Todo seg¨²n lo previsto
La fuerza militar es la ¨²nica carta que le queda a Putin para mantener la ficci¨®n de que Rusia es todav¨ªa una superpotencia
Imperturbable Vlad¨ªmir Putin. De derrota en derrota, nada le desv¨ªa de su prop¨®sito. No pudo derrocar a Zelenski en su guerra rel¨¢mpago. Tampoco recuperar entero el Donb¨¢s. Lleva ya medio a?o atascado, pronto en el barro y la nieve, pero nada parece afectarle. Si se hace dif¨ªcil pensar que Ucrania recupere el territorio perdido desde 2014, m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa se antoja la conquista y ane...
Imperturbable Vlad¨ªmir Putin. De derrota en derrota, nada le desv¨ªa de su prop¨®sito. No pudo derrocar a Zelenski en su guerra rel¨¢mpago. Tampoco recuperar entero el Donb¨¢s. Lleva ya medio a?o atascado, pronto en el barro y la nieve, pero nada parece afectarle. Si se hace dif¨ªcil pensar que Ucrania recupere el territorio perdido desde 2014, m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa se antoja la conquista y anexi¨®n de Ucrania por Rusia como era su prop¨®sito.
No, Putin no podr¨¢ doblegar la voluntad de Ucrania, pero tampoco Ucrania conseguir¨¢ que Putin d¨¦ su brazo a torcer. Est¨¢ excluida su derrota total, tal como la sufrieron la Alemania de Hitler y el Jap¨®n imperial. Rusia no re¨²ne ni de lejos las condiciones para tal rev¨¦s, una ocupaci¨®n y un cambio de r¨¦gimen como el que impusieron los aliados a alemanes y japoneses. Solo su ca¨ªda podr¨ªa dar la victoria a Ucrania. Como con el zar en 1917 o el k¨¢iser en 1918, derrota y cambio de r¨¦gimen forman buena pareja.
Porque Putin lo sabe, su guerra est¨¢ mutando. De guerra convencional en solitario contra Ucrania, a guerra globalizada contra Washington. Puede que en la guerra peque?a se haya llegado al punto cr¨ªtico, cuando el ataque pierde impulso, tal como indican numerosas se?ales, como son los contraataques ucranios en Crimea e incluso en territorio ruso. Pero en la guerra grande el momento lo marcar¨¢n la energ¨ªa, los alimentos, la inflaci¨®n y, al final, el apoyo de los ciudadanos con sus votos a los gobiernos ahora aliados de Kiev.
El invierno ser¨¢ la estaci¨®n propicia. Si Putin encuentra resistencias internas. Si la ayuda militar reforzada a Ucrania le permite recuperar algo del territorio perdido. Si Italia no cambia de bando. Si el republicanismo trumpista no gana las elecciones de mitad de mandato. Si Xi Jinping tropieza en su ascenso hacia la presidencia vitalicia. Quiz¨¢s entonces se abra una ventana para la negociaci¨®n y la paz. Todo seg¨²n lo previsto por el estratega del Kremlin, que persistir¨¢ en el solitario objetivo de su presidencia sinf¨ªn: hacer valer lo ¨²nico que tiene para seguir jugando en el tablero mundial como si Rusia fuera todav¨ªa la superpotencia que ya no es. Y esto es el uso brutal de la fuerza militar bajo una voluntad pol¨ªtica dispuesta a sacrificarlo todo, excepto el poder personal.
Pocos son capaces de jugar a esta sola carta. China, que tambi¨¦n la tiene y est¨¢ dispuesta a jugarla en Taiw¨¢n, tiene otras mejores que no quiere perder en un mal envite iniciado por su vecino y sin embargo amigo. Ir¨¢n la tiene y ya la ha jugado en clave menor, como corresponde a su tama?o. Para que Ucrania venza primero en las trincheras, Washington y Bruselas deben vencer tambi¨¦n en los campos de la energ¨ªa, la econom¨ªa, la democracia y la diplomacia internacional, es decir, en las alianzas. Contando con que Putin seguir¨¢ diciendo que todo transcurre seg¨²n lo previsto, en pos de su orden mundial organizado bajo la ley de la fuerza.