Bucha, El Mozote y otras tantas masacres en el mundo: una oportunidad para cambiar la justicia internacional
Ha llegado el momento de superar tanta hipocres¨ªa ante los cr¨ªmenes contra la humanidad o contra el derecho internacional de guerra
Imaginemos por un momento que en Bucha el ej¨¦rcito ruso no solo hubiera asesinado a m¨¢s de 300 personas, sino que a toda la poblaci¨®n de Bucha la hubiera concentrado en algunos lugares y los hubiera asesinado a todos a sangre fr¨ªa. Pues bien, eso pas¨®, como no pocos saben, ...
Imaginemos por un momento que en Bucha el ej¨¦rcito ruso no solo hubiera asesinado a m¨¢s de 300 personas, sino que a toda la poblaci¨®n de Bucha la hubiera concentrado en algunos lugares y los hubiera asesinado a todos a sangre fr¨ªa. Pues bien, eso pas¨®, como no pocos saben, el 11 de diciembre de 1981 en El Mozote, una aldea o caser¨ªo de El Salvador. Fueron m¨¢s de 1000 masacrados .Todos los que all¨ª viv¨ªan cuando lleg¨® al lugar el Batall¨®n Atlacat del ej¨¦rcito salvadore?o dirigido por el coronel Monterrosa. Y, entre los masacrados, bastantes m¨¢s de 100 ni?os menores de 12 a?os, incluidos los ni?os de pecho.
Despu¨¦s de 40 y tantos a?os no se ha logrado ni siquiera llevar ante un tribunal a los causantes del delito, por acci¨®n u omisi¨®n. Ni lograr el acceso a los archivos militares que pueden dar informaci¨®n de gran importancia judicial para el caso. Durante muchos a?os protegi¨® a los asesinos (ya fallecidos algunos) una ley de amnist¨ªa totalmente contraria al derecho internacional. Ahora sigue estancado el juicio a pesar de varios vaivenes en la legislaci¨®n salvadore?a, que ahora no viene al caso relatar.
Pero es otra reflexi¨®n y propuesta la que aqu¨ª quiero hacer. A la luz de lo que est¨¢ pasando con los cr¨ªmenes de guerra en Ucrania y en otros muchos hechos ocurridos en diferentes escenarios b¨¦licos del mundo, como el que he relatado de El Salvador, pregunto: ?No ha llegado el momento de superar tanta hipocres¨ªa en la aplicaci¨®n de la justicia ante los cr¨ªmenes contra la humanidad o contra el derecho internacional de guerra?
En ese sentido solo quiero aportar tres preguntas / propuestas que har¨¦ a continuaci¨®n entre otras muchas que se podr¨ªan hacer:
1) Muchos de los pa¨ªses con derecho a voto en la reciente asamblea del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que decidi¨® el 7 de abril la expulsi¨®n de Rusia de dicho organismo (hecho que en s¨ª mismo me parece bien), no han querido firmar y/o ratificar el acuerdo o tratado de Roma para que el Tribunal Penal Internacional que all¨ª se cre¨® pueda juzgar los cr¨ªmenes de guerra cometidos por su propios ej¨¦rcitos o ciudadanos.
Estados Unidos, Rusia, China, India, Israel, Cuba, Irak y otros m¨¢s, de uno u otro signo pol¨ªtico, est¨¢n en la lista. ?No es esta contradicci¨®n un hecho absolutamente impresentable desde todo punto de vista (legal, ¨¦tico, moral, filos¨®fico)? ?No deber¨ªa negarse el derecho al voto en cualquier asamblea de la ONU sobre delitos de guerra a aquellos pa¨ªses que no aceptan que sus ej¨¦rcitos o sus ciudadanos sea juzgados por el tribunal penal internacional si el delito cometido afecta a materias para las que ese tribunal fue creado?
Es una verg¨¹enza para la humanidad que ese tribunal internacional, que en s¨ª mismo es un gran avance, se haya limitado de hecho a juzgar, en gran parte, a l¨ªderes africanos o de los pa¨ªses de la antigua Yugoslavia sin tocar para nada los delitos de no pocos de los pa¨ªses poderosos de la Tierra. Soy consciente que negar el derecho a voto a pa¨ªses tan poderosos es pr¨¢cticamente un ¡°imposible pol¨ªtico¡±. Pero ?hasta cu¨¢ndo? ?hasta cu¨¢ndo los pueblos y Estados seguiremos aceptando como un inevitable realismo pol¨ªtico la asimetr¨ªa legal internacional entre algunos pa¨ªses poderosos (pr¨¢cticamente todos o una amplia representaci¨®n de los mismos) y el resto de la humanidad?
?Como duele y cuanto mal ha hecho y hace ese realismo pol¨ªtico o real politic que tantos delitos ha ocultado y producido en este mundo! Es un orden internacional absolutamente asim¨¦trico que, adem¨¢s, nos obliga a pensar que es ¡°inevitable¡± la asimetr¨ªa. Ante este hecho, que no dudo en calificar de escandaloso, hago una primera propuesta en forma de pregunta: en asambleas de la ONU sobre derechos humanos que toman decisiones vinculantes sobre situaciones concretas de alg¨²n pa¨ªs. ?no deber¨ªa quit¨¢rsele derecho al voto a esos pa¨ªses que no han ratificado el acuerdo del 1 de Julio del 2002 de puesta en marcha de la Corte o Tribunal Penal Internacional ?
2) Pa¨ªses c¨®mo El Salvador, que, aunque hayan firmado el tratado de Roma, no permiten, de facto, que vayan adelante en sus propios tribunales nacionales juicios de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad tan tremendos como los ocurridos en ese caser¨ªo salvadore?o ?deber¨ªan tener derecho a votar hip¨®critamente (a favor, o en contra o abstenerse¡. como ha sido el caso) en asambleas como a las que me he referido? En mi opini¨®n no deber¨ªan tampoco tener derecho al voto aunque tengan derecho a opinar.
3) Todo lo dicho llevar¨ªa a un doble debate a¨²n m¨¢s global y urgente: ?No deber¨ªa ya dejar de ser considerada ut¨®pica la ambiciosa pero necesaria propuesta del jurista italiano Luigi Ferrajoli de crear una primera Constituci¨®n Mundial? Y en consecuencia ?no deber¨ªa apoyarse por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas la tambi¨¦n Asamblea, de frecuencia anual, que ha nacido para estudiar las v¨ªas de puesta en marcha de tal Constituci¨®n Mundial, que no elimina la soberan¨ªa de los pa¨ªses pero la encuadra en la mayor y m¨¢s democr¨¢tica soberan¨ªa de los ciudadanos, pueblo y naciones del mundo? ?Tendremos que esperar a una tercera guerra mundial (a¨²n m¨¢s mundial y catastr¨®fica que la actual ¡°guerra mundial a pedazos ¡°que ya se est¨¢ dando, como afirma el Papa Francisco) para volver a constatar la evidencia de que no habr¨¢ paz sin nuevas estructuras realmente mundiales que la garanticen, como ya se intent¨® tras las dos guerras mundiales anteriores que dieron pie a la Liga de las Naciones y a la ONU respectivamente? Dios no lo quiera.
En todo caso, si antes o despu¨¦s de esta tercera guerra mundial total, y no solo a pedazos, no llega esa refundaci¨®n en profundidad de las Naciones Unidas (o la creaci¨®n de otro nuevo organismo mundial m¨¢s eficaz y democr¨¢tico que la ONU), al menos no permitamos la hipocres¨ªa institucionalizada en el sagrado terreno de los derechos humanos en situaciones de guerra. Pongamos para ellos las condiciones a los pa¨ªses que no aceptan (o bien de Jure como, por ejemplo, USA y Rusia o ¡°de facto¡±, como El Salvador) para que la justicia internacional se aplique a su propias actuaciones violatorias.
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