Micro y macrocosmos pol¨ªticos
Todas las part¨ªculas presentes en la pol¨ªtica m¨¢s local hacen acto de presencia tambi¨¦n en su escala m¨¢s amplia y elevada, sus componentes b¨¢sicos son los mismos
Este domingo hab¨ªa pensado escribir sobre el inicio de la campa?a electoral en Castilla y Le¨®n o sobre las dificultades del Gobierno para aprobar la reforma laboral: los posicionamientos de los partidos, sus estrategias y discursos, etc¨¦tera. En fin, todo lo que da de s¨ª el circo electoral o los tacticismos que acompa?...
Este domingo hab¨ªa pensado escribir sobre el inicio de la campa?a electoral en Castilla y Le¨®n o sobre las dificultades del Gobierno para aprobar la reforma laboral: los posicionamientos de los partidos, sus estrategias y discursos, etc¨¦tera. En fin, todo lo que da de s¨ª el circo electoral o los tacticismos que acompa?an las procelosas negociaciones de Yolanda D¨ªaz u otros miembros del Gabinete. Les confieso que he sido incapaz. No porque piense que carecen de importancia, sino porque llevo unas semanas abducido por la crisis ucrania y me ha dado un ataque de s¨ªndrome de escala. Soy incapaz de fijarme en lo micro, lo que tiene una dimensi¨®n peque?a y parroquial; mi mente se eleva enseguida hacia lo grande, aquello que se presenta adem¨¢s acompa?ado de eso de lo que tantas veces abusamos, la magnitud ¡°hist¨®rica¡±. Nos encontramos al borde de un posible cataclismo y aqu¨ª estamos, con perd¨®n, hablando de las vacas en una comunidad que no llega a los dos millones y medio de habitantes o de si hay que excluir o no a Ciudadanos como apoyo parlamentario del Gobierno, como si de eso dependiera ni m¨¢s ni menos que la propia identidad de la izquierda.
Este contraste puede servir para relativizar los problemas que tenemos m¨¢s a mano. Pero no es esto de lo que quer¨ªa hablar. No, me he dado cuenta de que, en el fondo, la escala pol¨ªtica que escojamos al final nos remite a cosas muy parecidas, a la sustancia de la pol¨ªtica. Y esto no es tan sencillo de explicar en una columna. Dar¨¦ un peque?o rodeo. Recuerdo v¨ªvidamente una conferencia impartida por un f¨ªsico te¨®rico, mi amigo Cayetano L¨®pez, que llevaba el impresionante t¨ªtulo siguiente: ¡°De lo infinitamente peque?o a lo infinitamente grande¡±. Iba, por simplificar, de la conexi¨®n entre las part¨ªculas elementales del ¨¢tomo, lo micro micr¨ªsimo, con el mismo universo, lo inmenso, y las leyes que rigen en ambos ¨¢mbitos. Una cosa no se explica sin la otra. Salvadas todas las distancias, algo parecido ocurre con la pol¨ªtica. Todas las part¨ªculas presentes en la pol¨ªtica m¨¢s local hacen acto de presencia tambi¨¦n en su escala m¨¢s amplia y elevada, sus componentes b¨¢sicos son los mismos. Por parafrasear a Montaigne, toda unidad pol¨ªtica, por m¨ªnima que sea, contiene la forma entera de la condici¨®n pol¨ªtica; no en vano, esta no es m¨¢s que un reflejo de la misma condici¨®n humana. Aunque lo que generalmente se trasluce de ella sea siempre su parte menos agraciada.
Las leyes ¡ªt¨¢cticas, mejor¡ª que rigen las negociaciones de Yolanda D¨ªaz en el fondo no son tan distintas de las que aplican los grandes actores de la crisis ucrania. Cada uno de ellos atendiendo a sus intereses m¨¢s o menos espurios, m¨¢s o menos afectados por c¨¢lculos peque?os o grandes dise?os. Y toda campa?a electoral, incluso la de una gran comunidad con poca poblaci¨®n, es especular respecto de cualquier otra de mayor escala: los mismos esl¨®ganes, el mismo ruido, la misma afectaci¨®n de los actores. Con todo, s¨ª hay una gran diferencia entre la nueva crisis en Europa y la pol¨ªtica de menor tama?o. Si en aquella fracasa la pol¨ªtica, las consecuencias pueden ser devastadoras. Tambi¨¦n hay gradaciones entre las tragedias posibles. Lo que no se entiende es por qu¨¦ all¨ª tenemos tan claro que sobra el politiqueo y aqu¨ª lo vemos como algo casi natural. La verdadera distinci¨®n no es entre escalas de acci¨®n pol¨ªtica sino la que distingue entre la pol¨ªtica peque?a y la gran pol¨ªtica, la que consigue elevarse por encima de las minucias de los juegos de poder y atiende a lo verdaderamente importante.