La energ¨ªa nuclear y el culebr¨®n de la taxonom¨ªa verde
La Comisi¨®n se juega la credibilidad del marco financiero europeo concebido para combatir el cambio clim¨¢tico con su propuesta sobre determinadas inversiones en sectores discutibles
Las centrales nucleares est¨¢n ganando impulso en el debate energ¨¦tico europeo. El caso de Francia es el ¨²ltimo ejemplo, y quiz¨¢ el m¨¢s significativo: el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron anunci¨® la intenci¨®n de construir nuevos reactores modulares peque?os (SMR) de entre 50 y 500 megavatios y convertirse en l¨ªderes de esta tecnolog¨ªa.
Francia ha elegido un momento oportuno para desvelar su p...
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Las centrales nucleares est¨¢n ganando impulso en el debate energ¨¦tico europeo. El caso de Francia es el ¨²ltimo ejemplo, y quiz¨¢ el m¨¢s significativo: el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron anunci¨® la intenci¨®n de construir nuevos reactores modulares peque?os (SMR) de entre 50 y 500 megavatios y convertirse en l¨ªderes de esta tecnolog¨ªa.
Francia ha elegido un momento oportuno para desvelar su plan: en medio de una crisis de precios de los combustibles f¨®siles sin precedentes; con Estados Unidos, China y Rusia apostando por los SMR; y en un momento en el que Bruselas espera resolver cuestiones sobre el futuro de la nuclear en el marco europeo de finanzas sostenibles, la llamada taxonom¨ªa verde.
La taxonom¨ªa verde es una de las patatas calientes del Pacto Verde Europeo, y todo un culebr¨®n en los pasillos del Parlamento Europeo y del Consejo de la Uni¨®n Europea. Esta nueva estrategia europea impondr¨¢ criterios para clasificar qu¨¦ inversiones en materia de energ¨ªa son verdes o no. La mayor¨ªa de regulaciones europeas derivadas de este nuevo marco para las finanzas sostenibles ya est¨¢n adoptadas. Una de las asignaturas pendientes de la Comisi¨®n Europea, sin embargo, es mojarse sobre el papel de la energ¨ªa nuclear y del gas, una cuesti¨®n que ha tra¨ªdo m¨¢s de un dolor de cabeza en Bruselas.
Que una fuente de energ¨ªa no se incluya en la taxonom¨ªa verde no significa que ya no se puedan invertir en ellas. Aun as¨ª, los Estados miembros favorables a la nuclear y al gas llevan ya a?os poniendo presi¨®n a la Comisi¨®n para que se las reconozca como inversiones verdes. Al fin y al cabo, son los Estados miembros quienes tienen competencia exclusiva para decidir sobre su mix energ¨¦tico. Los Veintisiete ya han desvelado sus medidas para reducir emisiones de aqu¨ª a 2030 en sus respectivos Planes Nacionales Integrados de Energ¨ªa y Clima (PNIEC), y quieren certezas de poder llevar a cabo sus estrategias.
Pero tambi¨¦n los detractores de estas dos fuentes de energ¨ªa han insistido una y otra vez en la exclusi¨®n definitiva del gas y de la energ¨ªa nuclear. En los ¨²ltimos meses, han circulado multitud de declaraciones defendiendo la inclusi¨®n o la exclusi¨®n de la nuclear y del gas en la taxonom¨ªa. Incluso los l¨ªderes europeos lidiaron con las inversiones verdes en uno de los ¨²ltimos Consejos Europeos, robando tiempo y protagonismo hasta al debate sobre el Estado de derecho en Polonia.
Francia no est¨¢ sola en la pugna para incluir la energ¨ªa nuclear en la taxonom¨ªa verde: como m¨ªnimo 10 Estados miembros apoyan su inclusi¨®n. Entre ellos est¨¢n los pa¨ªses del Este de Europa, que quieren deshacerse de su dependencia del carb¨®n a trav¨¦s de la energ¨ªa nuclear y del gas.
Pero el bloque antinuclear tambi¨¦n est¨¢ haciendo ruido. Liderados por Alemania, cinco Estados miembros firmaron durante la cumbre del clima en Glasgow una (o, mejor dicho, otra) declaraci¨®n pidiendo a la Comisi¨®n que se olvide de incluir la energ¨ªa nuclear en el marco de la taxonom¨ªa verde. Muchos de estos pa¨ªses se comprometieron a apagar gradualmente sus centrales nucleares tras el desastre de Fukushima en 2011. Espa?a, que tiene previsto empezar el apag¨®n nuclear en 2027 hasta 2035, tambi¨¦n ha mostrado su preocupaci¨®n ante la posibilidad de que la energ¨ªa nuclear se lleve la etiqueta de inversi¨®n verde.
La Comisi¨®n deber¨¢ desvelar en las pr¨®ximas semanas cu¨¢l ser¨¢ el destino de las centrales nucleares y del gas en la taxonom¨ªa. Sin embargo, Bruselas ya ha mostrado se?ales de que la balanza, finalmente, se decantar¨¢ a favor de su inclusi¨®n.
La presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, dijo recientemente que Europa necesita ¡°una fuente de energ¨ªa estable, la nuclear; y, durante la transici¨®n, por supuesto, el gas natural. Es por eso que, como ya dijimos en abril, enviaremos una nueva propuesta de taxonom¨ªa¡±. Los primeros borradores de la propuesta de taxonom¨ªa indican que la Comisi¨®n est¨¢ muy cerca de otorgar a las dos fuentes energ¨¦ticas la etiqueta de energ¨ªas verdes. Cierto, es posible que el Berlaymont ¡ªel edificio que alberga la sede de la Comisi¨®n¡ª cambie de opini¨®n de aqu¨ª a fin de a?o. Sin embargo, los lobbies y organizaciones medioambientalistas en Bruselas ya se han hecho a la idea de que, al fin, el Ejecutivo europeo parece haber tomado una decisi¨®n.
Ante este escenario, los detractores de la energ¨ªa nuclear (y del gas natural) intentar¨¢n frenar el avance de la nuclear y del gas en la taxonom¨ªa, pero al no poseer una mayor¨ªa calificada ser¨¢ dif¨ªcil bloquear un acto delegado. La credibilidad del marco financiero verde europeo est¨¢ en juego con la propuesta final de la Comisi¨®n, que probablemente se vaya a resolver como se resuelve todo en Bruselas, con un compromiso que no va a acabar de gustar a nadie: con la nuclear dentro, y con el gas tambi¨¦n, aunque bajo circunstancias estrictas.