La polarizaci¨®n vuelve a Colombia (si es que alguna vez se fue)

Que Gustavo Petro era el rival a batir en las elecciones presidenciales de 2022 era algo que casi nadie pon¨ªa en duda, pero los resultados de las consultas interpartidistas de este domingo lo han confirmado de manera categ¨®rica. El perdedor de la segunda vuelta de 2018 ha logrado arrastrar a m¨¢s de tres millones y medio de colombianos a las urnas en una votaci¨®n en la que nadie dudaba de que iba a ganar. En ciencia pol¨ªtica se suele diferenciar entre la dimensi¨®n estrat¨¦gica de voto y la expresiva. Con la primera buscamos influir en los resultados, mientras que en la segunda entran todas las motivaciones de tipo identitario, emocional o simb¨®lico. Claramente, Petro ha demostrado hoy que es capaz de activar esta segunda dimensi¨®n incluso cuando no hay mucho en juego. Lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que sea irracional. Al contrario: para la izquierda, acudir hoy a la mesa electoral era importante porque ha demostrado la enorme fuerza de que dispone. Con ello, confirma que por primera vez tiene un candidato en firme a la Casa de Nari?o. Todo lo dem¨¢s que hemos aprendido hoy sobre los votantes colombianos se relaciona con este hecho central, y se resume en una sola palabra: polarizaci¨®n.

La elecci¨®n de 2018 demostr¨® que hab¨ªa dos plantillas con las que Colombia puede mirarse a s¨ª misma. La que viene de la primera vuelta de entonces muestra que el pa¨ªs pod¨ªa dividirse en tres corrientes similares: izquierda, centro y derecha. Pero en la segunda vuelta se convirti¨® en dos mitades m¨¢s bien parecidas a las que se vieron en el plebiscito por el acuerdo de paz de 2016. Los resultados de hoy dejan al pa¨ªs mucho m¨¢s cerca de esta segunda imagen polarizada que de la primera, m¨¢s plural. No es s¨®lo la fuerza de Petro, sino el hundimiento del centro y la capacidad de la derecha de encontrar a un candidato com¨²n.

Sergio Fajardo ha sacado hoy menos votos que Francia M¨¢rquez. Esto a pesar de que Fajardo se enfrentaba a una consulta mucho m¨¢s competitiva que la de izquierda, para ganarla con holgura pero sin fuerza. Un dato que ayudar¨ªa a dimensionar la debilidad del centro ser¨ªa saber cu¨¢nta gente prefiri¨® votar en una consulta decidida (la del Pacto Hist¨®rico) por una candidata que no iba a ganar pero le gustaba (M¨¢rquez) en lugar de otra no decidida (la del Centro) en la que su voto hubiera contado m¨¢s, pero ning¨²n candidato le convenc¨ªa, tampoco el propio Fajardo. La debilidad inesperada de todos los candidatos salvo quiz¨¢s Carlos Amaya, el menos urbano y elitista de todos ellos, deber¨ªa llevar a una profunda reflexi¨®n estrat¨¦gica sobre por qu¨¦ la articulaci¨®n del discurso centrista no ha logrado conectar con un pa¨ªs que lleva casi cuatro a?os pidiendo cambios tanto en las calles (con varias olas de protesta) como en las encuestas (con un presidente saliente consistentemente impopular).

En contraste, el exalcalde de Medell¨ªn Federico Fico Guti¨¦rrez ha puesto cerca de dos millones de votos sobre la mesa. Su campa?a, basada en valores y mensajes conservadores tradicionales (seguridad, familia, estabilidad) ha dominado por completo en la consulta de Equipo por Colombia. Sus rivales (Alejandro Char desde la costa Caribe, Enrique Pe?alosa desde Bogot¨¢, David Barguil desde el Partido Conservador y Ayde¨¦ Lizarazo desde el cristiano MIRA) se han apresurado a ponerse al servicio de una candidatura que se ha demostrado m¨¢s fuerte de lo que muchos pensaban. Esto le dar¨¢ a Guti¨¦rrez un poder por encima del esperado para la verdadera prueba de fuego de la derecha colombiana: montar una plataforma unificada de aqu¨ª a la primera vuelta. El Centro Democr¨¢tico, partido fundado por el expresidente ?lvaro Uribe, se sali¨® de esta consulta y ahora le espera en la mesa de negociaci¨®n. La fuerza demostrada por Petro ser¨¢ un aliciente clave para cerrar una plataforma unida.

Tambi¨¦n la debilidad del centro: lo verdaderamente dif¨ªcil para todos los rivales de Petro es lograr la otra plaza en la probable segunda vuelta que acabar¨¢ decidiendo la presidencia. Las consultas de hoy demuestran que la derecha parte con una ventaja considerable en este cometido, si no dilapida su capital actual fragment¨¢ndose.

Las encuestas anticiparon bien los resultados de hoy: acertaron con los tres vencedores, vieron el ascenso de Francia M¨¢rquez en la izquierda y la resistencia de Carlos Amaya en el centro mientras se hund¨ªan todos sus rivales, si acaso sobre-estimaron a Char e infra-estimaron a Fico aunque a ninguna le sorprendi¨® su victoria.

La Colombia que dibujaron en los ¨²ltimos d¨ªas es en esencia la misma que hemos visto hoy: polarizaci¨®n. Una palabra denostada en Colombia y en toda la regi¨®n, pero que no es sino una descripci¨®n de la realidad a la que se enfrenta el pa¨ªs: la verdad es que, a d¨ªa de hoy, solo una minor¨ªa de colombianos parece sentirse lo suficientemente representada por los l¨ªderes de centro como para siquiera esforzarse en elegir entre ellos. Mientras, sea por miedo a la alternativa (polarizaci¨®n afectiva entre petrismo y uribismo) o por fuertes preferencias en ideales o en valores (polarizaci¨®n ideol¨®gica), tanto la izquierda anti-establecimiento como la derecha m¨¢s conservadora s¨ª conecta con millones de personas que han demostrado en el primer ensayo de las presidenciales que est¨¢n dispuestos a subir sus apuestas respecto al futuro del pa¨ªs.

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