L¨®pez Obrador, la DEA y Bartlett
El debate tendr¨ªa que ser sobre el intento del presidente y Bartlett de cambiar la pol¨ªtica energ¨¦tica, no las leyendas negras que han tratado de colgarle por motivos aviesos
No s¨¦ si autocontenci¨®n sea la mejor palabra para describir la prudencia con la que Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha asumido las complejas relaciones de M¨¦xico con Estados Unidos. El presidente se ha cuidado de no apelar al recurso f¨¢cil de encender el nacionalismo apelando al desafecto que genera el poderoso vecino. Por el contrario, en materia de relaciones comerciales, inversi¨®n extranjera, migraci¨®n, frontera o maquila, el mandatario muestra una actitud pr¨¢ctica, desprovista de la carga ideol¨®gica que pone en juego en otros frentes. ...
No s¨¦ si autocontenci¨®n sea la mejor palabra para describir la prudencia con la que Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha asumido las complejas relaciones de M¨¦xico con Estados Unidos. El presidente se ha cuidado de no apelar al recurso f¨¢cil de encender el nacionalismo apelando al desafecto que genera el poderoso vecino. Por el contrario, en materia de relaciones comerciales, inversi¨®n extranjera, migraci¨®n, frontera o maquila, el mandatario muestra una actitud pr¨¢ctica, desprovista de la carga ideol¨®gica que pone en juego en otros frentes. La excepci¨®n a este esp¨ªritu conciliador es la DEA, frente a la cual no esconde su repulsa.
El recelo de L¨®pez Obrador podr¨ªa estar m¨¢s que justificado a la luz de la informaci¨®n que arroja el libro, Cien a?os de esp¨ªas y drogas: la historia de los agentes antinarc¨®ticos de Estados Unidos en M¨¦xico (Debate, 2022), de Carlos A. P¨¦rez Ricart. Sin manique¨ªsmos ni satanizaciones, este joven profesor del CIDE con doctorado en la Universidad Libre de Berl¨ªn y ex docente de Oxford, analiza y documenta las experiencias de los agentes de la DEA, a ratos esforzadas y valiosas, a ratos francamente violatoria de las leyes, al incurrir en secuestros, acusaciones fabricadas e, incluso, ejecuciones sumarias.
Imposible saber cu¨¢nta de esta informaci¨®n estaba en posesi¨®n de L¨®pez Obrador, pero no habr¨ªa duda de que el presidente habr¨ªa conocido de cerca el infamante comportamiento de la DEA en el caso de Manuel Bartlett y Enrique Camarena, al que el libro dedica un detallado relato.
Por razones que tendr¨ªan que ver m¨¢s con la pol¨ªtica que con la investigaci¨®n policiaca, la DEA estaba interesada en demostrar que la incapacidad para reducir el poder de los c¨¢rteles mexicanos no proced¨ªa de alguna supuesta ineficiencia, sino del involucramiento de las m¨¢s altas esferas de nuestro Gobierno en la protecci¨®n de los narcos. La indignaci¨®n que produjo en la opini¨®n p¨²blica estadounidense la tortura y ejecuci¨®n de su agente Enrique Camarena, en 1985, ofreci¨® una oportunidad inmejorable para demostrar su tesis. P¨¦rez Ricard documenta paso a paso la manera en que un superior de la DEA mont¨® la Operaci¨®n Leyenda. ¡°Berrellez y su equipo hicieron surgir a varios testigos que declarar¨ªan exactamente lo que el agente, la DEA y parte del Gobierno de Estados Unidos quer¨ªan escuchar: detr¨¢s del asesinato de Camarena estaba la plana mayor del Gobierno de M¨¦xico.¡±
Operaci¨®n Leyenda se hab¨ªa convertido en una investigaci¨®n contra M¨¦xico: ¡°mientras m¨¢s fuertes fueran los se?alamientos, mejor. Mientras m¨¢s arriba apuntaran los testigos protegidos, mejor. La verdad era lo de menos¡±. M¨¢s de cien personas, la mayor¨ªa ex polic¨ªas corruptos y narcos, testificaron bajo el aliciente de obtener tratos preferenciales y recompensas econ¨®micas a cambio de algo que pudiera incriminar a altos funcionarios. La operaci¨®n ¡°reclut¨® y produjo a los principales testigos que inculparon a personajes como el exprocurador Enrique ?lvarez del Castillo, el general Juan Ar¨¦valo Gardoqui, el secretario de Gobernaci¨®n Manuel Bartlett y otros¡±.
Uno de los tres testigos claves, H¨¦ctor Cervantes, afirm¨® que en el d¨ªa en que Camarena fue torturado estuvieron presentes en la casa donde ten¨ªan al agente, al menos los siguientes personajes: Javier Garc¨ªa Paniagua, Manuel Ibarra, Miguel Aldana Su¨¢rez, Manuel Bartlett y Rub¨¦n Zuno Arce.
Manuel Bartlett, entonces secretario de Gobernaci¨®n, demostr¨® que en las 36 horas en las que Camarena estuvo secuestrado y torturado, antes de ser asesinado, sostuvo actividades p¨²blicas documentadas que le habr¨ªan imposibilitado estar en Guadalajara. Este personaje, Cervantes, a?os m¨¢s tarde se retractar¨ªa ante notario aduciendo haber sido presionado para inventar su declaraci¨®n y se quej¨® de no haber recibido la totalidad del dinero prometido.
En un art¨ªculo publicado por P¨¦rez Ricart esta semana en Sinembargo.mx, el autor concluye: ¡°Una vez descartadas las declaraciones de los testigos protegidos y desenmascarados los incentivos perversos que los guiaban, la evidencia contra Bartlett se desvanece. No hay ninguna otra pista veros¨ªmil que lo vincule con el secuestro de Camarena. Seguir con ese debate no solo es absurdo e irresponsable, tambi¨¦n es hacerle el caldo gordo a la narrativa de la DEA y a su uso hist¨®rico del chantaje como pr¨¢ctica pol¨ªtica¡±.
En esta atinada conclusi¨®n de P¨¦rez Ricart hay algo que se escapa. La leyenda negra en contra de Bartlett no solo le hace el caldo gordo a la DEA, tambi¨¦n a los muchos intereses econ¨®micos afectados por la pol¨ªtica energ¨¦tica de la 4T. Cabr¨ªa preguntarse las razones de AMLO para optar por un personaje de imagen tan pol¨¦mica, para conducir a una dependencia que habr¨ªa de convertirse en campo de batalla de la opini¨®n p¨²blica. Y, en efecto, los cr¨ªticos no han ahorrado ep¨ªtetos y esc¨¢ndalos en torno al titular de la CFE, incluso de naturaleza familiar, con la intenci¨®n de deslegitimar las pol¨ªticas asumidas por el Gobierno en materia de electricidad. Supongo que el presidente prefiri¨® correr ese riesgo, a cambio de tener un hombre al que sab¨ªa irreductible frente a las presiones de los poderosos intereses econ¨®micos, alguien adem¨¢s con absoluta convicci¨®n en lo que hac¨ªa. Recordemos que como legislador Bartlett se especializ¨® en temas energ¨¦ticos y encabez¨® la oposici¨®n en contra de las reformas de Enrique Pe?a Nieto en la materia. Muy probablemente fue Bartlett quien relat¨® en detalle al candidato respecto los negocios y tropel¨ªas que se estaban realizando a la sombra de tales reformas.
Manuel Bartlett es un personaje sui g¨¦neris. Puede acus¨¢rsele de ser adicto al poder, pero no a la riqueza. Contra lo que se ha inventado, no es un hombre de gran fortuna considerando los puestos que ha desempe?ado. Las propiedades que se le atribuyen pertenecen en su gran mayor¨ªa a su pareja sentimental, una exitosa mujer de negocios de Puebla, al margen de las actividades del funcionario. Es decir, la del dinero es ella. Y lo mismo podr¨ªa decirse del negocio al que se ha dedicado desde hace varios lustros el hijo de Bartlett, abastecimiento de equipos m¨¦dicos, la mayor parte orientados al sector privado y sin relaci¨®n con las ocupaciones del padre.
P¨¦rez Ricart terminaba su art¨ªculo de manera categ¨®rica: ¡°Yo no s¨¦ si Bartlett es culpable o inocente de otras cosas; esa es harina de otro costal. En el caso Camarena y Bartlett no hay evidencia; hay puros chismes¡¡± Coincidir¨ªa y adem¨¢s a?adir¨ªa que lo mismo es v¨¢lido en el caso de los supuestos enriquecimientos del funcionario a los que se ha recurrido para debilitarlo. Lo que s¨ª hay es un tozudo intento de cambiar la pol¨ªtica energ¨¦tica vigente, tarea en la que est¨¢n empe?ados ¨¦l y el presidente. Este tendr¨ªa que ser el verdadero campo de debate, no las leyendas negras que han tratado de colgarle por motivos aviesos.
@Jorgezepedap