Ingenier¨ªa pol¨ªtica en la Espa?a vac¨ªa

La movilizaci¨®n pol¨ªtica de la Espa?a vac¨ªa (vaciada de poblaci¨®n y de oportunidades) surge de la identificaci¨®n de una brecha que presta el sistema electoral: una candidatura local con suficiente implantaci¨®n en su circunscripci¨®n puede obtener, con un n¨²mero relativamente escaso de votos, un diputado dispuesto a defender sus demandas espec¨ªficas en el Congreso de los Diputados. El ¨¦xito de Teruel Existe y su imprevista relevancia para decantar la votaci¨®n de la investidura de Pedro S¨¢nchez ha sido el modelo que inspira otros movimientos en marcha (Ja¨¦n, Soria, Le¨®n o C¨¢ceres) en busca del mismo objetivo: cobrar una relevancia pol¨ªtica alta a trav¨¦s del altavoz que significa el Congreso de los Diputados.

Algunos expertos han subrayado la deformaci¨®n de la funci¨®n representativa del Congreso que estas candidaturas significan. Su lugar natural habr¨ªa de ser el Senado como C¨¢mara de representaci¨®n territorial, pero el Senado sigue sin cumplir la funci¨®n para la que fue dise?ado, sin que existan hoy condiciones pol¨ªticas para su urgente reforma. Mientras su papel siga siendo marginal o pol¨ªticamente irrelevante, como es ahora, las zonas de Espa?a que se han sentido desatendidas o abandonadas seguir¨¢n aprovechando leg¨ªtimamente las posibilidades del sistema para hacer o¨ªr reclamaciones propias, aunque el Congreso de los Diputados no sea el lugar concebido originariamente para ello.

En el fondo, el reparto de diputados que pudiera activarse en las pr¨®ximas elecciones dar¨ªa carta de naturaleza a un uso vicioso del poder. Los partidos nacionalistas vascos y catalanes encontraron durante muchos a?os en sus diputados un instrumento de presi¨®n y negociaci¨®n pol¨ªtica de m¨¢xima eficacia. Incluso tras la sacudida que ha vivido el Congreso en los ¨²ltimos 10 a?os, en la actual correlaci¨®n de fuerzas de esa C¨¢mara son PNV y ERC quienes pueden determinar el ¨¦xito o el fracaso de las votaciones que el Gobierno de coalici¨®n lleva al Congreso, como fueron ellos los partidos decisivos a la hora de afrontar con garant¨ªas la moci¨®n de censura que hizo a Pedro S¨¢nchez presidente.

El riesgo de estas candidaturas est¨¢ dentro de la norma del propio sistema: no lo han inventado esas nuevas formaciones. Solo lo aprovechan. Sin embargo, el efecto pol¨ªtico que puede tener el aumento de la fragmentaci¨®n regionalista del Congreso merece un an¨¢lisis detallado del que habr¨ªan de desprenderse responsabilidades tanto hacia el PSOE como hacia el PP: ninguno de los dos partidos supo en su momento dar respuesta al goteo de desigualdad y despoblaci¨®n que fue cayendo en esa Espa?a que vivi¨® una di¨¢spora humana, econ¨®mica e industrial que nadie sabe exactamente c¨®mo hacer reversible de forma viable y equitativa. El problema tiene pues dos patas complementarias: la viabilidad objetiva y material de reactivar zonas de Espa?a progresivamente despobladas y descapitalizadas y la voluntad pol¨ªtica de esas zonas de hacerse o¨ªr como v¨ªctimas de un abandono que ha empeorado sus condiciones de vida. No es extra?o que estas plataformas proliferen escuchando a uno de sus representantes m¨¢s notorios, Tom¨¢s Guitarte: ¡°Conseguimos m¨¢s en dos a?os que en 20¡±. Lo que tiene de ¨¦xito pol¨ªtico inequ¨ªvoco Teruel Existe lo tiene tambi¨¦n de diagn¨®stico de un fracaso colectivo.