El disfrute de leer la prensa
Los lectores escriben sobre el placer de la lectura del peri¨®dico, la proliferaci¨®n del ingl¨¦s en la publicidad, la juventud y el suicidio
Disfruto leyendo la prensa en el agradecido silencio de mi pueblo. Sin embargo, es triste ver que para muchos el sentido de las palabras escritas depende de la persona que las escribe. Y que otros, aferrados a ideolog¨ªas, partidos o instituciones, leen s¨®lo aquello que les garantiza la seguridad que necesitan. ?Qu¨¦ le vamos a hacer!
Pero no olvidemos que tanto nuestros gestos como nuestras palabras son s¨ªmbolos, signos. Quiero decir con ello que la ambig¨¹edad siempre nos rodea, pues las palabras revelan y ocultan a la vez. Es triste comprobar que para algunos no cuenten ni las razones ni lo que se dice sino qui¨¦n lo dice. En la aldea, todo resulta m¨¢s sencillo, es verdad. As¨ª, siempre me interesaron las charlas sobre primeros auxilios, por ejemplo. Bueno ser¨ªa tambi¨¦n que a nosotros, los mayores, se nos hablase del an¨¢lisis de la prensa y de algunos programas de televisi¨®n. Tiempo para ello tendr¨ªamos. Comunicarse es la actividad humana por antonomasia.
Ceferino Su¨¢rez de los ?ngeles. Illas (Asturias)
Un uso invasivo del ingl¨¦s
Si nos acercamos a un escaparate, o entramos en una de las numerosas tiendas de ropa de las diferentes franquicias que est¨¢n repartidas por todas las ciudades de la geograf¨ªa espa?ola, que todos conocemos y no citar¨¦ aqu¨ª, nos encontraremos que toda publicidad, letrero o indicador est¨¢ escrito en ingl¨¦s. Resulta curioso que menosprecien una lengua hablada por m¨¢s de 500 millones de personas en el mundo, m¨¢s teniendo en cuenta que la mayor¨ªa de estas franquicias son espa?olas. Estamos muy pendientes del uso y trato del espa?ol con relaci¨®n a la de otras lenguas cooficiales, pero la evidente invasi¨®n del ingl¨¦s, all¨¢ donde miremos, parece importarnos muy poco.
Sebasti¨¢n Navarrete Molina. Fuenlabrada (Madrid)
Hay que ver c¨®mo est¨¢ la juventud
El otro d¨ªa escuch¨¦ hablar a dos se?oras. Dec¨ªan que la juventud de ahora estaba muy mal educada y que ¨ªbamos a hundir el pa¨ªs. Yo tengo 15 a?os y no es la primera vez que escucho unos comentarios as¨ª. Ya se quejaba S¨®crates de los j¨®venes de su ¨¦poca y es triste que, 2.500 a?os despu¨¦s, la opini¨®n sobre los que son el futuro no haya mejorado. La gente tiene prejuicios contra los m¨¢s j¨®venes porque nuestras ideas y motivaciones son diferentes y en lugar de motivarnos a mejorar, nos desaniman llen¨¢ndonos la cabeza de malos presagios. ?No ser¨ªa preferible que nos apoyasen y aconsejasen?
Mar¨ªa de la Torre Regidor. Madrid
Hacer m¨¢s contra el suicidio
Desde que comenz¨® la pandemia, parece que lo ¨²nico que existe en el mundo es la covid. No obstante, los problemas que ten¨ªamos antes de esta pandemia siguen existiendo. Por ejemplo, en Espa?a el n¨²mero de suicidios por a?o es desorbitadamente elevado, sobre todo en el caso de los j¨®venes. ?Qu¨¦ hacen las instituciones para evitar que este n¨²mero siga subiendo? Me preocupa porque creo que los j¨®venes estamos sometidos a mucha presi¨®n y la pandemia ha agravado la situaci¨®n. No obstante, nadie habla de ello y mientras tanto tenemos que seguir con nuestras vidas como si el suicidio fuera un problema ajeno a nosotros.
Ana Castillo Cabello. Badia del Vall¨¨s (Barcelona)
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