F¨²tbol y violencia sexual
El Celta de Vigo aparta a un jugador condenado por abusos sexuales y lo mantiene en plantilla
A las pocas horas de conocerse la sentencia condenatoria de cuatro a?os de c¨¢rcel contra Santi Mina por abuso sexual, dictada por la Audiencia Provincial de Almer¨ªa, el club Celta de Vigo en el que juega borr¨® todo rastro del futbolista en la web y lo apart¨® de los entrenami...
A las pocas horas de conocerse la sentencia condenatoria de cuatro a?os de c¨¢rcel contra Santi Mina por abuso sexual, dictada por la Audiencia Provincial de Almer¨ªa, el club Celta de Vigo en el que juega borr¨® todo rastro del futbolista en la web y lo apart¨® de los entrenamientos. El comunicado que hizo p¨²blico el Celta anunciaba el inicio de un expediente disciplinario para ¡°dilucidar sus responsabilidades laborales¡± tras la condena. De manera ¡°cautelar¡± y solo ¡°provisionalmente¡± se aparta al jugador de su actividad profesional aunque continua bajo la disciplina del club, con contrato vigente hasta junio de 2024. La sentencia es especialmente clara al considerar ¡°rotundo¡± y ¡°totalmente coherente¡± el testimonio de la v¨ªctima sobre los hechos, ocurridos en Moj¨¢car (Almer¨ªa) en junio de 2017, y subraya ¡°m¨²ltiples y distintos datos de car¨¢cter objetivo¡± que corroboran la versi¨®n de la mujer. Frente a ello, el juez resalta la ¡°poca credibilidad¡± del relato del condenado y sus versiones contradictorias. El abogado de la v¨ªctima prev¨¦ recurrir la sentencia para obtener una condena por agresi¨®n sexual (que duplicar¨ªa la pena), y no por abusos, adem¨¢s de pedir el ingreso del jugador en prisi¨®n provisional, mientras la abogada defensora ha anunciado un recurso de apelaci¨®n.
Durante los ¨²ltimos a?os se ha avanzado en todos los terrenos frente a la violencia contra las mujeres, pero a los clubes de f¨²tbol y a sus aficiones les sigue costando dar pasos inequ¨ªvocos en ese sentido. La decisi¨®n de apartar de forma r¨¢pida al jugador de la escena p¨²blica rompe esa tradici¨®n entre exculpatoria y permisiva que el mundo del f¨²tbol ha solido tener con iconos deportivos seguidos por decenas de miles de ciudadanos. Las buenas noticias que el f¨²tbol femenino ha ofrecido en los ¨²ltimos tiempos, con llenos absolutos de grandes estadios, chocan con actitudes cerriles y ofensivas, incluidos episodios tan graves como la incitaci¨®n de un entrenador a sus jugadores, anim¨¢ndoles a una violaci¨®n grupal como acto de virilidad autoafirmativa. Haberle restado importancia a ese repulsivo plan de ocio como mera ¡°broma machista¡± empeora las cosas, y el entrenador sigue en su puesto. Tampoco se han olvidado los c¨¢nticos con que centenares de aficionados del Betis apoyaron en 2015 a un jugador para quien la Fiscal¨ªa ped¨ªa entonces ¡ªfinalmente fue absuelto¡ª dos a?os por maltratar y amenazar a su exnovia.
En este caso, la ejemplaridad del club ha quedado a medio camino entre la protecci¨®n de sus intereses empresariales y su obligaci¨®n de suspender la continuidad de un jugador con una sentencia condenatoria, y muy expl¨ªcita, por abusos sexuales. La falta de determinaci¨®n del club deja el rastro incierto de una decisi¨®n t¨¢ctica e inconsecuente con los valores que dice defender. Las explicaciones han sido insuficientes para entender por qu¨¦ el jugador ha sido borrado del mapa deportivo, en el campo y en la web, pero contin¨²a en la plantilla.