Si son negros, vienen a delinquir
En las redes, las v¨ªctimas del intento de cruzar de Marruecos a Melilla son vistas como sospechosos habituales
Cuando los periodistas de sucesos (entre los que me hallo sin hallarme nunca) escribimos sobre cualquier hecho delictivo, la pregunta en Twitter es a rengl¨®n seguido: ?Pero de qu¨¦ nacionalidad es el detenido? Y si se especifica el origen, lo mismo, pero al rev¨¦s: ?Qu¨¦ aporta la nacionalidad? Lo que hace que el timeline sea un constante campo de batalla. La noticia es secundaria, lo que importa es el azaroso lugar de nacimiento de sus protagonistas.
Hay quienes ven en el origen una explicaci¨®n sociol¨®gica de la cri...
Cuando los periodistas de sucesos (entre los que me hallo sin hallarme nunca) escribimos sobre cualquier hecho delictivo, la pregunta en Twitter es a rengl¨®n seguido: ?Pero de qu¨¦ nacionalidad es el detenido? Y si se especifica el origen, lo mismo, pero al rev¨¦s: ?Qu¨¦ aporta la nacionalidad? Lo que hace que el timeline sea un constante campo de batalla. La noticia es secundaria, lo que importa es el azaroso lugar de nacimiento de sus protagonistas.
Hay quienes ven en el origen una explicaci¨®n sociol¨®gica de la criminalidad (es migrante y por tanto delincuente) y quienes, quiz¨¢ sin quererlo, creen tambi¨¦n que el lector es por defecto racista y hace ese v¨ªnculo autom¨¢ticamente (si se explica que el arrestado es migrante pensar¨¢ que los migrantes son delincuentes). No pasa lo mismo cuando se informa de una nacionalidad a cuyos portadores nunca definir¨ªamos como migrantes.
La muerte intolerable de decenas de personas (una veintena o una treintena si se atiende a las cifras oficiales marroqu¨ªes o a las de las oeneg¨¦s) en el intento de cruzar a Melilla abre de nuevo el sangrante debate en mi red tuitera. Su origen y su color ¡ªnegros, marrones, oscuros de piel, en definitiva¡ª cambia el prisma con el que se analiza. No son personas muertas en el camino a otra vida posible, son delincuentes en potencia que asaltan nuestras engordadas fronteras.
Solo hay que ver algunas de las respuestas a este tuit, a priori sin m¨¢cula posible, de la Organizaci¨®n Mundial contra la Tortura (OMT): ¡°Tras la violencia sin precedentes en la frontera entre Espa?a y Marruecos, llamamos a una investigaci¨®n en profundidad sobre la muerte de los migrantes, la identificaci¨®n de los cad¨¢veres y el acceso a la atenci¨®n m¨¦dica de los supervivientes¡±. Es sin precedentes, nunca hab¨ªa habido un salto con tantos muertos, se pide una investigaci¨®n de lo ocurrido, en la que todas las partes deber¨ªan estar de acuerdo, y qu¨¦ menos que saber quienes son los muertos.
¡°?Qu¨¦ pasa con las mafias?¡±, ¡°?Por qu¨¦ cit¨¢is a Espa?a? Esto es cosa de Marruecos¡±, ¡°Llev¨¢oslos a Suiza [donde tiene sede la OMT] y cuidadlos all¨ª¡±, ¡°Los subsaharianos que intentaron entrar en Espa?a de forma ilegal y violenta no se integran en Europa, traen enfermedades ya erradicadas aqu¨ª, violan a mujeres, roban, atacan a gays¡¡±, ¡°Es una cuesti¨®n de acci¨®n reacci¨®n¡±. Estas respuestas conviven con los retuits y los likes de una tragedia donde las v¨ªctimas son sospechosos habituales.
Unas sospechas alimentadas por los equilibrios pol¨ªticos. ¡°Ha sido un asalto violento, bien organizado, bien perpetrado y en este caso, yo creo que bien resuelto por parte de los dos cuerpos de seguridad, tanto de Espa?a como de Marruecos. Quiero agradecer tambi¨¦n el trabajo del Gobierno marroqu¨ª¡±, dijo en Bruselas el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez. Una parte de Twitter se le ech¨® encima. A modo de resumen, el tuit del periodista Xavier Aldekoa: ¡°Bien resuelto¡¯. Pocas veces tanta indignidad en solo dos palabras¡±.
S¨¢nchez matiz¨® en la SER que no hab¨ªa visto las im¨¢genes de los muertos y el maltrato de los agentes marroqu¨ªes cuando hizo esas declaraciones. Si le creemos, se salt¨® el b¨¢sico de primero de pol¨ªtica: informarse antes de hablar. Despu¨¦s, la directora de EL PA?S, Pepa Bueno, y el periodista Carlos E. Cu¨¦ le dieron la oportunidad de enmendar su propia plana en una entrevista. ¡°Ahora ya ha visto las im¨¢genes. ?Cree que ah¨ª se est¨¢n cumpliendo los derechos humanos?¡±, preguntaron. Pero el presidente les hizo un quiebro: ¡°Me parece que esa respuesta la tiene que dar el Gobierno de Marruecos¡±. Pudo acabar con la sospecha, pero no lo hizo.