La cita de la OTAN con la historia
Las sanciones son importantes para se?alar la unidad occidental y castigar a Putin y su r¨¦gimen. Pero es hora de tomar decisiones audaces y estrat¨¦gicas, no solo de celebrar comunicados
Todas las cumbres de la OTAN suelen presentarse como hist¨®ricas. Pero algunas suponen un cambio m¨¢s dr¨¢stico que otras. Para que la cumbre de la OTAN en Madrid pueda calificarse de verdaderamente hist¨®rica, los dirigentes tendr¨¢n que ir m¨¢s all¨¢ de los titulares sobre la unidad y empezar a sentar las bases de un rol estrat¨¦gico a largo plazo.
Lo primero y m¨¢s inmediato es que la O de la OTAN debe significar algo m¨¢s tangible para Ucrania. El presidente Volod¨ªmir Zelenski, que asistir¨¢ virtualmente a la cumbre, har¨ªa bien en instar a la OTAN a que se deje de ret¨®rica y d¨¦ un paso adelante. Sus fuerzas est¨¢n perdiendo cada d¨ªa una media de 100 soldados con cinco veces m¨¢s de heridos. Se estima que el desgaste de Rusia es el mismo, si no m¨¢s. La diferencia es que Ucrania cuenta con una reserva m¨¢s amplia de ucranios motivados dispuestos a luchar. Pero necesitan entrenamiento para reponer las unidades de primera l¨ªnea agotadas y equipar los sistemas de armas suministrados por Occidente. Los esfuerzos de adiestramiento realizados por los distintos aliados han sido fundamentales, pero es evidente que no son suficientes para que Ucrania pueda seguir el ritmo de lo que se est¨¢ convirtiendo r¨¢pidamente en una larga guerra de desgaste. La OTAN tiene todo lo necesario para aumentar el adiestramiento: la experiencia adquirida en anteriores misiones de adiestramiento, una estructura de mando de probada eficacia y la capacidad de combinar el equipamiento con el adiestramiento. Una misi¨®n de adiestramiento de la OTAN para Ucrania tambi¨¦n har¨ªa que los esfuerzos de los aliados sean m¨¢s sostenibles a lo largo del tiempo, permitiendo que todos, incluidos los aliados m¨¢s peque?os, contribuyan de diferentes maneras.
La posibilidad de que Viktor Orb¨¢n vete dicha misi¨®n podr¨ªa disuadir a Estados Unidos y a otros aliados de seguir adelante. Sin embargo, no ser¨ªa la primera vez que la OTAN acuerda una misi¨®n a pesar de que algunos aliados no est¨¢n de acuerdo. Todas las misiones de la OTAN, excepto la ISAF, han tenido al menos un aliado que ha optado por no participar. Si no se aumenta el apoyo de la OTAN, los dirigentes tendr¨¢n que explicar al mundo c¨®mo pueden entrenar en tierras lejanas a soldados iraqu¨ªes y, sin embargo, no lo hacen con los soldados ucranios que luchan en una guerra en nombre de Europa. Aumentar el entrenamiento de las fuerzas ucranias podr¨ªa ser uno de los factores que podr¨ªan inclinar dr¨¢sticamente la balanza a favor de Kiev, o por lo menos darle una oportunidad justa de aguantar el largo recorrido contra el duro asalto ruso. Tambi¨¦n podr¨ªa ser el preludio de una misi¨®n de adiestramiento de la OTAN en suelo ucranio despu¨¦s de la guerra, similar al centro de adiestramiento de Georgia, pero a mayor escala.
En segundo lugar, al decidir pasar a una postura de defensa m¨¢s permanente en el flanco oriental, la OTAN deber¨ªa ser coherente y suspender el Acta Fundacional OTAN-Rusia. Sus t¨¦rminos hace tiempo que fueron incumplidos por Rusia. Reflejan una ¨¦poca pasada en la que la cooperaci¨®n con Rusia era el principal objetivo. Si hubiera alguna duda despu¨¦s de 2014-2015, el problema no es solo el comportamiento de Vlad¨ªmir Putin, sino el propio Putin. Con el cambio de r¨¦gimen como una no opci¨®n, una contenci¨®n sistem¨¢tica es ahora el imperativo clave. Por eso, los l¨ªderes no deber¨ªan responder a la l¨ªnea roja de Putin contra la presencia de la OTAN en Suecia y Finlandia. En su lugar, deber¨ªan mantener cierta ambig¨¹edad estrat¨¦gica. En primer lugar, no est¨¢ claro si un refuerzo de los territorios de los nuevos miembros n¨®rdicos podr¨ªa no ser necesario en el futuro. Qui¨¦n hubiera pensado hace diez a?os que miles de fuerzas y equipos pesados de la OTAN estar¨ªan estacionados en Europa Central. En segundo lugar, los acuerdos de defensa para los nuevos miembros n¨®rdicos, especialmente Finlandia, es una de las mayores ventajas que tiene la OTAN frente a Putin. No es ning¨²n secreto que mantener el statu quo en la frontera ruso-finlandesa es fundamental para Putin. Responder a un posible refuerzo en el territorio finland¨¦s supondr¨ªa una importante presi¨®n para las ya de por s¨ª presionadas fuerzas rusas. No se trata de tomar esa decisi¨®n ahora, sino de dejar la suficiente ambig¨¹edad como para que la OTAN pueda crear cierta influencia para cuando llegue el momento de las negociaciones serias sobre Ucrania con Rusia.
En tercer lugar, estamos entrando en una nueva era nuclear. Rusia se dedica a hacer ruido de sables y se?ales nucleares. China est¨¢ construyendo r¨¢pidamente su arsenal nuclear, y se estima que se unir¨¢ al exclusivo club de m¨¢s de mil cabezas de guerra a finales de la d¨¦cada, junto con Rusia y Estados Unidos. La aspiraci¨®n de los l¨ªderes occidentales de reducir la relevancia de las armas nucleares puede ser moralmente encomiable, pero est¨¢ cada vez m¨¢s en desacuerdo con el mundo real. Por muy inc¨®modo que resulte, los dirigentes de la OTAN deber¨ªan estar dispuestos a discutir el papel de las armas nucleares en su postura global de disuasi¨®n. Esto no significa reflejar la gesticulaci¨®n o doctrina nuclear rusa, que considera las armas nucleares como formas de imponerse en un conflicto convencional. Pero significa responder a la pregunta de c¨®mo restaurar cierta estabilidad y previsibilidad con el objetivo final de evitar un conflicto nuclear. Ignorar o se?alar a medias es una receta segura para dejar a Putin o Xi Jinping el control de la escalada nuclear.
Instintivamente, los l¨ªderes de la OTAN buscan evitar la escalada, mantenerse justo por debajo de un determinado umbral y esperar una resoluci¨®n diplom¨¢tica. Sin embargo, las circunstancias extraordinarias exigen un enfoque diferente. Las sanciones son importantes para se?alar la unidad occidental y castigar a Putin y su r¨¦gimen. Pero es poco probable que cambien fundamentalmente el comportamiento de Putin, especialmente a corto plazo. Las armas s¨ª lo har¨¢n. Mientras los ucranios est¨¦n dispuestos a luchar en esta guerra, la OTAN no puede detenerse a mitad de camino para permitirles prevalecer en el campo de batalla. Es hora de tomar decisiones audaces y estrat¨¦gicas, no solo de celebrar comunicados.
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