La tristeza de la guerra
Los lectores escriben sobre los ucranios que huyen tras la invasi¨®n rusa, el pacifismo, la huella del conflicto b¨¦lico en las personas y las mujeres en la televisi¨®n
Hoy me he levantado sintiendo el dolor de miles de ucranios que han decidido abandonar sus hogares ante la invasi¨®n militar de Rusia a su pa¨ªs. Encogida por la angustia, por mi mente desfilan edificios destruidos despu¨¦s de los bombardeos, caras de j¨®venes y mayores visiblemente afectados cruzando la frontera de Ucrania con Polonia. Noto, como si fuera en mi propia carne, esos abrazos de quienes han de dejar a algunos familiares en su pa¨ªs mient...
Hoy me he levantado sintiendo el dolor de miles de ucranios que han decidido abandonar sus hogares ante la invasi¨®n militar de Rusia a su pa¨ªs. Encogida por la angustia, por mi mente desfilan edificios destruidos despu¨¦s de los bombardeos, caras de j¨®venes y mayores visiblemente afectados cruzando la frontera de Ucrania con Polonia. Noto, como si fuera en mi propia carne, esos abrazos de quienes han de dejar a algunos familiares en su pa¨ªs mientras ellos huyen de los ataques rusos. Imagino a los voluntarios consiguiendo confortar a los refugiados con ese calor humano que las personas de buena fe irradian. Veo correr a decenas de mujeres, peque?os y m¨¢s entrados en a?os, protegi¨¦ndose en refugios antia¨¦reos en Kiev. No dejo de pensar en la suerte que correr¨¢n los ni?os en las escuelas, despu¨¦s de la explosi¨®n de diferentes artefactos. Como si de un fogonazo se tratase, pasa por delante de mi vista una estaci¨®n de metro de la capital ucrania, todav¨ªa grabada en mi memoria en un viaje que queda ya lejano en el tiempo, convertida ahora en un punto de escape.
Gema Abad Ballar¨ªn. Reus (Tarragona)
Recuerdos
Una bomba casi mata a mi abuela siendo ni?a. Estuvo tan cerca que se cay¨® del burro; sin embargo, el destino quiso salvarla. Creo que fue un milagro; en realidad, mi abuela siempre fue salvando la vida, intercalando muchas penas y alguna alegr¨ªa para soportar el v¨¦rtigo de vivir. Se puede decir que fue una superviviente de la historia, de las mil historias que atravesaron su vida. Dolieron tanto que mi abuela siempre quiso vivir a medias. Lloraba de repente y nadie comprend¨ªa c¨®mo pod¨ªa sufrir tanto sin motivo. Ella siempre tuvo sus motivos, unas ra¨ªces profundas que conectaban con el llanto y que solo ella sab¨ªa interpretar, pero ah¨ª estaban, bien atadas a unos traumas que a veces dulcificamos llam¨¢ndolos recuerdos.
Ana Bel¨¦n P¨¦rez Villa. Soria
Pacifismo conservador y ego¨ªsta
Hay personas que recuerdan con simpat¨ªa a las Brigadas Internacionales que combatieron en la Guerra Civil espa?ola. En muchos casos, son las mismas que piensan que Espa?a no deber¨ªa enviar armamento a Ucrania, que tan solo se deber¨ªa enviar ayuda humanitaria. Estas personas se consideran progresistas. En realidad, pertenecen al pacifismo m¨¢s conservador y ego¨ªsta: mejor no molestar a Vlad¨ªmir Putin. La OTAN no debe enviar soldados a Ucrania, pero me preocupan los prejuicios de la izquierda espa?ola. ?Y si fuera Donald Trump y no Putin? Dijo la Pasionaria que ¡°es preferible morir de pie que vivir de rodillas¡±.
Rafael Monreal Iglesias. Palma de Mallorca
Misterios
Se acerca el D¨ªa de la Mujer y aprovecho para plantear una cuesti¨®n que siempre me ha sorprendido: la desaparici¨®n de casi todas las presentadoras de telediarios a partir de los 40 a?os. Una vez llegan a esa edad, desaparecen misteriosamente y a veces para siempre. ?Qu¨¦ hacen con ellas? ?D¨®nde las esconden? En cambio, sus compa?eros de mesa envejecen con naturalidad ante las c¨¢maras, acompa?ados de presentadoras que podr¨ªan ser sus hijas. Parecen detalles sin importancia, pero s¨ª que la tienen, y retratan la sociedad en la que vivimos.
Elena Garc¨ªa Ruiz. M¨¢laga