?Qu¨¦ sucedi¨® en la frontera de Melilla? El paso a paso de la tragedia
EL PA?S reconstruye con testimonios, im¨¢genes y v¨ªdeos geolocalizados el ¨²ltimo y mortal intento de un grupo de j¨®venes africanos de llegar a Espa?a
Decenas de cuerpos se amontonan en mitad de una carretera. Las personas que yacen, algunas inertes, lucen medio desnudas, heridas, apenas reducidas a carcasas. La imagen, que ha dado la vuelta al mundo, revela el tr¨¢gico final del intento de cruce a Melilla el viernes 24 de junio, cuando unos 1.700 migrantes y refugiados se dirigieron cargados de palos y piedras dispuestos a atravesar forzosamente un puesto fronterizo. Hay al menos 23 muertos, m¨¢s de 200 heridos y 140 agentes marroqu¨ªes y 50 espa?oles atendidos.
El PA?S reconstruye el suceso con v¨ªdeos geolocalizados y testimonios de varios de sus participantes, agentes y vecinos. Tambi¨¦n resalta las dudas que a¨²n se ciernen sobre la tragedia.
Valla
Nador
espa?a
Melilla
Melilla
Marruecos
Barrio
Chino
Paso
fronterizo
3
En lugar de realizar un
salto como en otras
ocasiones intentan abrir
las puertas del complejo
Valla
2
Se dirigen al paso
fronterizo “Barrio
Chino”
nador
1
Unos 1.700 migrantes
descienden del
Monte Gurug¨² el 24 de junio
Monte
Gurug¨²
300 m
Valla
espa?a
Nador
Melilla
Melilla
Marruecos
Barrio
Chino
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En lugar de realizar un
salto como en otras
ocasiones intentan abrir
las puertas del complejo
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Se dirigen al paso
fronterizo “Barrio
Chino”
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Unos 1.700 migrantes
descienden del Monte Gurug¨²
el 24 de junio
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En lugar de realizar un
salto como en otras
ocasiones intentan abrir
las puertas del complejo
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Se dirigen al paso
fronterizo “Barrio
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Unos 1.700 migrantes
descienden del Monte Gurug¨²
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Melilla
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En lugar de realizar un
salto como en otras
ocasiones intentan abrir
las puertas del complejo
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Se dirigen al paso
fronterizo “Barrio
Chino”
NADOR
1
Unos 1.700 migrantes
descienden del Monte Gurug¨²
el 24 de junio
Monte
Gurug¨²
300 m
D¨ªas previos: la trastienda
La entrada comienza a gestarse d¨ªas antes. Las batidas contra los campamentos donde suelen refugiarse los migrantes se intensificaron a partir del s¨¢bado 18 de junio. Hubo varios enfrentamientos en los montes pr¨®ximos a Nador, a unos 15 kil¨®metros de Melilla. Seg¨²n relatan varios testigos a EL PA?S, las redadas siguieron entre el mi¨¦rcoles 22 y el viernes 24 de junio, complicando la vida en el bosque.
Esos d¨ªas, plantaron cara. ¡°Estaban todos all¨ª, en fila, sobre el monte Iksane¡±, se?ala Abderrahim, tendero de una villa de la zona, ¡°vino la polic¨ªa, y ni se movieron. Tiraron piedras a los agentes. La polic¨ªa entr¨® por otro lado, pero cuando volvieron, ya no hab¨ªa nadie. Los migrantes se fueron al Gurug¨² y all¨ª fue donde se enfrentaron¡±.
Adam, un sudan¨¦s de 21 a?os que consigui¨® entrar en Melilla, habla del ultim¨¢tum que recibieron de los agentes marroqu¨ªes: ¡°Un oficial de la polic¨ªa vino solo y nos dijo que ten¨ªamos 24 horas para irnos: ¡®Si os vais del monte, no usaremos la violencia, pero si os neg¨¢is a iros, usaremos fuego real¡¯. Nuestro l¨ªder dijo que no pod¨ªamos abandonar as¨ª, nos reunimos unos 1.000 [un n¨²mero menor al que han hecho referencia las autoridades] y esa noche decidimos ir hacia Melilla la ma?ana siguiente¡±.
La madrugada del viernes, una columna de unas 1.700 personas, entre ellos un porcentaje muy alto de sudaneses, que suelen ser reconocidos como refugiados, se dirigi¨® a Barrio Chino, como muestra el video anterior. La Guardia Civil cuenta que recibieron un aviso de sus colegas marroqu¨ªes sobre las 6.30. ¡°Van para all¨¢, los intentamos contener para que no lleguen¡±, comenta un agente que escucharon de los marroqu¨ªes al otro lado.
Una estrategia diferente
Espa?a
Marruecos
Paso
fronterizo
Los migrantes
saltan al interior
del recinto. Una
valla se desploma
Valla
principal
Llegada
25 m
El plan no era saltar la valla que separa Marruecos de Espa?a, que es lo habitual, sino acceder ¡ªsuperando otros obst¨¢culos¡ª al interior del puesto fronterizo y desde ah¨ª forzar la puerta de acceso a Melilla. Hab¨ªan cambiado los garfios que suelen usar para escalar la alambrada por una radial y un mazo.
Seg¨²n Adam, acogido en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, la decisi¨®n fue meditada: ¡°Era la ¨²nica v¨ªa; a lo largo de la valla han cavado una zanja muy profunda y, si caes dentro, no puedes salir por tu propio pie¡±.
Bashir, un sudan¨¦s de 20 a?os acogido tambi¨¦n en el CETI, fue de los primeros migrantes en llegar al interior del puesto fronterizo. Accedi¨® encaram¨¢ndose a un muro de unos dos metros coronado por otros dos metros de alambrada. Salt¨® dentro, donde ya hab¨ªa gente. Cuando ech¨® la vista atr¨¢s, vio c¨®mo se derrumbaba la reja a sus espaldas con unas 40 personas subidas a ella. ¡°Cuando cayeron, no se quedaron ah¨ª, todos se levantaron de nuevo, salvo uno o dos, quiz¨¢s, con las piernas lesionadas¡±, cuenta. ¡°El Gobierno marroqu¨ª ha dicho que la gente muri¨® a causa de la ca¨ªda y eso es mentira¡±, asegura. El momento est¨¢ capturado en el siguiente v¨ªdeo:
Los supervivientes que lograron entrar en Melilla sostienen que las fuerzas marroqu¨ªes no se interpusieron y que pudieron llegar a la frontera sin problemas desde el Gurug¨². Aseguran que se sintieron empujados estrat¨¦gicamente: solo dej¨¢ndolos llegar a tierra llana, las fuerzas marroqu¨ªes pod¨ªan detenerlos. ¡°Sab¨ªan que no pod¨ªan pillarnos en el monte porque [la altura] nos daba ventaja¡±, explica Bashir. ¡°Est¨¢bamos en una posici¨®n elevada y ellos abajo; no pod¨ªan hacer nada, as¨ª que esperaron a que lleg¨¢semos¡±.
Dos horas despu¨¦s del aviso, un numeroso grupo se plant¨® en la calle principal de la villa, donde las casas y comercios miran a la alambrada que los separa del suelo espa?ol. No eran todos los que iniciaron el camino. Unos 400 o 500 se hab¨ªan echado atr¨¢s y se dispersaron, asustados tras ver el despliegue marroqu¨ª en Barrio Chino. All¨ª se sit¨²a uno de los cuatro pasos fronterizos, de los m¨¢s peque?os, cerrado desde 2020, y utilizado solo por porteadoras y vecinos de Melilla y Nador.
El grupo consigui¨® alcanzar el puesto desprotegido. Los migrantes entraron en el recinto por varios frentes, mientras las fuerzas marroqu¨ªes, pertrechadas de material antidisturbios, los encerraron, rode¨¢ndolos y cortando cualquier posibilidad de retirada de vuelta al monte. Dispararon pelotas de goma y lanzaron botes de humo y piedras. Algunos migrantes subieron a los techados de las garitas policiales; otros, se encaramaron a una alambrada lateral; los primeros en llegar intentaron acceder directamente escalando la puerta.
La ratonera
Espa?a
Marruecos
El video muestra a los migrantes en el interior, entre humo y golpes. Un grupo fuerza una puerta; otro salta la segunda valla
Valla
principal
25 m
¡°Cuando la gente entr¨® al recinto fronterizo, la polic¨ªa form¨® una pared, no dejaron espacio para que nadie corriese o saltase y dispararon gas¡±, cuenta Bashir.
Quienes quedaron atrapados apenas lograban ubicarse en mitad de la humareda. ¡°Muchos amigos no pod¨ªan respirar, no sab¨ªan ni d¨®nde estaban¡±, describe Adam. ¡°Ese es el momento en el que se acaba la historia: no puedes abrir los ojos, no ves nada¡±.
Antes de la pandemia, el cruce de Barrio Chino era el ¨²nico habilitado para realizar el porteo: miles de personas cargaban con bultos de hasta 90 kilos por un corredor ancho y en cuesta que sube desde territorio espa?ol hasta Marruecos. Otros dos pasajes para peatones permiten solo la entrada individual de personas mediante un sistema de tornos. Al final, hay unas puertas que, al forzarlas, dar¨ªan acceso a la parte espa?ola del recinto. Fue en esos pasajes donde quedaron atrapados decenas de migrantes entre las garitas marroqu¨ª y espa?ola.
El aplastamiento
Espa?a
Marruecos
Los migrantes
usan una radial
y fuerzan las
puertas
En esta zona
angosta es
donde parece
que se produjeron
las muertes por
aplastamiento y
asfixia
Valla
principal
25 m
No fue tan f¨¢cil abrir las puertas que dan acceso al lado espa?ol. Los migrantes utilizaron un mazo y una radial para vencerlas, pero la cantidad de personas aturdidas por los golpes y los gases que ven¨ªan desde atr¨¢s acabaron provocando una estampida.
¡°Hab¨ªa demasiado gas y no pod¨ªamos abrir la puerta [que da al control espa?ol]¡±, prosigue Bashir. ¡°Cuando abrieron, yo estaba justo detr¨¢s: hubo gente que se desmay¨® y, conforme ca¨ªan, los dem¨¢s no los ve¨ªan y les fueron pasando por encima¡±. El camino qued¨® totalmente bloqueado con personas, unas encima de otras.
Muchos de los que se precipitaron al interior del recinto quedaron atrapados entre los tornos del pasillo peatonal, como una trampa. Seg¨²n Bashir, ¡°si no hubiesen querido muertos, los marroqu¨ªes pod¨ªan haber abierto camino y hacer espacio para quienes regresasen [al no entrar en Melilla] o se rindiesen¡±.
Bashir se salv¨® del embudo mortal. El joven consigui¨® salir del pasillo y aferrarse a la valla que da a territorio espa?ol. Se columpi¨® sobre las barras de los peines invertidos y de ah¨ª salt¨® hacia la ¨²ltima barrera, ya en Melilla. Y ech¨® a correr. Otros perecieron en el intento.
Los fallecidos, seg¨²n fuentes oficiales marroqu¨ªes, murieron de dos formas distintas: bien aplastados por sus compa?eros durante la avalancha o bien a causa de la ca¨ªda desde lo alto de la alambrada. No han precisado m¨¢s, ni, en principio, hay autopsias. Los migrantes discrepan de la versi¨®n oficial y vinculan varias muertes a los golpes, el humo y las pedradas recibidas.
Abu Obaidah Youssef, un sudan¨¦s de 20 a?os que lleg¨® a entrar en el recinto y que ahora est¨¢ en Agadir, asegura que vio morir a varios compa?eros. ¡°Uno de mis amigos que muri¨® estaba a mi lado. Se llamaba Hanin y ten¨ªa 25 a?os. No dijo nada. Estaba sangrando por la cabeza hasta que muri¨®¡±. Yousef dice que no vio a nadie morir tras caerse de la alambrada. ¡°Mis amigos murieron a causa de los golpes y asfixiados¡±.
Yousef recibi¨® un golpe en la nariz y otro por encima de la nuca que le han dejado sendas heridas. Afirma que estuvo una hora tendido en el suelo, junto a decenas de compa?eros, sin recibir asistencia m¨¦dica. ¡°Mientras est¨¢bamos tendidos¡±, afirma, ¡°de vez en cuando nos golpeaban con las porras¡±. En v¨ªdeos como el anterior se ven guardias golpeando a los migrantes, incluso cuando la situaci¨®n parece ya m¨¢s tranquila.
Mientras tanto, muchos de los emigrantes que lograban entrar en territorio espa?ol eran devueltos en caliente desde Melilla. Es lo que las fuerzas espa?olas llaman ¡°rechazo en la frontera¡±. Esta vez, los guardias civiles contaron con la colaboraci¨®n de gendarmes marroqu¨ªes que golpearon con palos en la espalda a los migrantes para reconducirlos hacia Marruecos. La secuencia fue publicada por el diario P¨²blico y, aunque se ve claramente a los agentes de ambos pa¨ªses en suelo espa?ol, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo tach¨® de ¡°falsedades¡± cuando fue preguntado por el episodio en el Congreso.
La atenci¨®n de las v¨ªctimas
Espa?a
Marruecos
Tras el incidente
las autoridades
marroqu¨ªs amontonan
cuerpos en el exterior
del recinto
Valla
principal
25 m
Tras el incidente, los agentes arrastraron a las v¨ªctimas hacia el exterior y amontonaron decenas de cuerpos en el suelo, al pie de la valla. En las im¨¢genes no se distingue qui¨¦n est¨¢ vivo y qui¨¦n muerto. Youssef vio c¨®mo los marroqu¨ªes daban por muerto a su amigo Hanin, tras desangrarse: ¡°Le dieron con un palo y al ver que no se mov¨ªa le pusieron una chaqueta sobre la cabeza¡±.
Las primeras ambulancias llegaron alrededor de las 11 de la ma?ana, cuenta el joven, pero no hab¨ªa suficientes para todos los heridos. La Asociaci¨®n Marroqu¨ª por los Derechos Humanos (AMDH), que ha tenido un papel crucial en la denuncia y divulgaci¨®n de las im¨¢genes de la tragedia, asegura que la asistencia fue muy lenta: ¡°Transcurren casi nueve horas entre el primer y el ¨²ltimo transporte en ambulancia¡±, afirma Omar Naji, miembro de esta organizaci¨®n. ¡°Y durante esas nueve horas, no hubo servicio m¨¦dico de socorro sobre el terreno¡±.
En la siguiente imagen satelital se observa la escena. Es una captura de las 11.17 del viernes 24 de junio (hora de Marruecos), tomada por la empresa de sat¨¦lites de observaci¨®n Planet Labs PBC. Se puede ver a las personas amontonadas en el suelo, en la puerta del puesto fronterizo, junto a las dos ambulancias amarillas, y lo que parece una hilera de autobuses en la carretera. [Si usa un ordenador, la imagen puede ampliarse haciendo clic.]
Naji asegura que desde el lado espa?ol tambi¨¦n hab¨ªa ambulancias preparadas. ¡°Pero los equipos de socorro espa?oles no fueron movilizados¡±, sostiene.
Unos 60 migrantes fueron detenidos y el resto fueron metidos en al menos 15 autocares y abandonados en varias ciudades marroqu¨ªes, a cientos de kil¨®metros al sur de Nador. A las 21.00, a¨²n no hab¨ªan salido los ¨²ltimos autocares de Barrio Chino. Youssef explica: ¡°Nos iban soltando por las ciudades en peque?os grupos de cinco o 10 personas. Viajamos heridos en los autobuses. Y no nos dieron atenci¨®n m¨¦dica ni alimentos ni nada¡±.
Una semana despu¨¦s de la tragedia falta mucha informaci¨®n sobre lo que pas¨®. ?Murieron m¨¢s personas de las que reconoce Rabat?, ?hay v¨ªctimas mortales entre los agentes marroqu¨ªes, como sugiri¨® el propio Pedro S¨¢nchez a pesar de que Marruecos lo niega?, ?contribuy¨® la actuaci¨®n policial a la estampida mortal?, ?cu¨¢ntas muertes podr¨ªan haberse evitado con una atenci¨®n adecuada de los heridos? En Espa?a, la Fiscal¨ªa y el Defensor del Pueblo han abierto una investigaci¨®n, pero su alcance es limitado ante unos hechos que ocurrieron en territorio marroqu¨ª.
En Marruecos, el Consejo Nacional de los Derechos del Hombre ¨Cinstituci¨®n oficial que no destaca por sus cr¨ªticas a las fuerzas del orden¨C anunci¨® una ¡°misi¨®n de informaci¨®n¡± sobre el episodio. De momento, ni siquiera se conocen los nombres de los muertos, las circunstancias en las que murieron ni cu¨¢ndo ser¨¢n enterrados.