Las sentinas de la corrupci¨®n
El descarnado uso partidista del poder que revelan los audios de EL PA?S exige del PP garant¨ªas de que no se repetir¨¢
La democracia espa?ola es hoy un poco m¨¢s fuerte que ayer porque sabe m¨¢s sobre s¨ª misma, aunque a un precio alt¨ªsimo. Pocas veces la sociedad tiene la posibilidad de acceder en crudo y sin filtros a la trastienda imp¨²dica del poder cuando se siente amenazado y recurre a cualquier medio para protegerse. Los protagonistas de los audios de la corrupci¨®n que este peri¨®dico ha desvelado a lo largo de la semana tienen nombres y apellidos q...
La democracia espa?ola es hoy un poco m¨¢s fuerte que ayer porque sabe m¨¢s sobre s¨ª misma, aunque a un precio alt¨ªsimo. Pocas veces la sociedad tiene la posibilidad de acceder en crudo y sin filtros a la trastienda imp¨²dica del poder cuando se siente amenazado y recurre a cualquier medio para protegerse. Los protagonistas de los audios de la corrupci¨®n que este peri¨®dico ha desvelado a lo largo de la semana tienen nombres y apellidos que ostentaron puestos de primer nivel, tanto en el PP como en el Gobierno de Espa?a con Mariano Rajoy al frente, y hoy sabemos tambi¨¦n que los mancharon. Las consecuencias morales son devastadoras; las jur¨ªdicas corresponde a los jueces determinarlas si las hubiera.
Cuando era secretaria general del partido, Mar¨ªa Dolores de Cospedal acudi¨® al comisario Jos¨¦ Manuel Villarejo para impedir que Luis B¨¢rcenas, ya extesorero del PP, difundiera informaci¨®n sobre los sobresueldos en negro y la caja b del partido. Los papeles de B¨¢rcenas con las anotaciones de la contabilidad paralela (lo que llaman Villarejo y Cospedal ¡°la libretita¡±) aparecieron en EL PA?S el 31 de enero de 2013. La consecuencia inmediata consisti¨® en armar un operativo que obstruyese la investigaci¨®n judicial y a la vez ¡°laminar¡± (es la expresi¨®n que usa Villarejo) al exgerente y extesorero del PP (en la c¨¢rcel desde 2018). Los audios lo revelan con crudeza. La expresidenta de la Comunidad de Madrid, y en 2015 candidata a la alcald¨ªa por el PP, Esperanza Aguirre, tambi¨¦n acudi¨® a Villarejo en septiembre de 2014 (junto a nada menos que el ex juez decano de Madrid Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Armengol) para conseguir que se archivara la causa abierta contra ella por haber huido de la polic¨ªa tras aparcar en un carril bus. Es ella misma quien identifica en otra grabaci¨®n como ¡°choricete¡± al ex vicepresidente de la Comunidad Alfredo Prada, en relaci¨®n con la Ciudad de la Justicia, todav¨ªa no imputado por entonces (aunque lo estar¨ªa cinco a?os despu¨¦s). Esperanza Aguirre aduce hoy que buscaba congraciarse con Villarejo para que le hiciese el favor que le ped¨ªa. Cabe preguntarse tambi¨¦n si el juez exdecano de Madrid utiliz¨® a Villarejo en otros procedimientos y le pidi¨® despu¨¦s que ¡°olvidara la conversaci¨®n¡±. Tambi¨¦n a este castizo Se?or Lobo, el comisario Villarejo, acudi¨® Francisco Mart¨ªnez, secretario de Estado de Seguridad, para fabricar a instancias del ministro Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz un informe contra el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el expresidente Jordi Pujol plagado de falsedades.
La sordidez del resumen es impactante: Esperanza Aguirre obtuvo el favor que le pidi¨® a Villarejo (se archiv¨® el caso), el comisario obtuvo informaci¨®n del ch¨®fer de B¨¢rcenas, con dinero p¨²blico y sin conocimiento del juez, para impedir que los informes policiales llegasen al juzgado, o que llegasen debidamente expurgados de nombres como el del presidente Rajoy, y, por fin, se publicaron en plenas elecciones catalanas de 2012 m¨²ltiples acusaciones contra los l¨ªderes en ruta hacia el independentismo que nunca se pudieron acreditar. No es exactamente una sorpresa tampoco que la investigaci¨®n que el ministro Fern¨¢ndez D¨ªaz encarg¨® sobre los indicios de enriquecimiento il¨ªcito de Villarejo, desvelados por este peri¨®dico en 2015, quedasen en nada: iba a ser solo un ¡°parip¨¦¡±, seg¨²n Villarejo.
Los audios abocan al oyente al coraz¨®n de la impunidad pol¨ªtica y documentan algunas de las sospechas que el juez ha tenido que descartar por falta de pruebas, en particular en el caso de Cospedal. El PSOE ha pedido ya a la Audiencia Nacional la reapertura de la instrucci¨®n contra Cospedal en el caso Kitchen, y Podemos anuncia lo mismo para esta pr¨®xima semana. En cualquier caso, y m¨¢s all¨¢ de la dimensi¨®n jur¨ªdica, los audios dejan en una sonrojante desnudez las solemnes declaraciones p¨²blicas de inocencia, ignorancia y honorabilidad de muchos de los protagonistas: los planes que urden con el comisario acaban cumpli¨¦ndose. El repertorio de indicios delictivos es inagotable y encierra un obsceno manual del pol¨ªtico corrupto.
El precio que el PP de Mariano Rajoy pag¨® por la corrupci¨®n se sustanci¨® en 2018 en una moci¨®n de censura tras una sentencia judicial que hac¨ªa al partido ¡°part¨ªcipe a t¨ªtulo lucrativo¡± de la trama corrupta G¨¹rtel. Hoy Feij¨®o abandera un nuevo PP y declara que no piensa dedicar ni un minuto al pasado (un pasado bien reciente porque la conversaci¨®n entre Villarejo y Mart¨ªnez es de 2016), pero el hedor que desprende el lenguaje de las grabaciones, el compadreo y la abierta vulneraci¨®n del Estado de derecho nos asoma a las sentinas del poder y exige garant¨ªas expl¨ªcitas de condena y el compromiso de que algo as¨ª no vuelva a repetirse. Feij¨®o debe y puede distanciarse de ese efecto devastador sobre la democracia. El nacionalpopulismo que le pisa los talones se nutre de uniformar a todos los pol¨ªticos y meterlos en el mismo saco para barrerlos a todos (como explic¨® gr¨¢ficamente Macarena Olona hace unos d¨ªas en Andaluc¨ªa).
Pero es verdad que las consideraciones moralizantes sobran; solo hay que asegurarse de que la desfachatez que revelan los audios tenga los efectos jur¨ªdicos que determinen los jueces en las causas abiertas y act¨²en a la vez como profilaxis preventiva ante la tentaci¨®n de incurrir en conductas parecidas en una democracia. La banalizaci¨®n de estas informaciones por parte del PP es una p¨¦sima estrategia y una mala noticia. La cuesti¨®n no est¨¢ en si el presidente Feij¨®o o su secretaria general, Cuca Gamarra, no los han escuchado como han declarado. El hecho es que existen y su mera existencia exige de la actual direcci¨®n del PP una condena categ¨®rica de la manipulaci¨®n interesada de la verdad y las maquinaciones partidistas destinadas a usar al Estado para sus propios intereses. La credibilidad del PP de Rajoy sale dolorosamente da?ada con el contenido de los audios, pero puede quedar peligrosamente tocado el partido entero si toda la respuesta de Feij¨®o y del mismo Mariano Rajoy consiste en hacerse los sordos.