A la carta
Sin necesidad de ser un h¨¦roe, uno debe elegir exactamente lo que desea ver, o¨ªr, pensar y creer
No se trata de ser un h¨¦roe, pero una persona decente deber¨ªa prohibirse ciertas veleidades este nuevo a?o. Si no se quiere perder la dignidad habr¨ªa que negarse a prestar atenci¨®n a los debates tabernarios del Parlamento. Los insultos y r¨¦plicas procaces que se intercambian algunos diputados van dirigidos con toda intenci¨®n a la parte inferior del cuerpo humano donde residen las emociones primarias y los sentimientos m¨¢s innobles y no hacen sino degradar moralmente al ciudada...
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No se trata de ser un h¨¦roe, pero una persona decente deber¨ªa prohibirse ciertas veleidades este nuevo a?o. Si no se quiere perder la dignidad habr¨ªa que negarse a prestar atenci¨®n a los debates tabernarios del Parlamento. Los insultos y r¨¦plicas procaces que se intercambian algunos diputados van dirigidos con toda intenci¨®n a la parte inferior del cuerpo humano donde residen las emociones primarias y los sentimientos m¨¢s innobles y no hacen sino degradar moralmente al ciudadano corriente, de derechas o de izquierdas. Cuando oigas el rebuzno de alg¨²n pol¨ªtico exaltado, ponte a salvo, y como ant¨ªdoto elige, por ejemplo, un poema de Pedro Salinas, lee en voz alta uno de sus versos al azar y ver¨¢s que las palabras tambi¨¦n pueden tener una cadencia ¨¢urea, un sonido de manantial. No se trata de ser un h¨¦roe, pero este a?o 2022 una persona decente tampoco deber¨ªa permitir que la contaminaci¨®n le cause lesiones irreparables en el cerebro. Esta contaminaci¨®n t¨®xica no se deriva del CO?, sino del veneno informativo que algunos medios y las redes sociales vierten en la atm¨®sfera. Hay que ponerse a salvo de los infames noticieros, de las opiniones que se solventan a gritos en las tertulias, de los bulos que se propagan de forma exponencial y se convierten en un postre indigesto en cualquier sobremesa. Cuando sientas que el aire es irrespirable pon a todo volumen el Aleluya de H?ndel, aspira profundamente su m¨²sica y un raudal de alegr¨ªa y de optimismo te llenar¨¢ los pulmones y por un momento llegar¨¢s a pensar que el mundo, pese a tantos idiotas, sigue siendo maravilloso. Despu¨¦s de todo, lo que uno oye no es muy distinto de lo que come. Una persona decente no debe permitir que otros le impongan el men¨² de su mierda informativa en el plato. Sin necesidad de ser un h¨¦roe uno debe elegir a la carta lo que desea ver, o¨ªr, pensar y creer. Feliz a?o.