Una oportunidad perdida
El debate sobre las medidas de ahorro energ¨¦tico revela de nuevo la insatisfactoria gesti¨®n de la gobernanza multinivel
La reuni¨®n de la vicepresidenta tercera y la ministra de Industria con los consejeros de las comunidades aut¨®nomas a cuenta del plan de ahorro energ¨¦tico, en vigor desde este mi¨¦rcoles, ha dado una muestra m¨¢s del deficiente funcionamiento de la gobernaci¨®n cuando opera a trav¨¦s de organismos compartidos y en varios niveles de la Administraci¨®n. Esa cogobernanza se ensay¨® ...
La reuni¨®n de la vicepresidenta tercera y la ministra de Industria con los consejeros de las comunidades aut¨®nomas a cuenta del plan de ahorro energ¨¦tico, en vigor desde este mi¨¦rcoles, ha dado una muestra m¨¢s del deficiente funcionamiento de la gobernaci¨®n cuando opera a trav¨¦s de organismos compartidos y en varios niveles de la Administraci¨®n. Esa cogobernanza se ensay¨® fugazmente durante la pandemia y tampoco era nueva del todo. Fue el presidente Rodr¨ªguez Zapatero quien durante su mandato abri¨® la puerta a coordinar las competencias auton¨®micas y los acuerdos europeos con la participaci¨®n de las comunidades en los consejos de la Uni¨®n Europea. En este caso, el cumplimiento de un compromiso internacional de Espa?a con las medidas de ahorro energ¨¦tico de la UE involucra a las comunidades aut¨®nomas porque de ellas dependen las competencias para hacer posible la aplicaci¨®n de las medidas.
Pero tampoco esta vez ha funcionado con la fluidez y la mutua confianza exigible entre gobiernos. Ha prevalecido la alineaci¨®n partidista y el cierre de filas por encima de los intereses de la poblaci¨®n representada territorialmente por los l¨ªderes de las comunidades aut¨®nomas. Tampoco el Gobierno ha acertado en el procedimiento que gest¨® las medidas de ahorro, y en lugar de facilitar el intercambio de papeles y criterios opt¨® por ofrecer una propuesta sin discusi¨®n previa. A pesar de la urgencia que invoca el Ejecutivo, pod¨ªa haber sido m¨¢s inclusivo y deb¨ªa haber buscado la cooperaci¨®n de la oposici¨®n y de las mismas comunidades en la medida que las necesitaba para que su aplicaci¨®n funcionase de forma eficaz y sin generar una cacofon¨ªa medi¨¢tica y pol¨ªtica que perjudica el objetivo final del decreto mismo. La coordinaci¨®n y el acuerdo necesarios ¡ªuna eficiente cogobernanza¡ª devienen casi imposibles cuando el Gobierno prescinde de la oposici¨®n y las comunidades y cuando algunas comunidades convierten el debate sobre el decreto en combustible para la erosi¨®n pol¨ªtica del Gobierno.
Tampoco parece lo m¨¢s recomendable, ni destaca por su sentido de Estado, que el Partido Popular utilice las competencias territoriales para amplificar el descontento ciudadano ante un plan con el que su l¨ªder nacional, y presidente del partido, hace 15 d¨ªas estaba b¨¢sicamente de acuerdo. El riesgo real de desabastecimiento en el invierno europeo es lo suficientemente grave como para evitar veleidades partidistas. La exhibici¨®n de esas divergencias da?a el cr¨¦dito de las administraciones p¨²blicas, deval¨²a su funci¨®n pol¨ªtica y emite un mensaje a la ciudadan¨ªa que no casa con la urgencia del ahorro energ¨¦tico. El problema es posiblemente estructural pero aflora de forma demasiado disruptiva en cada nueva situaci¨®n de emergencia, como la actual crisis de precios de la energ¨ªa generada por la invasi¨®n de Putin de Ucrania.
Salvadas las dificultades de concreci¨®n que implica una regulaci¨®n tan espec¨ªfica para cientos de miles de comercios por todo el territorio nacional, el decreto que entra este mi¨¦rcoles en vigor permitir¨¢ ahorrar una energ¨ªa que Espa?a tiene que pagar muy cara en los mercados internacionales, contribuir¨¢ a la autonom¨ªa estrat¨¦gica europea frente a Putin y allanar¨¢ el camino para el cumplimiento de los objetivos clim¨¢ticos. Todos ellos son efectos ventajosos, pero el retorcido recorrido que ha seguido el decreto no puede dejar satisfechos ni al Gobierno, ni a la oposici¨®n ni a las comunidades aut¨®nomas.