Ultras ¡®hippies¡¯
Los l¨ªderes de la derecha populista no son seres extraordinarios y ascetas, que est¨¢n por encima del pueblo, sino ordinarios y vividores, que encarnan al pueblo y se van a tomar ca?as con ¨¦l
Una fr¨ªa ma?ana de noviembre de 2019 pones la radio y oyes la terrible noticia: se acerca, desde tierras lejanas, una amenaza apocal¨ªptica. Un virus letal o una lluvia de misiles; lo que te d¨¦ m¨¢s miedo. Si, en ese momento, te preguntan qu¨¦ partidos occidentales propondr¨¢n medidas m¨¢s ¡°autoritarias¡± (estados de alarma, confinamientos, restricciones, controles policiales), no lo dudas: la extrema derecha.
Pero ha sucedido lo contrario. Frente a la pandemia, la m¨¢s opuesta a la disciplina y el orden ha sido la derecha populista, ...
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Una fr¨ªa ma?ana de noviembre de 2019 pones la radio y oyes la terrible noticia: se acerca, desde tierras lejanas, una amenaza apocal¨ªptica. Un virus letal o una lluvia de misiles; lo que te d¨¦ m¨¢s miedo. Si, en ese momento, te preguntan qu¨¦ partidos occidentales propondr¨¢n medidas m¨¢s ¡°autoritarias¡± (estados de alarma, confinamientos, restricciones, controles policiales), no lo dudas: la extrema derecha.
Pero ha sucedido lo contrario. Frente a la pandemia, la m¨¢s opuesta a la disciplina y el orden ha sido la derecha populista, como atestiguan las protestas de estos d¨ªas en Viena o R¨®terdam. Desde el inicio, Alternativa por Alemania (AfD), la Liga italiana o Vox no han apoyado a las autoridades y han aplaudido la desobediencia civil y el esp¨ªritu de resistencia. Como los hippies contraculturales de los setenta.
Dir¨¢s: ¡°Bueno, simplemente son la oposici¨®n m¨¢s rabiosa. Si estuvieran en el poder, tomar¨ªan medidas estrictas¡±. ?Seguro? Las democracias gobernadas por populismos de derechas, como el EE UU de Trump, el Reino Unido de Johnson o el Brasil de Bolsonaro, han priorizado las (pretendidas) libertades individuales sobre el inter¨¦s nacional. Como los hippies.
Seg¨²n el profesor Torben L¨¹tjen, esta paradoja se explica porque en el populismo de derechas, que solemos ver como una continuaci¨®n del fascismo del siglo pasado, late una narrativa de empoderamiento extremo del individuo: no acepto ninguna autoridad y s¨®lo creo lo que yo, en funci¨®n de mi experiencia, quiera creer. En palabras de uno de los ide¨®logos del Brexit, Michael Gove: ¡°No pido a la gente que me crea, sino que se crea a s¨ª misma¡±.
As¨ª, Vox tiene menos en com¨²n con el autoritario dogma de Falange que con el anarquista eslogan de la cadena televisiva Fox News: ¡°T¨² decides¡±. No existe una verdad objetiva. Interpreta el mundo como te d¨¦ la gana, no como pretende vend¨¦rtelo un experto de Harvard o del Ministerio de Sanidad.
El fascismo tradicional ped¨ªa, exig¨ªa, la sumisi¨®n de sus seguidores a una nueva autoridad, un f¨¹hrer. En contraste, la nueva derecha radical promociona lo que AfD llama el m¨¹ndige B¨¹rger, o ciudadano aut¨®nomo. A diferencia del fascismo, los l¨ªderes de la derecha populista no son seres extraordinarios y ascetas, que est¨¢n por encima del pueblo, sino ordinarios y vividores, que encarnan al pueblo y se van a tomar ca?as con ¨¦l. Como los hippies. @VictorLapuente