Los errores se pagan caro

Ya conocen los resultados de las elecciones en Castilla y Le¨®n, pero no es mi caso al entregar esta columna. Esta circunstancia no afecta demasiado a lo que quiero compartir con ustedes porque pretendo detenerme en la ¨²nica certeza que existe antes de que el recuento determine el ganador y el encargado de formar Gobierno. Me refiero, claro est¨¢, al crecimiento de Vox y su consolidaci¨®n como fuerza pol¨ªtica en los territorios, salvo honrosas excepciones. Convendr¨¢n conmigo que no deja de ser curioso que quien niega el Estado auton¨®mico como modelo pol¨ªtico y tiene en su programa de gobierno propuestas para buscarle alternativa se aplique con tanto entusiasmo a ampliar su espacio de representaci¨®n en los parlamentos auton¨®micos e, incluso, est¨¦ dispuesto a asumir responsabilidades de gobierno si se dan las condiciones para ello. No deber¨ªa extra?arnos que los representantes de Vox que disponen ya de actas de diputado vayan cambiando de idea y, como buenos conversos, terminen siendo apasionados defensores de las bondades del sistema auton¨®mico. Tiempo al tiempo.

El fen¨®meno de Vox no es, lo sabemos todos, una excentricidad espa?ola. La realidad europea confirma el crecimiento de las fuerzas pol¨ªticas de extrema derecha como una constante en todos los pa¨ªses de nuestro entorno. Portugal ha sido el ¨²ltimo en darles representaci¨®n en su Parlamento nacional. Las razones que explican el fen¨®meno son m¨²ltiples y alertan de c¨®mo nuestros sistemas pol¨ªticos, normativos e institucionales tambi¨¦n responden a sus propias imperfecciones o deterioros internos y, m¨¢s a¨²n, frente a cualquier elemento externo que pueda aparecer de manera sorpresiva y amenazar su inestable equilibro. El agente infeccioso (pandemia, crisis econ¨®mica, desigualdad, frustraci¨®n, hiperliderazgos...) y la reacci¨®n del propio sistema democr¨¢tico (desafecci¨®n, populismo, polarizaci¨®n, bloqueo institucional¡­) aceleran la evoluci¨®n del sistema hacia formas de Gobierno y oposici¨®n de menor calidad democr¨¢tica en las que la extrema derecha impone su comportamiento.

La respuesta no pasa por competir en una carrera loca por f¨®rmulas pol¨ªticas asentadas en respuestas simples y en marcos culturales que conducen a la confrontaci¨®n y la fractura social, adem¨¢s de resultar est¨¦riles para reforzar la confianza en las fuerzas pol¨ªticas convencionales. El surgimiento de Vox en Espa?a aprovech¨® claramente el malestar generado por el desaf¨ªo catal¨¢n para capitalizar las esencias del nacionalismo espa?ol m¨¢s hiperventilado. Sin embargo, su consolidaci¨®n y expansi¨®n por el territorio nacional parece estar m¨¢s vinculado con errores atribuibles al PP. La actual direcci¨®n nacional deber¨ªa analizar con calma la situaci¨®n y tomar nota de lo que est¨¢ ocurriendo. La estrategia pol¨ªtica en su actividad como oposici¨®n, adem¨¢s de la encaminada a acelerar un carrusel electoral no siempre justificado, est¨¢n dejando como resultado una extrema derecha m¨¢s fuerte en los parlamentos auton¨®micos y, lo que resulta m¨¢s arriesgado, con poder para influir de manera decisiva en la configuraci¨®n de los gobiernos del PP. ?Es esto realmente lo que persigue Pablo Casado? Como contribuci¨®n no parece que sea digna de aplauso.