A esto sabe el chantaje
El ¡°extraordinario trabajo¡± de la Gendarmer¨ªa marroqu¨ª se traduce en cuerpos amontonados, cabezas rotas y pechos sin vida.
Como cuando saboreas un tinto y en los primeros instantes satisface su sabor entre amargo y dulz¨®n pero acaba por secarte la boca dejando un regusto ferroso. Y no sabes muy bien c¨®mo pasaste en unos instantes de una sensaci¨®n agradable al asco. As¨ª debieron sentirse ayer en el Gobierno cuando vieron la dedicaci¨®n de la Gendarmer¨ªa marroqu¨ª en frenar el intento de salto a la valla de Melilla. Misi¨®n cumplida. ¡°Extraordinario trabajo¡±. Y entonces vieron a qu¨¦ sab¨ªa ese ¨¦xito: a cuerpos amontonados, cabezas rotas y pechos sin vida.
A eso sabe nuestra pol¨ªtica migratoria de externalizaci¨®n ...
Como cuando saboreas un tinto y en los primeros instantes satisface su sabor entre amargo y dulz¨®n pero acaba por secarte la boca dejando un regusto ferroso. Y no sabes muy bien c¨®mo pasaste en unos instantes de una sensaci¨®n agradable al asco. As¨ª debieron sentirse ayer en el Gobierno cuando vieron la dedicaci¨®n de la Gendarmer¨ªa marroqu¨ª en frenar el intento de salto a la valla de Melilla. Misi¨®n cumplida. ¡°Extraordinario trabajo¡±. Y entonces vieron a qu¨¦ sab¨ªa ese ¨¦xito: a cuerpos amontonados, cabezas rotas y pechos sin vida.
A eso sabe nuestra pol¨ªtica migratoria de externalizaci¨®n de las fronteras. A contratar a un mat¨®n para que haga el trabajo sucio y entierre tus cad¨¢veres bajo su alfombra dej¨¢ndote a ti de un blanco impoluto. El problema es que ese mat¨®n no es un cualquiera: es un vecino con aspiraciones e intereses que sabe muy bien c¨®mo apretarte los bajos para que entones la canci¨®n que ¨¦l quiere escuchar; que se ha profesionalizado en el famoso arte de crear el problema y venderte la soluci¨®n; que ha aprendido una de las lecciones m¨¢s importantes del siglo XXI: que las migraciones juegan un rol determinante en la pol¨ªtica interna de los pa¨ªses ricos. El discurso identitario genera miedos y moviliza demasiados votos como para dejarlo de lado. Y esto las convierte en la mejor arma de guerra en la batalla diplom¨¢tica. Un arma que adem¨¢s se paga con descuento: los muertos son negros desesperados cuyas familias no podr¨¢n reivindicarlos. ¡°Extraordinario trabajo¡±.
Y adem¨¢s provienen de una zona ¡°altamente inestable, como es el Sahel, el ?frica subsahariana¡± (como si todo fuera igual, aunque nada sea lo mismo). Y son f¨¢cilmente criminalizables: son negros, gritan y pelean por cruzar la valla. Son violentos. Y esto es inaceptable ¡°para nuestra integridad territorial¡±. Pero ya que hablamos de violencias, describ¨¢moslas todas: violencia es que en una parte del planeta miles de personas se vean obligadas a dejar sus casas para buscar un futuro que no pueden ni imaginar en sus pa¨ªses de origen. Violencia es violarlas, arrestarlas y golpearlas en su tr¨¢nsito hacia nuestra frontera sur. Violencia es acumularlas como ganado durante meses y someterlas a la incertidumbre de las detenciones indiscriminadas, las expulsiones al desierto y la visi¨®n de una valla cuyas defensas pueden cortarles la vida. Y violencia es, tambi¨¦n, cuando tras todo esto, estas personas saltan la valla sin importarles qu¨¦ o qui¨¦n est¨¢ delante. Ponemos el agua a hervir y nos quejamos cuando quema.
As¨ª que no, se?or presidente, no ha sido un ¡°extraordinario trabajo¡±. Es simplemente una fase m¨¢s de un juego muy peligroso al que est¨¢n jugando, apostando unas vidas que no les pertenecen. Y en el que, adem¨¢s, todav¨ªa no se han dado cuenta de qui¨¦n es el tonto en la mesa. Cuando lo hagan ser¨¢ demasiado tarde.