Ermua. 25 a?os despu¨¦s
El PP ha utilizado los actos del aniversario del asesinato de Miguel ?ngel Blanco como arma arrojadiza contra el Gobierno. La utilizaci¨®n del terrorismo aleja a Euskadi del resto de Espa?a
Veinticinco a?os despu¨¦s puede asegurarse que las grandes movilizaciones contra ETA, tras el secuestro y asesinato del concejal de Ermua, Miguel Angel Blanco, fueron uno de los hitos que propiciaron el final del terrorismo vasco al arrebatarle la ciudadan¨ªa la calle a su brazo pol¨ªtico. Empezaron en 1988 cuando los partidos democr¨¢ticos vascos suscribieron el Pacto de Ajuria Enea contra el terrorismo. Pero la eclosi¨®n de Ermua propici¨® una respuesta continuada a ETA, cuyo brazo pol¨ªtico sinti¨® su rechazo.
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Veinticinco a?os despu¨¦s puede asegurarse que las grandes movilizaciones contra ETA, tras el secuestro y asesinato del concejal de Ermua, Miguel Angel Blanco, fueron uno de los hitos que propiciaron el final del terrorismo vasco al arrebatarle la ciudadan¨ªa la calle a su brazo pol¨ªtico. Empezaron en 1988 cuando los partidos democr¨¢ticos vascos suscribieron el Pacto de Ajuria Enea contra el terrorismo. Pero la eclosi¨®n de Ermua propici¨® una respuesta continuada a ETA, cuyo brazo pol¨ªtico sinti¨® su rechazo.
La eclosi¨®n de Ermua fue posible por la respuesta unitaria de los gobiernos central, liderado por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, del PP, y vasco, de PNV-PSE, liderado por Ardanza. El Pacto de Ajuria Enea convoc¨® una manifestaci¨®n hist¨®rica en Bilbao acompa?ada de una movilizaci¨®n permanente en Ermua, liderada por su alcalde, el socialista Carlos Totorica. La unidad fue clave para que la movilizaci¨®n se extendiera y la indignaci¨®n venciese al miedo. El domingo, en la conmemoraci¨®n del 25 aniversario, los representantes institucionales ¡ªFelipe VI, el presidente Sanchez, el lehendakari Urkullu y el alcalde de Ermua, Juan Carlos Abascal¡ª recuperaron el esp¨ªritu de Ermua: que la unidad que sirvi¨® para movilizarse contra ETA se traslade a la justicia, la reparaci¨®n de las v¨ªctimas y su memoria.
Esta posici¨®n choc¨® con la del PP los d¨ªas previos. Sus representantes desfiguraron el esp¨ªritu unitario de Ermua. El expresidente Aznar, en una entrevista, el s¨¢bado, ignor¨® los papeles cruciales del ayuntamiento de Ermua y del Pacto de Ajuria Enea en la rebeli¨®n contra ETA y se la atribuy¨®. Asimismo, monopoliz¨® en el PP la acci¨®n terrorista de ETA, ignorando que el PSOE tuvo un n¨²mero similar de asesinados.
Como colof¨®n anunci¨®, como Vox, que no acudir¨ªa al acto institucional, presidido por Felipe VI, debido a la asistencia del presidente S¨¢nchez por ¡°pactar con los asesinos de Miguel Angel Blanco¡±, en referencia a Bildu, y del lehendakari Urkullu porque su partido negoci¨® ¡°con terroristas¡± el Pacto de Estella.
Curiosamente, Aznar, un a?o despu¨¦s del asesinato de Blanco, dialog¨® con una delegaci¨®n de Batasuna, encabezada por Otegi, y poco despu¨¦s, con otra de ETA. Encuadr¨® el di¨¢logo en el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea: reinserci¨®n de los presos de ETA si abandonaba las armas. Las hemerotecas recuerdan c¨®mo Aznar acerc¨® 120 presos a c¨¢rceles vascas y prometi¨® flexibilizar la pol¨ªtica penitenciaria. Le apoy¨® el secretario general del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia, y posteriormente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero cuando, en 2000, ETA regres¨® al terrorismo. Pact¨® con Aznar la Ley Antiterrorista e ilegalizar Batasuna.
Sin embargo, cuando Zapatero gobern¨® y reabri¨® el di¨¢logo con ETA, tras otra tregua, cinco a?os despu¨¦s, sin las concesiones penitenciarias de Aznar, el presidente del PP, Mariano Rajoy, le organiz¨® una campa?a de movilizaciones callejeras; desmesuradas descalificaciones -traici¨®n a los muertos y a las v¨ªctimas- y falsedades, como la entrega de Navarra o la cesi¨®n del derecho de autodeterminaci¨®n a ETA. La unidad s¨®lo era posible cuando el PP gobernaba. Cuando pasaba a la oposici¨®n utilizaba el terrorismo para desestabilizar al Gobierno socialista.
Tras fracasar el di¨¢logo de Zapatero con ETA, el Gobierno socialista emplaz¨® a Batasuna a elegir entre acabar con el terrorismo o permanecer ilegalizada. La contundente actuaci¨®n policial, unida al miedo de Batasuna a desaparecer, hizo que ETA, muy debilitada, proclamase el cese del terrorismo el 20 de octubre de 2011 al final del Gobierno de Zapatero.
Fue un final limpio. ETA ces¨® sin conseguir ning¨²n objetivo pol¨ªtico. Tampoco la excarcelaci¨®n de sus presos. Batasuna consigui¨® su legalizaci¨®n al condenar la violencia en sus nuevos estatutos. Rajoy, a punto de gobernar, reconoci¨® la derrota de ETA y la legalizaci¨®n de Bildu.
Sin embargo, el PP, nuevamente en la oposici¨®n, con Pablo Casado, reaviv¨® la tesis de la derecha radical: ETA ha ganado con Bildu en el Parlamento. Aznar fue m¨¢s lejos al se?alar que las ideas de ETA est¨¢n m¨¢s vivas que nunca. Tesis inspirada en la confusi¨®n premeditada y publicitada por ultras que identifican nacionalistas con terroristas y choca frontalmente con los pactos de Ajuria Enea y Antiterrorista, firmados por el PP, cuyo objetivo era que ETA desapareciera y el abertzalismo defendiera sus ideas en el Parlamento.
Nu?ez Feijoo sigue, hasta ahora, el rumbo de Casado. El 27 de junio, el PP espoleado por Vox, boicote¨® el homenaje anual del Congreso a las v¨ªctimas del terrorismo por la presencia de Bildu, pese a la intervenci¨®n del presidente de la Fundaci¨®n de V¨ªctimas, acompa?ado de las asociaciones auton¨®micas.
El s¨¢bado, en un acto partidista en Ermua, Aznar acus¨® a S¨¢nchez de ¡°destruir los valores democr¨¢ticos¡± por ¡°pactar con los asesinos de Miguel Angel Blanco¡±. No sorprende tama?a desmesura en el urdidor de una de las mayores falsedades de nuestra reciente historia: la atribuci¨®n a ETA, por electoralismo, de la masacre yihadista de 2004.
Nu?ez Feijoo, siguiendo a Aznar, expres¨® su ¡°repugnancia¡± porque ¡°S¨¢nchez pacte con los herederos de ETA¡±, en referencia a los acuerdos del Gobierno con Bildu sobre la Ley de Memoria. Ni era el lugar ni el momento, un homenaje a v¨ªctimas del terrorismo, para confrontar electoralmente con S¨¢nchez como denunci¨® Totorica, el alcalde que lider¨® la rebeli¨®n de Ermua.
Las falsedades, el lenguaje desmesurado y el ruido medi¨¢tico para desgastar al Gobierno suscitando emociones impiden un debate racional sobre una ley pensada para saldar deudas con las v¨ªctimas del franquismo y no para revisar la Transici¨®n o beneficiar a ETA. Terminales medi¨¢ticas del PP acusaron a Zapatero, cuando dialog¨® con ETA, de cederle Navarra y la autodeterminaci¨®n. Los hechos mostraron su falsedad. El PP nunca reconoci¨® su penosa sobreactuaci¨®n.
El PP ha utilizado los aniversarios de Ermua como arma arrojadiza contra sus oponentes m¨¢s inc¨®modos. Hoy, los pactos con Bildu. En el veinte aniversario acus¨®, con mucho ruido, a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, de oponerse a homenajear a Blanco cuando, para evitar discriminaciones, no coloc¨® su imagen en la fachada del ayuntamiento.
Bildu, como Aznar y Vox, no acudieron a Ermua el domingo. Bildu ha sobreactuado exhibiendo su participaci¨®n en la ley y el Gobierno no est¨¢ gestion¨¢ndola bien. Sortu, una de las ramas de Bildu, tiene pendiente con las v¨ªctimas del terrorismo una deuda ¨¦tica por su pasada complicidad con ETA. Su falta de autocr¨ªtica irrita a la sociedad, estimula los radicalismos y bloquea la convivencia.
La utilizaci¨®n del terrorismo por la direcci¨®n nacional del PP ha encontrado resistencias en la vasca por aislarle socialmente. En diez a?os cuatro dirigentes populares vascos, que vivieron los a?os de plomo, han dimitido o cesado: Basagoiti, Quiroga, Alonso y Semper. Su actual dirigente, Iturgaiz, vinculado al ultra Mayor Oreja, ha obtenido los peores resultados de su historia. A la direcci¨®n nacional el costo pol¨ªtico que paga en Euskadi por su estrategia le compensa electoralmente en el resto de Espa?a.
La utilizaci¨®n del terrorismo, iniciada por Aznar, vulnera los pactos antiterroristas, crispa la sociedad, aleja a Euskadi del resto de Espa?a, da?a la convivencia, divide a las v¨ªctimas e impide celebrar la victoria democr¨¢tica sobre ETA. Nu?ez Feijoo deber¨ªa plantearse, como cuesti¨®n de Estado, terminar con esta nefasta estrategia. En Ermua, el jefe del Estado y los representantes institucionales se?alaron que la asignatura pendiente, pensando en futuras generaciones, es una memoria cr¨ªtica y unitaria contra ETA. El esp¨ªritu de Ermua, hoy.