?Pero c¨®mo va a escribir eso una mujer!
Damon Albarn pide perd¨®n a Taylor Swift tras acusarla de no componer sus canciones y revive la cansina tradici¨®n de negar a autoras que, osadas ellas, escriben con ¨¦xito
¡°?Qu¨¦ hacer cuando una mujer ha escrito algo? La primera l¨ªnea de defensa es negar que lo ha escrito¡±. Esto lo apunt¨® la novelista Joanna Russ en 1983, pero lo podr¨ªa haber dicho ayer mismo porque ah¨ª sigue, fresqu¨ªsimo, plenamente vigente. Que se lo digan a Damon Albarn, l¨ªder de Blur, que debe andar sin huella dactilar de tanto bloquear a usuarios en Twitter. ¡°Me han arrojado al abismo de las redes sociales¡±, lament¨® el martes subido a un escenario de Los ?ngel...
¡°?Qu¨¦ hacer cuando una mujer ha escrito algo? La primera l¨ªnea de defensa es negar que lo ha escrito¡±. Esto lo apunt¨® la novelista Joanna Russ en 1983, pero lo podr¨ªa haber dicho ayer mismo porque ah¨ª sigue, fresqu¨ªsimo, plenamente vigente. Que se lo digan a Damon Albarn, l¨ªder de Blur, que debe andar sin huella dactilar de tanto bloquear a usuarios en Twitter. ¡°Me han arrojado al abismo de las redes sociales¡±, lament¨® el martes subido a un escenario de Los ?ngeles el que fuese estandarte pijo de la cultura de cerveza, colegas y f¨²tbol que triunf¨® con el britpop de los a?os noventa. Sin rastro de empuj¨®n alguno, lo cierto es que a ese agujero se hab¨ªa lanzado solito.
En una entrevista que ofreci¨® el lunes a Los Angeles Times, Albarn no solo tuvo la audacia de afirmar que ¡°Taylor Swift no escribe sus canciones¡±. Cuando el periodista Mikael Wood le corrigi¨® para decirle que por supuesto lo hac¨ªa y que coescrib¨ªa muchos de sus temas, el fundador de Gorillaz sigui¨® en sus trece: ¡°Eso no cuenta¡±. Swift, que ha compuesto m¨¢s de medio centenar de sus canciones ella sola, no tard¨® en contestar v¨ªa Twitter. Por all¨ª se dejar¨¢ ver poco, pero cada vez que vuelve provoca un chute de adrenalina, cortocircuitando y explotando toda burbuja algor¨ªtmica: ¡°Era una gran fan tuya hasta que he visto esto. Yo escribo TODAS mis canciones. Tu opini¨®n en caliente es completamente falsa y MUY da?ina. No tienen por qu¨¦ gustarte mis canciones, pero es muy jodido que intentes desacreditar lo que escribo. WOW¡±. Y a?adi¨® una posdata que se ped¨ªa a gritos: ¡°He escrito este tuit entero yo solita, en caso de que te lo est¨¦s preguntando¡±.
Con m¨¢s de 100.000 retuits y hasta la intervenci¨®n en la conversaci¨®n del nuevo presidente chileno, Gabriel Boric (¡°tienes un gran grupo de personas que te apoyan y que saben que t¨² escribes tus propias canciones desde el coraz¨®n¡±), Albarn contest¨® a Swift disculp¨¢ndose y tirando balones fuera ante tremendo barrizal (¡°en una conversaci¨®n sobre componer he sido tristemente reducido al clickbait¡±). M¨¢s all¨¢ del gozo que supuso ver a uno de los Oasis entrar al trapo (¡°Gran compositora¡±, tuite¨® Liam Gallagher preguntado sobre el pique del d¨ªa), la negaci¨®n del l¨ªder de Blur sobre la autor¨ªa de una artista que acumula 11 grammys en casa revive una cansina tradici¨®n. Esa empe?ada en negar a las mujeres que escriben y que, osadas ellas, encima lo hacen con ¨¦xito. Porque no solo pasa en Am¨¦rica. El ninguneo a la autor¨ªa femenina es un fen¨®meno atemporal, pegajoso y sumamente contagioso. ¡°Existe una concepci¨®n algo machista de que una mujer artista nunca puede decidir c¨®mo hacer su m¨²sica, o dirigir su carrera a su manera, controlar su trabajo; como si siempre alguien, o un hombre por detr¨¢s, la hubiese tenido que moldear¡±, denunci¨® Amaia Romero en una entrevista en S Moda, cansada tambi¨¦n de que la hagan sentir t¨ªtere en la industria sin ser nada de eso.
No lo pudo pensar por s¨ª misma, dio a entender Mario Praz de Mary Shelley, convencido de que si Frankenstein triunf¨® fue porque ¡°ella era un medio transparente a trav¨¦s del cual pasaban las ideas de aquellos que estaban a su alrededor¡±. No lo ha escrito ella sola, se dijo de Charlotte Bront? y su Jane Eyre en 1848, cuando Percy Edwin Whipple consider¨® que su hermano Branwell habr¨ªa metido mano porque ¡°existen detalles en las emociones de la mente que¡ a menudo pasan desapercibidos para una escritora¡±. Lo recopilaba la propia Russ en C¨®mo acabar con la escritura de las mujeres, un cl¨¢sico sobre las estrategias para ignorar a las autoras. All¨ª recordaba que hasta de la maestra de las distop¨ªas, Ursula K. Le Guin, muchos editores reputados de los ochenta dec¨ªan: ¡°Todav¨ªa no he le¨ªdo a Le Guin, pero parece que es muy buen escritor¡±. ?Pero c¨®mo iba a escribir eso una mujer!