La patria y el em¨¦rito
Los lectores escriben sobre el entusiasmo de algunos por la vuelta de Juan Carlos I a Espa?a, la falsa solidaridad de algunas empresas, los destrozos de los hinchas de los equipos que jugaron la final de la Europa League y la corrupci¨®n
M¨¢s all¨¢ de que la Jefatura de Estado se herede, lo que parece algo trasnochado y, desde luego, nada democr¨¢tico, no soy beligerante en el tema de monarqu¨ªa o rep¨²blica. Y no lo soy porque me importa mi pa¨ªs, Espa?a, su prestigio en el mundo, que la vida de los espa?oles mejore y sea m¨¢s f¨¢cil, que no haya tanto pobre y carezcamos de tantos servicios esenciales dotados convenientemente. As¨ª que me extra?a enormemente ese ...
M¨¢s all¨¢ de que la Jefatura de Estado se herede, lo que parece algo trasnochado y, desde luego, nada democr¨¢tico, no soy beligerante en el tema de monarqu¨ªa o rep¨²blica. Y no lo soy porque me importa mi pa¨ªs, Espa?a, su prestigio en el mundo, que la vida de los espa?oles mejore y sea m¨¢s f¨¢cil, que no haya tanto pobre y carezcamos de tantos servicios esenciales dotados convenientemente. As¨ª que me extra?a enormemente ese entusiasmo de algunos por el regreso de Juan Carlos I. Dicen que ha prestado grandes servicios a Espa?a y yo me pregunto si esos grandes servicios compensan sus numerosas y mundialmente conocidas barrabasadas, sus infidelidades, sus embrollos financieros, sus problemas con Hacienda... Esos patriotas que con tanto entusiasmo vitorean al em¨¦rito est¨¢n haciendo un flaco favor, en mi opini¨®n, al prestigio de la Monarqu¨ªa y al de esa patria de la que muchos presumen, pero que no sienten, salvo para llevar la bandera en la mu?eca, en el collar de sus perros o en sus camisetas. La patria se lleva en el coraz¨®n, no en el bolsillo.
?ngel Villegas Bravo. Madrid
Falsa solidaridad
Admiro la labor de quienes luchan por cualquier causa que suponga la defensa de colectivos, sean humanos, animales o ambientales. Defender¨¦ a capa y espada a las personas, cualquier ser vivo o entorno vulnerable o que sufran el ataque u opresi¨®n de los que abusan de ellos por su supuesta superioridad. Por otra parte, estoy viendo constantes anuncios televisivos, en vallas comerciales, en las redes sociales e incluso en el etiquetaje de productos que se adopta el sello ¡°feminismo¡±, ¡°adopci¨®n¡±, ¡°ecol¨®gico¡±, ¡°free¡±, y un largo etc¨¦tera como medio para hacer un producto m¨¢s aceptable para el consumidor. Si el objetivo es meramente solidario o de defensa, bienvenido sea, pero me temo que detr¨¢s de conmover al consumidor sensibilizado a estos temas hay una clara estrategia comercial.
Laia Ar¨²s. La Llacuna (Barcelona)
Europa League en Sevilla
?No ser¨¢ que la organizaci¨®n de la final de la Europa League da beneficios porque los efectos secundarios de la misma en forma de destrozos de mobiliario urbano p¨²blico y de propiedades privadas por parte de los aficionados, basura generada por estos, despliegue policial, incomodidad de los vecinos por cortes de tr¨¢fico, calles llenas y sucias, ruido a todas horas, peleas y el tiempo de m¨¢s que tienes que echar para llegar a casa en una ciudad cortada al tr¨¢fico, y de descanso perdido por los gritos y peleas de los borrachos, los paga el ciudadano y no quien organiza el evento?
Eduardo Parody Durio. Sevilla
Algo va mal
Algo anda mal en este pa¨ªs cuando hay tantos casos de corrupci¨®n que provocan sangr¨ªas en las arcas de las p¨²blicas, y a los investigadores nos piden tres presupuestos pr¨¢cticamente hasta para comprar un bol¨ªgrafo con cargo a un proyecto de investigaci¨®n. Luego dicen que la democracia est¨¢ en crisis y hay desafecci¨®n hacia la pol¨ªtica.
Miguel ?ngel Gonz¨¢lez Barrio. Madrid