos de residencia. Del mismo modo, el Reino Unido podr¨ªa reconocer el importante n¨²mero de ciudadanos espa?oles, especialmente j¨®venes, que se trasladan al Reino Unido para trabajar, eliminando el requisito de patrocinio laboral y el umbral salarial general.
Un acuerdo tendr¨ªa consecuencias positivas no solo para los derechos de las personas sino tambi¨¦n para la econom¨ªa de ambos pa¨ªses y las relaciones existentes entre ambos Estados. De hecho, y como reconocimiento de dicha amistad y buscando facilitar la integraci¨®n de los nacionales de la otra parte residentes en sus respectivos territorios, ambos pa¨ªses ya firmaron en 2019 un acuerdo rec¨ªproco para garantizar el derecho de voto activo y pasivo en las elecciones locales. Ampliar dichos derechos debe ser una prioridad ante el futuro.