Vocabulario

Me pregunto si la expresi¨®n ¡°p¨¦rdida del poder adquisitivo¡± es un eufemismo que equivale a ¡°empobrecimiento¡±. ¡°P¨¦rdida del poder adquisitivo¡± posee un toque de car¨¢cter impersonal, como el que dice, no s¨¦, ¡°piedras en el ri?¨®n¡±. El m¨¦dico no tiene la culpa de esas piedras, se ha limitado a localizarlas. Tampoco t¨²: las piedras aparecen en unos cuerpos y no en otros por razones que van m¨¢s all¨¢ de nuestra comprensi¨®n, etc. Esto es lo que se intenta cuando se habla de la ¡°p¨¦rdida del poder adquisitivo¡± provocada ahora por la inflaci¨®n: que parezca una enfermedad ajena a la pol¨ªtica o a las decisiones econ¨®micas. Si usted es m¨¢s pobre hoy que ayer (pero menos que ma?ana), lim¨ªtese a decir que ha sufrido ¡°una p¨¦rdida del poder adquisitivo¡± para contribuir a la creaci¨®n de una atm¨®sfera de paz, tan necesaria en las situaciones de crisis.

Ahora bien, yo voy al mercado cada d¨ªa y cuando la gente ve el precio de la fruta, se cisca en todo. La gente, en el mercado, no habla como en el telediario. Ir a la compra constituye un modo de asistir a la emisi¨®n de un telediario alternativo. No siempre se ciscan, claro, porque una de las caracter¨ªsticas de la vida es la diversidad. Hay quien se queda mirando en silencio las piezas de carne y luego, con gesto de resignaci¨®n, se dirige a la casquer¨ªa, que queda dos metros m¨¢s all¨¢. El silencio resignado es otra forma de dar las noticias. Ayer me acerqu¨¦ a una se?ora que iba y ven¨ªa, pobre, sin comprar nada, porque nada se ajustaba a su presupuesto y le pregunt¨¦ si notaba la p¨¦rdida del poder adquisitivo. ¡°La p¨¦rdida de tu madre¡±, dijo.

Significa que el lenguaje de madera que utilizamos para nombrar la realidad no funciona, precisamente, en la realidad. Viene a ser como si el instrumento inventado para sacar corchos no sacara corchos. Deber¨ªamos, en fin, revisar nuestro vocabulario.