Relato de uno de los migrantes que intent¨® entrar en Melilla: ¡°La polic¨ªa marroqu¨ª estaba muy violenta y ellos d¨¦biles y hambrientos¡±
El joven cuenta que sus compa?eros ca¨ªan al primer golpe de los agentes
Mamadou fue uno de los cerca de 1.700 migrantes que el viernes intentaron cruzar a la fuerza la valla de Melilla. Este s¨¢bado, asustado y escondido, cuenta algunos de los detalles del episodio m¨¢s tr¨¢gico que se ha vivido hasta ahora en esta frontera terrestre. Al menos 23 de sus compa?eros han muerto, muchos aplastados o asfixiados al quedarse atrapados en un pasillo del dispositivo fronterizo. La Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos (AMDH) y el colectivo Caminando Fronteras elevaron el n¨²mero de muertes a 27, aunque las fuentes oficiales en Marruecos no lo han confirmado. ¡°Los agentes marroqu¨ªes estaban muy violentos, m¨¢s agresivos que otras veces, y la gente entr¨® en p¨¢nico. Eso provoc¨® la estampida¡±, explica por tel¨¦fono bajo la condici¨®n de anonimato.
El joven cuenta que todos ellos se encontraban agotados y llevaban d¨ªas sin comer. Los d¨ªas previos, en el monte Gurur¨², donde se refugian los migrantes antes de prepararse para los saltos, hab¨ªan sido duros. Las batidas policiales hab¨ªan sido constantes y los agentes, como suele ser habitual, confiscaron dinero y comida, seg¨²n fuentes que trabajan en el terreno. La precariedad y la falta de comida, cuenta Mamadou, precipitaron el salto antes de lo previsto. ¡°Murieron tantos porque estaban d¨¦biles y hambrientos¡±, asegura.
Este salto fue diferente a otros por varios motivos. En primer lugar, los migrantes plantaron cara a los polic¨ªas marroqu¨ªes, tanto en los campamentos del bosque como en su camino hacia la valla. El pasado s¨¢bado, seg¨²n public¨® El Faro de Melilla, se hab¨ªan registrado m¨¢s de 100 heridos entre las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes tras un violento enfrentamiento con un numeroso grupo de migrantes que se hab¨ªa concentrado en una zona boscosa en las afueras de Nador.
El ambiente previo al salto era muy tenso. ¡°Los agentes marroqu¨ªes tiraron muchas piedras y dispararon gas lacrim¨®geno¡±, asegura Mamadou. ¡°Normalmente, lo lanzan al aire, pero esta vez iba directamente contra la gente. Y estaban tan d¨¦biles que cualquier toque les hac¨ªa caer¡±. Seg¨²n su testimonio, las piedras lanzadas por los agentes marroqu¨ªes ¡°mataron a mucha gente¡±. ¡°Todo el mundo tir¨® piedras, los polic¨ªas y los migrantes, pero nosotros no ten¨ªamos protecci¨®n. Cuando la piedra le daba a alguien en la cabeza, ca¨ªa¡±, afirma.
Otra diferencia con saltos anteriores fue que, el viernes, los migrantes hab¨ªan preparado una estrategia distinta: el plan era forzar la puerta de acceso de la valla y no saltarla. ¡°Esta vez, no llev¨¢bamos garfios para escalar, aunque algunos acabaron saltando incluso sin ellos¡±, explica Mamadou. La determinaci¨®n a forzar la puerta les llev¨® a concentrarse a todos en el mismo lugar.
Entre los 133 migrantes y refugiados que s¨ª lograron entrar en Melilla, hay una mayor¨ªa de sudaneses. Esta nacionalidad estuvo tambi¨¦n muy presente en los ¨²ltimos saltos registrados el 2 y 3 de marzo, cuando m¨¢s de 850 migrantes lograron entrar en la ciudad aut¨®noma. Los sudaneses son potenciales refugiados, seg¨²n la ONU. Esta nacionalidad, de hecho, tiene una de las tasas m¨¢s altas de reconocimiento de asilo en Espa?a, m¨¢s de un 88% este a?o, seg¨²n datos de la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior. Esto quiere decir que el Estado les reconoce la protecci¨®n internacional porque considera que corren riesgo de muerte si vuelven a su pa¨ªs o que se encuentran perseguidos. Para lograrlo, sin embargo, acaban entrando en Europa de forma irregular. La ruta de Libia era la m¨¢s habitual, aunque la espa?ola, a trav¨¦s de Marruecos, ha registrado un aumento de sudaneses en los ¨²ltimos dos a?os.
En Sud¨¢n, un golpe de Estado ejecutado el a?o pasado frustr¨® el camino que el pa¨ªs hab¨ªa emprendido hacia una democracia civil. Al golpe le han seguido el hostigamiento, los arrestos arbitrarios de pol¨ªticos de la oposici¨®n y el asesinato de casi 100 destacados manifestantes. La regi¨®n sudanesa de Darfur, de donde han salido varios de los migrantes que participaron en este y en los ¨²ltimos saltos, registr¨® solo el a?o pasado m¨¢s de 400.000 desplazamientos internos causados por la violencia, seg¨²n la ONU. La zona est¨¢ inmersa en diferentes conflictos interraciales desde 2003.
Mamadou, en cierta forma, tuvo suerte porque lleg¨® m¨¢s tarde a las inmediaciones de la valla que sus compa?eros. Su retraso le evit¨®, quiz¨¢, encontrarse entre las decenas de j¨®venes que permanecieron amontonados unos encima de los otros durante horas, custodiados por la polic¨ªa marroqu¨ª. Entre esa multitud de cuerpos cuyas im¨¢genes fueron divulgadas por la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos de Nador. A Mamadou lo pillaron antes de que pudiese acercarse al vallado, a cerca de un kil¨®metro de distancia. ¡°Los polic¨ªas marroqu¨ªes nos rodearon¡±, cuenta. En un descuido, el joven empez¨® a correr en direcci¨®n al monte y permanece escondido desde entonces. Dice que lo volver¨¢ a intentar.
En colaboraci¨®n con Lighthouse Report.
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