Las maniobras de Boris Johnson
La firmeza de la UE es la mejor respuesta a los planes de Downing Street para enmendar los acuerdos del Protocolo de Irlanda del Norte
Boris Johnson tiene previsto visitar este lunes Irlanda del Norte para intentar sofocar una crisis de la que es el principal responsable. Los republicanos del Sinn F¨¦in quedaron en las elecciones del pasado d¨ªa 5 por delante de la principal formaci¨®n unionista, el DUP, aunque el unionismo en su conjunto siga siendo mayoritario. El DUP culpa de su desdicha al Protocolo de Irlanda del Norte, que Johnson firm¨® con la UE para sacar adelante ...
Boris Johnson tiene previsto visitar este lunes Irlanda del Norte para intentar sofocar una crisis de la que es el principal responsable. Los republicanos del Sinn F¨¦in quedaron en las elecciones del pasado d¨ªa 5 por delante de la principal formaci¨®n unionista, el DUP, aunque el unionismo en su conjunto siga siendo mayoritario. El DUP culpa de su desdicha al Protocolo de Irlanda del Norte, que Johnson firm¨® con la UE para sacar adelante su anhelado Brexit, y ha adoptado una posici¨®n de chantaje, al negarse a permitir que comiencen a andar las instituciones auton¨®micas hasta que Londres no desguace unilateralmente el acuerdo que cerr¨® con Bruselas. Johnson tiene un problema, y de nuevo echa mano de maniobras de trilero.
El martes, la ministra brit¨¢nica de Exteriores, Liz Truss, est¨¢ dispuesta a poner en marcha los tr¨¢mites parlamentarios para aprobar una ley que revoque unilateralmente partes esenciales del Protocolo de Irlanda. Asegura Truss que el problema ha pasado a ser una cuesti¨®n de seguridad nacional. Acusa adem¨¢s a la UE de poca flexibilidad y falta de pragmatismo. No es cierto, y la ministra brit¨¢nica lo sabe. El negociador comunitario, Maros Sefcovic, ha visitado la zona para escuchar de primera mano las preocupaciones de empresarios, pol¨ªticos de ambos bandos y ciudadanos. Y ha ofrecido soluciones pr¨¢cticas para aliviar las fricciones comerciales y aduaneras imprevistas, especialmente en el comercio originado en Gran Breta?a cuyo destino final es Irlanda del Norte.
La andadura parlamentaria de esa nueva ley que desaf¨ªa al protocolo puede durar hasta un a?o. Johnson lograr¨ªa dar a los unionistas una imagen de dureza, y a?adir, de nuevo, con cierta dosis de infantilismo, un arma de presi¨®n en sus negociaciones con la UE. Bruselas no va a caer en una trampa que ya no enga?a a nadie. Y sus pa¨ªses miembros, como record¨® Sefcovic a Truss la semana pasada, permanecer¨¢n firmes y con una sola voz en este asunto. El siguiente paso, si Johnson decide recurrir al chantaje, ser¨¢ reactivar los preparativos para emprender acciones legales y mostrarle claramente cu¨¢les ser¨ªan las consecuencias de un movimiento irresponsable que atenta contra la legalidad internacional.
Entre las propuestas planteadas por Londres hay algunas medidas que pueden considerarse, otras que pecan de voluntarismo y alguna que no merece ni ser debatida. Pero son la se?al de que, en el fondo, Downing Street tiene pavor a desatar una guerra comercial con la UE. El Protocolo integr¨® a Irlanda del Norte en el mercado interior comunitario y estableci¨® los controles aduaneros en el mar de Irlanda para evitar que una nueva frontera reavivara las tensiones y recordara que la isla sigue partida. En ese avispero que cost¨® tantos a?os y esfuerzo calmar, contentar a una parte supone casi siempre alimentar el recelo de la contraria. Bruselas tambi¨¦n debe atender estas se?ales. Ser¨¢ esa ¨²ltima muestra de voluntad negociadora la que ayude a aclarar finalmente si Johnson es sincero en su voluntad de buscar una soluci¨®n o si de nuevo utiliza el Brexit y sus consecuencias como cortina de humo para huir de sus propios problemas pol¨ªticos.