Qu¨¦ puede aprender Europa de ¡®La casa de papel¡¯
En este mundo de tensi¨®n creciente y multilateralismo menguante, la soberan¨ªa nacional de unos pocos Estados europeos no bastar¨¢ para contener a fuerzas m¨¢s agresivas
Se preguntar¨¢n ustedes qu¨¦ tiene que ver la ficci¨®n del superrobo a la f¨¢brica de la moneda con la cosa europea. Se trata del m¨¦todo. La fuerza del Profesor est¨¢ en su capacidad para planificar y anticipar; en su dominio del tiempo; y en su ambici¨®n y determinaci¨®n.
Viene al caso ante la posibilidad de que en poco tiempo nos volvamos a acercar al abismo, de la mano de Estados Unidos. As¨ª se vive all¨ª estos d¨ªas, entre los anive...
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Se preguntar¨¢n ustedes qu¨¦ tiene que ver la ficci¨®n del superrobo a la f¨¢brica de la moneda con la cosa europea. Se trata del m¨¦todo. La fuerza del Profesor est¨¢ en su capacidad para planificar y anticipar; en su dominio del tiempo; y en su ambici¨®n y determinaci¨®n.
Viene al caso ante la posibilidad de que en poco tiempo nos volvamos a acercar al abismo, de la mano de Estados Unidos. As¨ª se vive all¨ª estos d¨ªas, entre los aniversarios del asalto al Capitolio y la toma de posesi¨®n de Biden. La ilusi¨®n de un nuevo comienzo se top¨® pronto con la realidad de una lucha contra la pandemia convertida en material de guerra pol¨ªtica, espoleada por un Partido Republicano convencido de que cuanto peor vaya el pa¨ªs, mejor les ir¨¢ a ellos. Las alertas sobre una guerra civil en ciernes pueden resultar exageradas, sobre todo para quienes creemos en la resistencia de las instituciones. Sin embargo, la proyectada victoria republicana en las legislativas de noviembre y la probabilidad de un retorno de Trump en 2024 planean en el horizonte. La sombra del expresidente parece m¨¢s larga que nunca.
?C¨®mo se puede preparar Europa ante tal eventualidad? Planificar y anticipar. Conocer bien el contexto y los protagonistas; hay mucho de psicolog¨ªa ah¨ª. De hecho, an¨¢lisis, propuestas y escenarios no escasean; lo que falta es hacer que puedan ponerse en pr¨¢ctica. Tras el shock trumpista, la Uni¨®n Europea reforz¨® su discurso sobre la autonom¨ªa estrat¨¦gica y ha dado peque?os pasos en su capacidad defensiva¡ pero muy lejos de lo que requerir¨ªa un mundo con un Estados Unidos nuevamente enloquecido. Ni siquiera nos ponemos de acuerdo para juntar 5.000 efectivos en una fuerza de reacci¨®n r¨¢pida. Imag¨ªnense la actual situaci¨®n de tensi¨®n causada por Rusia si Washington decidiera darle la espalda al tema. Durante su presidencia temporal del Consejo Europeo este semestre, Francia quiere hacer bandera de la soberan¨ªa europea, pero entonces aparece el segundo factor del m¨¦todo.
Por un lado, los tiempos electorales no permiten el largo plazo que requiere una buena planificaci¨®n. Ser¨¢ todo un desaf¨ªo para Macron impulsar Europa en medio de su propia campa?a presidencial. Por otro, los tiempos comunitarios son m¨¢s que dilatados, especialmente en cuestiones que entra?an seguir profundizando la integraci¨®n de los Veintisiete.
Lo que nos lleva al tercer elemento: cualquier objetivo, por muy descabellado que parezca, se puede alcanzar con ambici¨®n y determinaci¨®n. Y claramente es lo que le sigue faltando a la UE en el plano geopol¨ªtico. En este mundo de tensi¨®n creciente y multilateralismo menguante, la soberan¨ªa nacional de unos pocos Estados europeos no bastar¨¢ para contener a fuerzas m¨¢s agresivas.
Como siempre, al otro lado una China que lleva d¨¦cadas siguiendo a rajatabla el m¨¦todo. Por mucho que pueda parecer que anda en horas bajas, tiene claro su destino.