Rusia y su sue?o de extenderse de Vladivostok a Lisboa
En la mente de Vlad¨ªmir Putin, la Guerra Fr¨ªa era la continuaci¨®n de la II Guerra Mundial y su t¨¦rmino represent¨® una pausa, pero no el final; Ucrania es una reanudaci¨®n de las hostilidades abiertas
El 10 de febrero de 2007, en la Conferencia de Seguridad que se celebra anualmente en M¨²nich, Vlad¨ªmir Putin declar¨® ante Angela Merkel, Javier Solana y otros jefes de Estado y directores de organismos internacionales, que buscaba recuperar el territorio perdido tras el final de la Guerra Fr¨ªa. Adem¨¢s, introdujo en su parlamento un sue?o: desde Vladivostok hasta Lisboa, Rusia deber¨ªa compartir con Europa algo m¨¢s que la seguridad. A continuaci¨®n, polit¨®logos y kremlin¨®logos interpretaron sus...
El 10 de febrero de 2007, en la Conferencia de Seguridad que se celebra anualmente en M¨²nich, Vlad¨ªmir Putin declar¨® ante Angela Merkel, Javier Solana y otros jefes de Estado y directores de organismos internacionales, que buscaba recuperar el territorio perdido tras el final de la Guerra Fr¨ªa. Adem¨¢s, introdujo en su parlamento un sue?o: desde Vladivostok hasta Lisboa, Rusia deber¨ªa compartir con Europa algo m¨¢s que la seguridad. A continuaci¨®n, polit¨®logos y kremlin¨®logos interpretaron sus palabras como un deseo de que alg¨²n d¨ªa el imperio ruso se extienda de Vladivostok hasta Lisboa. A lo largo de su carrera presidencial, Putin ha ido dando pasos hacia el cumplimiento de ese sue?o: invadi¨® varios pa¨ªses y provoc¨® conflictos b¨¦licos en Chechenia, Georgia, Crimea (Ucrania) y Siria, remat¨¢ndolo todo con la actual invasi¨®n de Ucrania.
Y es que ¡°Putin hace lo que dice; si declara que tiene armas nucleares, las usar¨¢, en mayor o menor medida¡±, afirma Fiona Hill, una de las bi¨®grafas del presidente ruso. Adem¨¢s, el polit¨®logo b¨²lgaro Ivan Krastev que, al igual que Hill, conoci¨® a Putin personalmente, le describe como un c¨ªnico astuto e inteligente que, en el aislamiento de la covid, perdi¨® el sentido de la realidad y se est¨¢ volviendo cada vez m¨¢s fan¨¢tico: ¡°Su discurso sobre una Rusia v¨ªctima de la traici¨®n de los nazis ucranios es tan exagerado que resulta contraproducente y nadie en Occidente es capaz de creerlo. En su discurso no hay ucranios: solo rusos y antirrusos¡±.
En la narrativa putiniana, como en la ¨®pera italiana, las palabras clave son ¡°traici¨®n¡± y ¡°enga?o¡±. Seg¨²n su presidente, Rusia fue enga?ada y traicionada por Occidente y por las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas, varias de ellas hoy independientes y algunas integradas en la Uni¨®n Europea y en la OTAN. Ucrania, seg¨²n ¨¦l, es la gran traidora de Rusia porque se va acercando a Occidente, el archienemigo. Putin es un hombre entrenado en los servicios secretos donde la traici¨®n se pagaba con la muerte. Por eso, en su visi¨®n, Ucrania debe pagar su delito con un merecido castigo. Exterminar a los ucranios forma parte de su estrategia.
Otras palabras clave con las que Putin y su c¨ªrculo suelen coronar a los que consideran sus enemigos son ¡°nazi¡± y ¡°neonazi¡±. Adem¨¢s de Ucrania, Jap¨®n es neonazi (porque no considera el Batall¨®n Azov, ese sost¨¦n del Ej¨¦rcito ucranio, como una organizaci¨®n terrorista); el presidente de la CDU alemana, Friedrich Merz, es nazi (porque considera los cr¨ªmenes cometidos por el Ej¨¦rcito Ruso en Siria como barbarie); la organizaci¨®n OCCRP fue comparada con las leyes de N¨²remberg de la Alemania nazi (que permitieron la expropiaci¨®n de los bienes jud¨ªos) porque investiga y denuncia la corrupci¨®n de Putin y los suyos; Suecia ¡°se comporta como los nazis¡± (por imponer bloqueo a los barcos rusos); Letonia es neonazi por conmemorar las v¨ªctimas ucranias de la agresi¨®n rusa; Estonia, que retir¨® un monumento sovi¨¦tico del centro de Tallin, ¡°expresa la ideolog¨ªa nazi¡±; y, siempre seg¨²n la misma fuente, Maria Zaj¨¢rova, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, el equipo de f¨²tbol ucranio, al exclamar ¡°?Gloria a Ucrania!¡±, se hace eco del grito de guerra nazi.
Putin, desde que lleg¨® al poder, repite una y otra vez que el hecho de que la Uni¨®n Sovi¨¦tica se haya hundido no significa que la II Guerra Mundial haya terminado. Para ¨¦l, la Guerra Fr¨ªa era la continuaci¨®n de dicho conflicto y su t¨¦rmino represent¨® una pausa, pero no su final. Para Putin, la guerra que libra contra Ucrania no es sino la reanudaci¨®n de las hostilidades abiertas de la II Guerra Mundial. De acuerdo con esa visi¨®n, ahora intenta legitimarla afirmando que Rusia no pod¨ªa hacer otra cosa que defenderse de los nazis como hizo en los a?os 40 del siglo pasado. En su mente, los ucranios han tomado el relevo del Ej¨¦rcito de Hitler al que durante la II Guerra Mundial los rusos vencieron en Stalingrado y as¨ª ayudaron a derrotar Alemania. Murieron en la contienda a 27 millones de personas, de los que 8 millones eran ucranios, pero a estos Putin no los tiene en cuenta. Tal vez se imaginaba que, en 2022, los ucranios dar¨ªan la bienvenida a los soldados rusos en sus tanques, como lo hicieron los pueblos de la Europa del Este, liberados por Rusia del dominio del Ej¨¦rcito de Hitler, y ¨¦l, el presidente, reunificar¨ªa Rusia con Ucrania al igual que Stalin uni¨® a su imperio varios sat¨¦lites del centro y Este de Europa, al igual que Alemania se reunific¨® mientras ¨¦l estaba en Dresde como esp¨ªa. Y cuando lleguen las elecciones presidenciales en 2024, con la incorporaci¨®n de Ucrania, tras dos d¨¦cadas como presidente, Putin demostrar¨ªa que merece mantener la presidencia durante los 16 a?os m¨¢s que le permite la Constituci¨®n Rusa.
Y mientras Rusia siembra la destrucci¨®n en Ucrania a la vez que pone en jaque a su propia poblaci¨®n, el sue?o no se olvida. Hace pocos d¨ªas, el expresidente ruso Dmitri Medv¨¦dev volv¨ªa a clamar, en su cuenta de Telegram, al un¨ªsono con Putin: ¡°?Rusia se extender¨¢ desde Vladivostok hasta Lisboa!¡±.