?Se acaba la guerra?
Putin ha cometido un grave error por el que pagar¨¢ tarde o temprano. Ojal¨¢ que Rusia vuelva a gozar de la libertad que ten¨ªa con Yeltsin, quien eligi¨® a un sucesor que trata ahora de reconstituir el imperio sovi¨¦tico
A juzgar por las informaciones de la prensa, las conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia han tenido un progreso considerable en los ¨²ltimos d¨ªas. Rusia ha hecho saber a Ucrania que puede ser miembro de la Uni¨®n Europea, siempre que se comprometa a no pertenecer a la OTAN. Seg¨²n Ucrania, se someter¨ªa a esta condici¨®n siempre que tres o cuatro pa¨ªses independientes puedan asegurarle su protecci¨®n frente a interferencias rusas en su territorio. En verdad, el entusiasmo de la prensa parece poco convincente.
En primer lugar, para ser miembro de la Uni¨®n Europea un pa¨ªs debe ser absolutamente libre, algo que no ocurrir¨ªa con Ucrania ya que s¨®lo ser¨ªa miembro de la futura Uni¨®n Europea siempre y cuando se viera privada de pertenecer a la OTAN, el organismo de defensa del Occidente. Y Rusia proseguir¨ªa no s¨®lo la guerra sino la intervenci¨®n en el seno de ese pa¨ªs, ¡°protegiendo¡± a las republiquetas que ella misma ha creado en el este del pa¨ªs, para someter a Ucrania a una especie de vasallaje sistem¨¢tico en los a?os futuros.
Fuera de Rusia es posible hablar de una guerra que ha causado ya muchos muertos. ?Cu¨¢ntos? No lo sabemos. En Rusia no se puede pronunciar la palabra ¡°guerra¡± y, si un ciudadano distra¨ªdo la pronuncia, va a la c¨¢rcel. Tambi¨¦n est¨¢ prohibido manifestarse contra la guerra; quienes lo hacen ya est¨¢n entre rejas. ?Qu¨¦ es entonces lo que hacen los rusos en Ucrania? Luchan contra los nazis, seg¨²n Vlad¨ªmir Putin, y las bombas que lanzan contra sitios residenciales, hospitales y colegios son, por lo visto, puramente imaginarias. Pero la verdad es que un mes y d¨ªas despu¨¦s de la invasi¨®n, las tropas rusas no han podido tomar Kiev ni ninguna ciudad importante de Ucrania, a la vez que los rusos pierden muchos hombres y los rumores que recogen los corresponsales de guerra es que las cifras oficiales que se dan en Mosc¨² no tienen nada que ver con la realidad. Y que ¨¦sta, en cambio, hasta donde se puede saber, es que Rusia ha contratado mercenarios chechenos para que apoyen a las fuerzas invasoras que, por lo visto, han sido detenidas por los soldados ucranios. Estos, dicho sea de paso, cuentan con la solidaridad de casi todo el mundo.
El ¨²nico peri¨®dico que se opon¨ªa a la guerra en Mosc¨² ha debido dejar de salir por el n¨²mero de advertencias que recib¨ªa de las autoridades. En verdad, las cosas no parecen haber progresado, aunque el Presidente de los Estados Unidos haya tenido que tragarse las palabras que pronunci¨® cuando dijo que ¡°un hombre como Putin no puede estar al frente de un gobierno en Rusia¡±. Estados Unidos se ha apresurado a negar que pretenda decidir por el pueblo ruso qui¨¦nes se encuentran al frente del Kremlin. Por otra parte, la delegaci¨®n ucrania en Estambul ha advertido a sus miembros que se abstengan de comer todas las comidas locales, para no correr el riesgo de envenenamiento a que habr¨ªa sido sometido uno de los millonarios rusos y amigo o ex amigo de Putin, Roman Abram¨®vich.
Todo parece indicar que la decisi¨®n de Vlad¨ªmir Putin de invadir Ucrania fue precipitada y que ha llevado a toda Europa Occidental a cerrar filas, mostrando una unificaci¨®n que no se ve¨ªa hac¨ªa muchos a?os, y a la gran mayor¨ªa de pa¨ªses en el mundo a solidarizarse con los ucranios y a condenar la acci¨®n militar rusa en la que muchos periodistas y estadistas ven un intento de reconstruir el antiguo imperio sovi¨¦tico. Una reconstrucci¨®n que, por ahora al menos, parece totalmente improbable, por la alergia al sistema comunista que revelan los antiguos pa¨ªses sat¨¦lites, salvo aquellos que tienen dictaduras seg¨²n el modelo sovi¨¦tico ¡ªla de Bielorusia, por ejemplo¡ª contra los que la mayor¨ªa de este bloque ideol¨®gico guarda simpat¨ªas.
Por otro lado, es dif¨ªcil que Vlad¨ªmir Putin salve su pellejo en el poder, despu¨¦s del fracaso de su ofensiva militar contra Ucrania. Dijo que ir¨ªa a luchar contra el grupito de ¡°nazis¡± que hab¨ªa usurpado el Estado, y la verdad es que Volod¨ªmir Zelenski, que est¨¢ al frente del gobierno ucranio, y la totalidad de sus ministros no parecen representar semejante cosa, sino dirigir a un pueblo valiente y decidido, que ha recuperado la libertad, a luchar por ella y, tambi¨¦n, por su integridad territorial. Eso es lo que ha despertado la inmensa solidaridad de que gozan los ucranios, y, consecuentemente, el desprestigio de Putin y quienes lo siguen, en Rusia, donde, en las ¨²ltimas semanas, hemos visto ¡ª?por fin!¡ª casos muy notorios de cr¨ªticas al poder, pese a que el precio que se atreven a pagar los disidentes de la pol¨ªtica de Putin sea tan elevado que recuerde las brutalidades de la ¨¦poca de Stalin. Es posible que, luego de esta metedura de pata, Putin salga ileso, pero no ser¨¢ por mucho tiempo. Tarde o temprano, en los mullidos y discretos pasadizos del Kremlin se cocinar¨¢ su defenestraci¨®n, pues lo ocurrido ha hecho perder a muchos aliados en el mundo a Rusia, pa¨ªses que hab¨ªan sido laboriosamente seducidos y que, de la noche a la ma?ana, acaban de mostrar una solidaridad total con Ucrania, a la que consideran, obviamente, v¨ªctima del apetito imperialista de Putin. Este ha llegado a hablar de las factor¨ªas de bombas at¨®micas y de hidr¨®geno que posee, pero la alarma que ha habido al respecto en el mundo entero es exagerada. Rusia no se atrever¨¢ a usar sus arsenales at¨®micos, pues sabe muy bien que, si lo hace, inmediatamente ser¨¢ v¨ªctima de una r¨¦plica que podr¨ªa asfixiar y destruir aquellos arsenales, a la vez que infligir un serio quebranto a la mayor¨ªa de su poblaci¨®n.
Semejante chantaje, por otra parte, no ha hecho m¨¢s que debilitar la causa que parece defender el pueblo ruso con la invasi¨®n a Ucrania.
Al mismo tiempo, los disidentes m¨¢s notorios ¡ªya encarcelados¡ª acaban de recibir nuevas sentencias que, en teor¨ªa al menos, los tendr¨ªan en la c¨¢rcel indefinidamente. Pero todo depender¨¢ de si Putin siga en el poder o sea alejado de ¨¦l discretamente, a la manera sovi¨¦tica. Est¨¢ visto, por un art¨ªculo de Pilar Bonet en este mismo diario, que los asesores que se atreven a proponer un apaciguamiento son defenestrados por Putin. Pero esto s¨®lo acumula las responsabilidades que pesan sobre ¨¦l, luego de arrastrar a su pa¨ªs a perpetrar una invasi¨®n a Ucrania que, por donde se le mire, resulta un flagrante fiasco para Rusia. Eso tiene un precio, que, tal vez tarde, pero inevitablemente vendr¨¢. Y que puede significar para Rusia salir de una vez por todas de esa atm¨®sfera siniestra que, desde la subida de Putin al poder, impera en el pa¨ªs, que, luego de una ca¨®tica libertad, ha vuelto con Putin al per¨ªodo sovi¨¦tico, hasta la may¨²scula equivocaci¨®n que ha sido la invasi¨®n militar a Ucrania.
Pero de ¨¦sta podr¨ªa venir tambi¨¦n la soluci¨®n para Rusia. Vlad¨ªmir Putin ha cometido un grave error que sus enemigos le har¨¢n pagar tarde o temprano. Ojal¨¢ para Rusia que sea m¨¢s temprano que tarde, y que el pa¨ªs vuelva a gozar de la libertad (algo ca¨®tica) que ten¨ªa en los d¨ªas de Yeltsin, quien, pese a que beb¨ªa demasiado, era un dem¨®crata. S¨®lo que es lamentable que eligiera a un sucesor como Putin, que, educado por el KGB, trata ahora de reconstituir el imperio sovi¨¦tico. Pero esos delirios de grandeza le han hecho cometer el error de su vida. Algo por lo que tendr¨¢ que responder, vi¨¦ndose apartado del poder, que ha usado tan mal, y que, luego del error cometido, por el que ser¨¢ castigado, abra al fin a Rusia un per¨ªodo en el que recupere la libertad y pueda, por fin, coexistir con otros pa¨ªses, pac¨ªficamente, practicando esa democracia por la que claman tantos de sus compatriotas.
La guerra no se acabar¨¢ tan pronto. Pero el fin de ella puede ser tambi¨¦n el fin de la Rusia de Vlad¨ªmir Putin.
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