Casi adi¨®s a las mascarillas
Dos a?os despu¨¦s de la aparici¨®n del virus, Espa?a se acerca a la antigua normalidad sin descuidar la seguridad de los m¨¢s vulnerables
Diez semanas despu¨¦s de que el uso de la mascarilla dejara de ser obligatorio al aire libre, el Consejo de Ministros acord¨® el martes que tampoco lo sea en interiores. Decae as¨ª a partir de hoy uno de los principales s¨ªmbolos de la pandemia. Pero del mismo modo que el virus no se ha ido todav¨ªa, tampoco lo har¨¢n del todo las mascarillas. ...
Diez semanas despu¨¦s de que el uso de la mascarilla dejara de ser obligatorio al aire libre, el Consejo de Ministros acord¨® el martes que tampoco lo sea en interiores. Decae as¨ª a partir de hoy uno de los principales s¨ªmbolos de la pandemia. Pero del mismo modo que el virus no se ha ido todav¨ªa, tampoco lo har¨¢n del todo las mascarillas. Su uso seguir¨¢ siendo obligatorio en los centros y servicios sanitarios, en las residencias sociosanitarias para trabajadores y visitantes, en las farmacias y en el transporte p¨²blico. Para el resto de actividades, su uso pasa a ser voluntario aunque recomendable en el caso de las personas vulnerables.
Para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n en edad laboral queda todav¨ªa la gran inc¨®gnita de si tendr¨¢n que seguir utilizando la mascarilla en el lugar de trabajo, pues la decisi¨®n depende ahora del servicio de prevenci¨®n de riesgos laborales de cada empresa. Tampoco ser¨¢ uniforme la retirada en el caso de las administraciones p¨²blicas, donde conviven muy diferentes modalidades de trabajo. El criterio es seguir utiliz¨¢ndola cuando no se pueda garantizar una distancia m¨ªnima de 1,5 metros. La liberaci¨®n de los rostros, en cambio, supondr¨¢ un cambio trascendente en las aulas, que puede comportar alg¨²n problema de adaptaci¨®n tras dos a?os de mascarilla, aunque los ni?os han sido quienes con m¨¢s naturalidad han gestionado los cambios en su vida en este tiempo.
La decisi¨®n supone un paso firme hacia la plena normalidad de la vida laboral y social. La retirada de la mascarilla se adopta en condiciones epidemiol¨®gicas muy favorables gracias a la alta tasa de vacunaci¨®n, que alcanza al 92% de la poblaci¨®n mayor de 12 a?os, y al elevado n¨²mero de personas que se ha infectado y ha reforzado as¨ª su inmunidad natural. Pero en los dos a?os transcurridos, el virus ha demostrado una gran capacidad de adaptaci¨®n y varias veces los cambios han cogido por sorpresa a las autoridades sanitarias. No debemos olvidar que la sexta ola, pese a la menor gravedad de la variante ¨®micron, se ha cobrado 12.000 vidas en Espa?a.
La mayor interacci¨®n social a partir de ahora puede comportar un aumento de los contagios. Por lo que se ha observado tras las Fallas de Valencia, este incremento no se ha traducido en un aumento significativo de las hospitalizaciones, que es el dato que a partir de ahora deber¨¢ observarse con mayor atenci¨®n. Habr¨¢ que seguir atentos a las nuevas variantes, pues no se puede descartar la aparici¨®n de alguna nueva cepa resistente a las vacunas o de mayor gravedad. El nuevo sistema de vigilancia epidemiol¨®gica mediante muestras centinela ha de estar plenamente operativo y dotado para poder detectar a tiempo cambios inesperados, algo que todav¨ªa no es descartable. El avance hacia la plena normalidad tan deseada ya est¨¢ aqu¨ª, pero acompa?ado de la m¨¢xima seguridad posible, en particular en las franjas de poblaci¨®n m¨¢s vulnerable.