Carta a mi familia en Rusia
Ante mis ojos est¨¢ naciendo una nueva Ucrania, que nunca se dejar¨¢ conquistar ni perdonar¨¢ a los rusos esta guerra. Y no es patrioterismo, sino la reacci¨®n natural ante el deseo de destruir nuestra libertad, nuestra identidad, nuestra dignidad
Por fin me han escrito mis familiares de San Petersburgo. Estaban preocupados, porque ninguno de nosotros respond¨ªa a sus llamadas. Y muy angustiados, pues toda guerra es una tragedia, y da mucho miedo, ya que las calles de Kiev est¨¢n llenas de gente armada. Sobre pol¨ªtica prefieren no hablar, pero es tan horrible que lo ¨²nico que quieren es apoyarnos. Y, si lo necesitamos, que sepamos que ?siempre tendremos cobijo en P¨ªter!
Y esta es mi respuesta:
Saludos. Lo cierto es que me temo que estamos en do...
Por fin me han escrito mis familiares de San Petersburgo. Estaban preocupados, porque ninguno de nosotros respond¨ªa a sus llamadas. Y muy angustiados, pues toda guerra es una tragedia, y da mucho miedo, ya que las calles de Kiev est¨¢n llenas de gente armada. Sobre pol¨ªtica prefieren no hablar, pero es tan horrible que lo ¨²nico que quieren es apoyarnos. Y, si lo necesitamos, que sepamos que ?siempre tendremos cobijo en P¨ªter!
Y esta es mi respuesta:
Saludos. Lo cierto es que me temo que estamos en dos mundos diferentes. Racionalmente, entiendo que all¨ª todo lo ve¨¢is desde otra ¨®ptica; por lo dem¨¢s, a ello le ha precedido un largo proceso de inmersi¨®n en esta realidad invertida. Y la verdad es que no s¨¦ de hecho c¨®mo explicar qu¨¦ es lo que est¨¢ pasando. Pero nunca como hoy he visto un sentimiento de uni¨®n de toda la sociedad civil en Ucrania. Todo el pa¨ªs se ha unido en la lucha contra esta guerra salvaje.
Creo que se trata de un combate contra el fascismo. Tampoco los alemanes se dieron cuenta hasta el ¨²ltimo momento de en qu¨¦ trampa de sus propias ilusiones, en qu¨¦ realidad alternativa, hab¨ªan ca¨ªdo. Y cuando se les abrieron los ojos, la visi¨®n fue horrorosa. Y no por casualidad establezco este paralelismo. Tambi¨¦n Putin ha dicho que se ha hecho responsable de llevar a cabo la ¡°soluci¨®n de la cuesti¨®n ucrania en lugar de las generaciones futuras¡±. Ret¨®rica... una ret¨®rica que es la de Hitler, que hablaba de la ¡°cuesti¨®n jud¨ªa¡±. Y no exagero. La verdad es que todos pensamos de este modo. Y ahora tambi¨¦n el resto del mundo civilizado, un mundo que ha entendido lo que est¨¢ sucediendo, se dispone a aislar a Rusia del resto. Nos apoya toda Europa y, de hecho, todo el mundo occidental.
Hoy, Putin ha declarado que est¨¢ dispuesto a poner en alerta todo su arsenal nuclear. ?Qu¨¦ decir a esto! Es un horrible chantaje que da fe de la agon¨ªa de Putin. Pero lo que vendr¨¢ despu¨¦s, nadie sabe.
De momento, lo que observamos aqu¨ª mismo, en mi Ucrania, en mi Kiev, son unos cr¨ªmenes de proporciones monstruosas. Nos bombardean con proyectiles Grad (?has o¨ªdo alguna vez como suenan los Grad? Pues mi hijo los ha o¨ªdo y ha temblado de pavor, sentado en el suelo del pasillo). Los rusos disparan con artiller¨ªa pesada contra casas habitadas por civiles, contra hospitales y jardines de infancia. Creedme, es verdad. Hay una enorme cantidad de pruebas y todo esto nos hace pensar en recurrir a un tribunal internacional.
En realidad, ni siquiera os pod¨¦is imaginar el grado de odio que los ucranios experimentamos hacia los rusos estos ¨²ltimos d¨ªas. Millones de personas han unido sus voces contra esta situaci¨®n, y su odio hacia el enemigo es tan enorme que ni varias generaciones lo calmar¨¢n. No exagero. Creo que se trata de una tragedia. Pero este odio solo se comprende cuando se nos ataca sin aviso a las cuatro de ma?ana y empiezan a bombardear nuestras ciudades, matando a civiles y ni?os.
No obstante, las p¨¦rdidas del ej¨¦rcito ruso son enormes. Vuestras noticias hablan de algunos, aunque se trata en realidad de 4.000 personas. Se ha destruido una gran cantidad de material ruso, se han hecho prisioneros a varios centenares de vuestros soldados y hay v¨ªdeos con interrogatorios. Se puede ver a cantidad de muchachos de aspecto lamentable y espantados; ni ellos mismos comprenden qu¨¦ est¨¢ pasando. Se los ha preparado para una victoria r¨¢pida, como la de Crimea. Y, de pronto, se han encontrado con un ej¨¦rcito poderoso y una fuerte resistencia de millones de personas sencillas, capaces de luchar con los dientes, porque lo que defienden es su tierra.
?Qu¨¦ se sabe del n¨²mero de v¨ªctimas de ambas partes a mediados del tercer d¨ªa de combate? Casi no hay datos fiables.
Y el hecho de que Putin haya decidido chantajear al mundo con sus armas nucleares solo quiere decir una cosa: que tampoco ¨¦l esperaba un escenario como el actual. La Blitzkrieg ha sido un fracaso; el ¡°ej¨¦rcito m¨¢s poderoso¡± no ha podido ocupar ninguna de las grandes ciudades de Ucrania, y las p¨¦rdidas han sido terribles. Pronto, las madres rusas aullar¨¢n de dolor, pero lo terrible es que ni siquiera les devolver¨¢n los cuerpos de sus hijos. Los ucranios se han dirigido a la Cruz Roja pidi¨¦ndole que se organice el retorno de los cad¨¢veres a Rusia, porque Rusia no los recoge. ?Estos muchachos son carne de ca?¨®n! Como, por cierto, siempre ha sucedido en Rusia.
La verdad es que no creo que nunca regrese a P¨ªter. Y no solo yo. No podemos saber c¨®mo acabar¨¢ esta horrible guerra. Pero, en cualquier caso, ante mis ojos est¨¢ naciendo una nueva Ucrania, un pa¨ªs que nunca se dejar¨¢ conquistar ni nunca perdonar¨¢ a los rusos esta guerra. Y no se trata de patrioterismo. Es la reacci¨®n natural ante el deseo de destruir nuestra libertad, nuestra identidad, nuestra dignidad.
Los mitos sobre los nazis y los seguidores ucranios de Bandera sencillamente dan risa. Pero en los ¨²ltimos tres d¨ªas todos nos hemos convertido en banderistas, y yo y mi madre y Sveta¡ y toda la gente que conozco. Y me temo que sea un punto de no retorno.
No s¨¦ por qu¨¦ escribo una carta tan larga. Tal vez lo que me invade es un profundo sentimiento de amargura. Pero s¨¦ que no est¨¢is demasiado dispuestas a ver las cosas a trav¨¦s de nuestros ojos. Si quisierais tratar de leer un poco nuestras noticias desde nuestra perspectiva, ver las fotograf¨ªas del devastado ej¨¦rcito ruso (aunque tambi¨¦n ver¨ªais muchos cad¨¢veres), los v¨ªdeos de los prisioneros y convenceros de que vuestro presidente os miente, hac¨¦dmelo saber y puedo mandaros unos cuantos links.
Puede que valga la pena tratar de mirar las cosas desde otro punto de vista.
Pero en cuanto a si las cosas nos van bien, normal. Si consideramos bien o normal que mi marido se haya visto obligado a ir de nuevo a la guerra, que mi hijo ya sepa lo que son los bombardeos y los refugios, que mam¨¢, pap¨¢ y Sveta duerman en el suelo del pasillo y que yo mire de noche por la ventana c¨®mo arden los dep¨®sitos de petr¨®leo atacados por un cohete ruso¡ Que todas estas cat¨¢strofes tecnol¨®gicas y ecol¨®gicas no sean nada grave cuando se nos amenaza adem¨¢s con armas nucleares...
¡ Es verdad, ciertamente las cosas nos van muy bien.