El cambio de postura militar en la OTAN y sus retos
La reestructuraci¨®n de la organizaci¨®n, para ser de 360 grados, tiene que cubrir todos los flancos: el Este de forma inmediata, el Sur poco despu¨¦s y el ?rtico a medio plazo
EEl secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha ido anticipando alguna de las medidas que cambiar¨¢n la postura militar de la organizaci¨®n para afrontar la amenaza militar directa de Rusia en el este de Europa. Tras la primera invasi¨®n rusa de Ucrania, la estrategia de la OTAN combin¨® el despliegue rotatorio de fuerzas en los pa¨ªses amenazados (Presenc...
EEl secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha ido anticipando alguna de las medidas que cambiar¨¢n la postura militar de la organizaci¨®n para afrontar la amenaza militar directa de Rusia en el este de Europa. Tras la primera invasi¨®n rusa de Ucrania, la estrategia de la OTAN combin¨® el despliegue rotatorio de fuerzas en los pa¨ªses amenazados (Presencia de Defensa Adelantada) con el fortalecimiento de la Fuerza de Respuesta R¨¢pida necesaria para asegurar su refuerzo. La decisi¨®n fue coherente con el compromiso en el Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997 de mantener la estrategia de refuerzo en lugar desplegar permanentemente unidades de gran entidad en los nuevos miembros. Los batallones multinacionales desplegados y sus elementos de mando y control han mantenido hasta ahora una estructura ligera, por debajo de los 2.000 soldados, y la Fuerza de Respuesta increment¨® los suyos de 13.000 a 40.000, de los cuales una brigada tendr¨ªa que estar lista (alistada) para responder en pocos d¨ªas.
Tras la segunda invasi¨®n, la OTAN tiene que decidir si refuerza la entidad de las unidades desplegadas, pasando de batall¨®n a brigada y de las fuerzas de reserva, pasando del 40.000 a 300.000 soldados, si finalmente se confirman las cifras apuntadas por el secretario general. Algunos aliados, especialmente los b¨¢lticos, desconf¨ªan de la estrategia de refuerzo seguida hasta ahora porque podr¨ªan ceder su territorio a las fuerzas rusas antes de volver a recuperarlo, por la que desean cambiar la estrategia de refuerzo por una de denegaci¨®n de acceso, desplegando de forma permanente grandes unidades e infraestructuras que defiendan sus fronteras.
Independientemente de la decisi¨®n final sobre la estrategia de refuerzo o de la de denegaci¨®n en la cumbre de Madrid, las Fuerzas Armadas de los aliados se enfrentan a una transformaci¨®n de sus conceptos operativos, capacidades y estructura de fuerza (postura militar) de gran calado estrat¨¦gico y presupuestario. Las Fuerzas Armadas tendr¨¢n que reestructurar sus unidades expedicionarias dedicadas a la gesti¨®n internacional de crisis para que puedan asumir las funciones de defensa colectiva que hab¨ªan abandonado. Se van a necesitar m¨¢s unidades, de mayor tama?o, con mayor nivel de alistamiento, movilidad y de sostenimiento, por lo que se tendr¨¢n que incrementar los presupuestos para satisfacer las nuevas capacidades de personal y equipos.
Hasta ahora, algunos pa¨ªses aliados, entre ellos Espa?a, han recortado el gasto en mantenimiento de las unidades para poder garantizar el alistamiento de las unidades que sal¨ªan al extranjero. El incremento de las unidades a desplegar, reforzar o rotar, unido a la necesidad de cumplir con los est¨¢ndares de certificaci¨®n operativa de la OTAN tendr¨¢n que acabar con esa mala pr¨¢ctica porque, de lo contrario, las cifras que se manejan solo constar¨¢n sobre el papel.
La reestructuraci¨®n de la postura militar de la OTAN y la de sus Estados miembros, para ser de 360 grados, tiene que cubrir todos los flancos: el Este de forma inmediata, el Sur poco despu¨¦s y el ?rtico a medio plazo. Tambi¨¦n tiene que cubrir todos los dominios, los tradicionales y los nuevos del espacio y el ciberespacio. Para preservar su ventaja militar respecto a Rusia, la OTAN necesita aplicar la innovaci¨®n y las nuevas tecnolog¨ªas a sus equipos actuales. Gastar en conceptos operativos y capacidades de futuro para gastar mejor y no solo m¨¢s como se anunciar¨¢ en la cumbre.