Cuando los presidentes brasile?os hacen pol¨ªtica desde el extranjero
Con Bolsonaro en los Emiratos ?rabes y Lula de gira en Europa, regresa la extravagante man¨ªa de los pol¨ªticos que salen del pa¨ªs para hablar de cosas que jam¨¢s mencionan adentro
Existe entre los presidentes de Brasil la extravagante man¨ªa de aprovechar cuando est¨¢n en el extranjero para tratar con los periodistas del lugar temas pol¨¦micos y de gran importancia de los que no hablan en su pa¨ªs.
Ocurri¨® en el pasado con los presidentes Cardoso, Lula, Dilma y Temer y ahora con Jair Bolsonaro que est¨¢ en lo pa¨ªses ¨¢rabes, y de nuevo con Lula que est¨¢ en Europa haciendo una campa?a electoral sin haber anunciado aqu¨ª si va a ser o no candidato a las presidenciales del a?o pr¨®ximo.
Lula, que en Brasil a¨²n no ha confirmado si ser¨¢ candidato a las presidenciales, que no ha aparecido a¨²n en p¨²blico, ni siquiera en las manifestaciones del ¡°Fuera Bolsonaro¡±, y que no ha salido a la calle para encontrarse con la gente, est¨¢ recorriendo varios pa¨ªses de Europa donde ya act¨²a como candidato a la presidencia y donde es recibido como tal. Es en esos pa¨ªses est¨¢ abordando los graves problemas que preocupan a Brasil y hasta las pol¨¦micas de pol¨ªtica exterior, como las complejas relaciones de su partido con lo que est¨¢ ocurriendo en Nicaragua y Cuba, sobre lo que se ha mantenido silencio en Brasil.
Bolsonaro, a su vez, est¨¢ visitando los pa¨ªses del Emirato ¨¢rabe, enzarzado desde all¨ª en la pol¨¦mica con el nuevo noviazgo pol¨ªtico con el partido PL de Valdemar Costa Neto con el que ten¨ªa ya decidido hasta el d¨ªa en que celebrar¨ªan el ¡°matrimonio¡± y que de repente ha pedido atrasar la boda porque no est¨¢ seguro de que ama a la novia.
El capit¨¢n estaba soltero pol¨ªticamente. Era un extra?o Jefe de Estado sin partido, algo ¨²nico en los gobiernos democr¨¢ticos del mundo. Hab¨ªa abandonado al partido que lo hab¨ªa llevado a la victoria porque no consegu¨ªa dominarlo como quer¨ªa y se qued¨® viudo. Pretendi¨® crear uno nuevo que pudiera llamar suyo y manipular a su antojo como es normal en sus afanes dictatoriales, pero no consigui¨® el medio mill¨®n de firmas necesarias y se qued¨® soltero hasta aqu¨ª.
Como no pod¨ªa esperar m¨¢s, ya que para disputar la reelecci¨®n necesita estar ligado a alg¨²n partido decidi¨® salir en busca de una novia para casarse de nuevo. Bolsonaro hab¨ªa ganado las elecciones jurando que acabar¨ªa con la vieja pol¨ªtica corrupta. Elegido, entre vueltas y revueltas, acab¨® enamor¨¢ndose el PL, considerado uno de los partidos con m¨¢s corruptos por metro cuadrado. Su presidente y due?o, Valdimir Costa Neto, ya hab¨ªa estado en la c¨¢rcel cuando el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n del mensalao durante el primer Gobierno de Lula.
Cuando los seguidores m¨¢s aguerridos de Bolsonaro le manifestaron su perplejidad por haber escogido al PL les respondi¨® malhumorado: ¡°?Es que quer¨ªais que me casara con un partido de la izquierda?¡±. La boda estaba por fin decidida para el pr¨®ximo d¨ªa 22 en Brasilia con bombo y platillo. La novia, el PL, sab¨ªa que se casaba con un millonario, due?o de los cofres del Estado. As¨ª anunci¨® que la boda ser¨ªa un acontecimiento, al que hab¨ªan sido invitados m¨¢s 1.500 personalidades llegadas a Brasilia de todo el pa¨ªs. Todo ello hasta que de repente, desde los pa¨ªses ¨¢rabes donde se encuentra, Bolsonaro envi¨® la noche del domingo pasado un mensaje a la familia de la novia pidiendo que se aplazase la boda porque no estaba seguro de si quer¨ªa casarse porque a¨²n le quedan algunas dudas por resolver.
La noticia sorprendi¨® hasta al mundo pol¨ªtico m¨¢s avezado de la capital, acostumbrado a las grandes traiciones y a las noches congresuales de los largos cuchillos. Es posible, a¨²n, que la familia de la novia acabe haciendo las ¨²ltimas concesiones para no perder al rico novio de lujo y que el voluble presidente la deje al final plantada.
Bolsonaro, que milit¨® durante 30 a?os en nueve partidos diferentes del llamado bajo clero, que se conforman con las migajas de la corrupci¨®n de las mesas de los banquetes de los cardenales de los grandes partidos, nunca fue fiel a las siglas por las que transit¨®. La infidelidad pol¨ªtica est¨¢ en su gen¨¦tica.
El presidente, d¨ªas atr¨¢s mostrando a su esposa Michelle ante su Gabinete, se r¨ªo a carcajadas de un comentario de mal gusto del que ninguno de los presente consigui¨® re¨ªr. Les cont¨®, con su ya conocido estilo machista, que aquella noche a su esposa, ¡°le hab¨ªa hecho un regalo¡±.
Es posible que el capit¨¢n acabe cas¨¢ndose al final pol¨ªticamente con su nueva novia, el PL, quien termine conform¨¢ndose con alg¨²n regalo nocturno inesperado. Ser¨¢, sin embargo, como preanuncian los comentaristas pol¨ªticos de Brasilia, un matrimonio de compromiso, sobre el que pocos creen que dure hasta la elecciones de octubre pr¨®ximo, si es que llega a consumarse.
La fidelidad pol¨ªtica del presidente tiene, en efecto, la fuerza de una ca?a movida por el viento. Y ese es el drama de Brasil: estar gobernado en uno de los momentos mas cr¨ªticos y amargos de su historia por alguien que no inspira confianza y seguridad para salir de la crisis.
El pa¨ªs est¨¢ en manos, para ser elegante, de un adolescente caprichoso que a¨²n no sabe si quiere ser adulto o seguir jugando como un monigote que nunca acaba de crecer y en quien resulta dif¨ªcil confiar.
Sin embargo, es tambi¨¦n posible, como apuntan algunos comentaristas pol¨ªticos, que Bolsonaro, el novio, albergue algunas dudas sobre la fidelidad de la novia. Si conseguir¨¢ serle fiel hasta la reelecci¨®n, que es su ¨²nico sue?o, o si lo abandonar¨¢ antes si lo ve debilitado.
En el caso del nuevo amor pol¨ªtico del capit¨¢n, la familia de la novia sabe que tendr¨¢ que casarse no solo con ¨¦l sino con sus tres hijos pol¨ªticos, tambi¨¦n golosos de cargos y prebendas. No es casualidad que el anuncio de atrasar la boda haya llegado desde Dubai, en donde el presidente est¨¢ con dos de sus hijos que quieren ser por lo menos padrinos de la boda pol¨ªtica con exigencias bien concretas.
De hecho, a¨²n sigue siendo una inc¨®gnita si en Brasil gobierna realmente el capit¨¢n o sus tres hijos, un concejal, un diputado federal y un senador, todos ellos emulando al padre en sus arrobos golpistas y fascistas y que militan en partidos del llamado centr¨®n conocidos por sus apetitos poco republicanos. El presidente ya ha llevado consigo a sus hijos a 11 pa¨ªses extranjeros en viajes oficiales de Estado. Da la impresi¨®n de que al final las decisiones pol¨ªticas importantes de Bolsonaro las toma escuch¨¢ndoles a ellos. Tal vez por eso en una de las reacciones ante el retraso del d¨ªa de la boda, el presidente del PL, Costa Neto, le habr¨ªa respondido, seg¨²n revel¨® el portal en internet Antagonista, ¡°Vete a tomar por c..., t¨² y tus hijos¡±.
Todo muy elegante en ese submundo de la pol¨ªtica, mientras el pa¨ªs, que busca paz y poder vivir en armon¨ªa, lucha por un trabajo que le permita dar de comer a sus hijos.
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