Fiasco en Par¨ªs

Una semana despu¨¦s, no se ha disipado la mala imagen que deja el nuevo Gobierno nombrado por Emmanuel Macron tras la deficiente gesti¨®n de la final de la Champions League en Par¨ªs entre el Real Madrid y el Liverpool. La explicaci¨®n de esa falla no es solo el caos en las inmediaciones del estadio de Saint-Denis el 28 de mayo. Ni las aglomeraciones que retrasaron el partido m¨¢s de media hora. Ni la contundencia de las fuerzas del orden contra familias y menores o las agresiones y robos que estos sufrieron antes y despu¨¦s del partido. Hubo algo peor. Fue la voluntad por parte del ministro franc¨¦s del Interior, G¨¦rald Darmanin, en las horas y d¨ªas posteriores a la final, de esquivar sus responsabilidades en una cadena de errores que pudo provocar una tragedia. Reforz¨® la equivocaci¨®n su insistencia en encubrir los fallos culpando sin pruebas a los seguidores del club ingl¨¦s, pertrechados, seg¨²n su versi¨®n, con decenas de miles de entradas falsas.

Tras d¨ªas en el centro de las cr¨ªticas, Darmanin ha empezado a hacer un t¨ªmido amago de contrici¨®n. Pero no ha rectificado la versi¨®n que puso en circulaci¨®n en la misma noche del partido: el origen ¨²ltimo de los incidentes ser¨ªa la presencia de entre 30.000 y 40.000 hinchas del Liverpool sin entradas o con entradas falsas. El ministro habla de un ¡°fraude masivo, industrial y organizado¡± con origen en el Reino Unido, y seg¨²n ¨¦l fue esta multitud la que colaps¨® el acceso a los estadios y facilit¨® la llegada de j¨®venes de las barriadas de Saint-Denis, el departamento m¨¢s pobre de Francia y con problemas graves de marginalidad. Los intentos de saltos de vallas y la intimidaci¨®n y asaltos a algunos asistentes est¨¢n ya bajo investigaci¨®n de la Fiscal¨ªa francesa y de la UEFA. La teor¨ªa del fraude de entradas, sin embargo, es insuficiente para explicar lo que ocurri¨® en Saint-Denis.

El fiasco de Par¨ªs ha puesto en evidencia problemas de fondo en la sociedad y la pol¨ªtica francesas. Primero, los excesos policiales, tristemente ya habituales en un pa¨ªs donde empieza a ser normal que las manifestaciones terminen con altercados y con uso de gases lacrim¨®genos. Segundo, la peque?a delincuencia en los extrarradios, un terreno abonado para la demagogia de la extrema derecha. El tercer problema es la arrogancia de las autoridades francesas, reacias a asumir errores y proclives a descargar las responsabilidades en los dem¨¢s, en este caso los hinchas ingleses. La final de la Champions se ha convertido, para Macron, en una fuente de problemas a unos pocos d¨ªas de las elecciones legislativas del 12 y el 19 de junio. Pero en la agenda est¨¢n tambi¨¦n los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs en 2024 y ah¨ª el riesgo de volver a fallar tendr¨ªa otro calado.