Rezame
Pienso en los que perdieron empleos, casas, familiares, pero m¨¢s a¨²n en los que no perdieron nada e igual deambulan en un mundo que ya no les pertenece
No soy una buena persona. No hago nada por paliar el hambre en el mundo, no salv¨¦ a nadie de la muerte (salvo que cuente la vez en que salv¨¦ a mi hermano menor de ahogarse en una piscina cuando ¨¦l ten¨ªa poco m¨¢s de un a?o, y es posible que lo haya salvado tambi¨¦n de la maldici¨®n del agua porque, apenas lo saqu¨¦, volv¨ª a entrar y nad¨¦ con ¨¦l en brazos, amans¨¢ndolo en el mismo l¨ªquido que pudo haberlo matado, mi raro m¨¦todo de intimar con el veh¨ªculo de la aniquilaci¨®n), pero cada noche, cuando me voy a dormir, pienso en los que no han resucitado. En los que despu¨¦s de lo peor ...
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No soy una buena persona. No hago nada por paliar el hambre en el mundo, no salv¨¦ a nadie de la muerte (salvo que cuente la vez en que salv¨¦ a mi hermano menor de ahogarse en una piscina cuando ¨¦l ten¨ªa poco m¨¢s de un a?o, y es posible que lo haya salvado tambi¨¦n de la maldici¨®n del agua porque, apenas lo saqu¨¦, volv¨ª a entrar y nad¨¦ con ¨¦l en brazos, amans¨¢ndolo en el mismo l¨ªquido que pudo haberlo matado, mi raro m¨¦todo de intimar con el veh¨ªculo de la aniquilaci¨®n), pero cada noche, cuando me voy a dormir, pienso en los que no han resucitado. En los que despu¨¦s de lo peor del virus no han resucitado. En los que, aunque ahora todo es menos ominoso y menos triste, siguen ominosos y tristes. En los que andan desconcertados y vac¨ªos, sin entenderse ni saber qu¨¦ pasa, flojos y convalecientes, como si hubieran perdido un eslab¨®n, como si no supieran de qu¨¦ ni para qu¨¦ est¨¢ hecho el tiempo. Pienso en los que perdieron empleos, casas, familiares, pero m¨¢s a¨²n en los que no perdieron nada e igual deambulan en un mundo que ya no les pertenece, que no quiere verlos porque son la resaca inc¨®moda de una ¨¦poca que todos quieren olvidar. El signo de los tiempos es seguir adelante, gestionar el shock haciendo cuenta de que nada ha sucedido. As¨ª que cada noche, antes de dormir, pienso en los no resucitados y me pregunto que sentir¨¢n en los largos d¨ªas y las largas noches. Pienso en sus esp¨ªritus resecos, en si tendr¨¢n esperanza de recuperar la humedad de la vida. Entonces miro al hombre con quien vivo, una persona mucho mejor que yo, y le ruego en silencio: rezame, rezame justo antes. Antes de que pierda el deseo, antes de que me queme la indiferencia. Rezame para mantenerme resucitada. Yo no creo en nada. Solo en ¨¦l y en su fe, un poco extra?a, en que debajo de mis capas de ira y desaz¨®n hay algo suave y humano, quiz¨¢s relevante.