De Felipe a Pedro
El trayecto de Espa?a en la Uni¨®n Europea revela hitos remarcables, casi nunca negativos
Los de la caverna, pobres, solo alcanzan la excelencia en el cultivo del rencor. Por eso desde?an el papel decisivo del presidente S¨¢nchez en el Consejo Europeo que, al fin, ayuda a encauzar el alza exponencial del precio de la electricidad. Un hito para la vida cotidiana de familias y empresas. Para poder llegar a fin de mes.
Unos lo ningunean: ni portadas ni p¨¢ginas nobles. Otros rebajan el logro de la ¡°excepcionalidad ib¨¦rica¡± a mera...
Los de la caverna, pobres, solo alcanzan la excelencia en el cultivo del rencor. Por eso desde?an el papel decisivo del presidente S¨¢nchez en el Consejo Europeo que, al fin, ayuda a encauzar el alza exponencial del precio de la electricidad. Un hito para la vida cotidiana de familias y empresas. Para poder llegar a fin de mes.
Unos lo ningunean: ni portadas ni p¨¢ginas nobles. Otros rebajan el logro de la ¡°excepcionalidad ib¨¦rica¡± a mera concesi¨®n caritativa, como si no lo acompa?asen medidas en beneficio de todos. Alguno celebra el resultado como problema: la dificultad de detallarlo, consensuarlo y aplicarlo (en el inmediato futuro) les sirve para jibarizar el ¨¦xito (reci¨¦n alcanzado). La historia no les absolver¨¢.
Pero el trayecto de Espa?a en la UE revela hitos remarcables. Casi nunca negativos, por ley de la gravedad pol¨ªtica: desde nuestro ingreso en la Europa comunitaria no hay contradicci¨®n entre el inter¨¦s europeo global y el inter¨¦s nacional espa?ol; ambos se impulsan mutuamente; uno lleva al otro. Lament¨¦moslo por los nacionalistas.
Cosa distinta es que las pol¨ªticas europeas hayan acertado siempre: no cuando la austeridad presupuestaria desmedida. O que en el club se contrapongan, hasta brutalmente, unos intereses nacionales contra otros: tantas veces los del Norte y el Sur. Pero la resultante es clara. La uni¨®n de la Uni¨®n es una operaci¨®n win-win en la que todos ganan.
El maestro de esta qu¨ªmica ha sido Felipe Gonz¨¢lez. Impuls¨® la ¡°ciudadan¨ªa europea¡± y la cohesi¨®n en Maastricht (1991). Logr¨® que se dotase el fondo de cohesi¨®n en Edimburgo (1992). Consigui¨® los fondos para el Sur del sur mediterr¨¢neo en Cannes (1995), aunque luego su aplicaci¨®n fuese floja. Claro que no logr¨® el reconocimiento de los miserables, que le tildaban de ¡°pedig¨¹e?o¡±: hasta que se convirti¨® en jarr¨®n chino.
Otros siguieron en menor cuant¨ªa esa estela mayor. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar logr¨® en 1998 el ingreso en el euro, aunque sus pol¨ªticas ¡ªburbuja inmobiliaria y privatizaciones corrompidas¡ª desdibujasen el logro. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero influy¨® en las estrategias de g¨¦nero y de paz, aunque en forma oblicua. Y Mariano Rajoy salv¨® la debacle de la Gran Recesi¨®n con un rescate, luego sombreado por el austeritarismo.
Pedro se codea ya con Felipe. Contribuy¨® decisivamente al plan de recuperaci¨®n Next Generation ¡ªel documento espa?ol al Eurogrupo en abril de 2020 fue categ¨®rico¡ª y ahora rompe el hielo del falaz mercado interior el¨¦ctrico con una salida para la Pen¨ªnsula. Y v¨ªas para el resto. Inter¨¦s nacional, inter¨¦s europeo. Pueden llamarle por su nombre de pila.