Trump en la cuerda floja
El registro en Mar-a-Lago abre un largo proceso judicial que dif¨ªcilmente acabar¨¢ en sentencia antes de las presidenciales de 2024. Otra cuesti¨®n distinta es si es el mejor candidato republicano posible
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha hecho p¨²blica una versi¨®n editada (con aprobaci¨®n judicial) de la solicitud de entrada y registro en la residencia oficial del expresidente Donald Trump en Mar-a-Lago que formul¨® el pasado 5 de agosto ante el tribunal federal del Distrito Sur de Florida.
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El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha hecho p¨²blica una versi¨®n editada (con aprobaci¨®n judicial) de la solicitud de entrada y registro en la residencia oficial del expresidente Donald Trump en Mar-a-Lago que formul¨® el pasado 5 de agosto ante el tribunal federal del Distrito Sur de Florida.
El documento, como era de esperar tras la decisi¨®n del juez Reinhart de aceptar que fuera editado, es mucho m¨¢s revelador por lo que oculta que por lo que muestra. Las tachaduras abarcan aproximadamente un 60% del contenido de la solicitud, incluyendo la informaci¨®n m¨¢s relevante, pero entre lo que podemos leer y lo que podemos deducir de lo que el magistrado ha decidido mantener oculto, se empieza a vislumbrar por qu¨¦ se produjo dicha actuaci¨®n, ¨²nica en la historia de Estados Unidos, y hasta qu¨¦ punto el expresidente Trump puede estar preocupado por su horizonte penal.
En cuanto a los aspectos visibles, lo m¨¢s chocante, sin duda, es la actitud entre desde?osa y arrogante con la que el exmandatario y sus subordinados han tratado informaci¨®n clasificada y secreta, relevante para la defensa y la seguridad nacional. En la solicitud queda indiciariamente acreditado no s¨®lo que Trump, al abandonar la Casa Blanca el 20 de enero de 2021, se llev¨® (por no usar palabras peores) documentos que jam¨¢s deber¨ªan haber abandonado el edificio. Tambi¨¦n se demuestra que, una vez en Mar-a-Lago, la documentaci¨®n fue ¡°archivada¡± (y uso las comillas de manera intencionada) de manera desordenada y descuidada, con poca o ning¨²n tipo de protecci¨®n o garant¨ªa de que pudiera ser sustra¨ªda o copiada por agentes de gobiernos extranjeros.
Para explicarlo en lenguaje llano: seg¨²n la solicitud, durante m¨¢s de un a?o, el expresidente Trump mantuvo, sin cobertura legal alguna, en distintos lugares de un complejo hotelero sin autorizaci¨®n oficial para custodiar informaci¨®n clasificada ¡ªy carente de las m¨ªnimas medidas de protecci¨®n o seguridad que exige ese tipo de informaci¨®n¡ª, numerosos documentos que revelaban no s¨®lo los nombres de distintos informantes extranjeros que trabajan o colaboran con Estados Unidos, sino tambi¨¦n las sedes o canciller¨ªas extranjeras cuyos mecanismos de comunicaci¨®n est¨¢n intervenidos por Estados Unidos.
Pero la investigaci¨®n del FBI revel¨® ¡ªy aqu¨ª es donde entramos en la parte tachada del documento¡ª que exist¨ªan causas para creer que documentos adicionales que conten¨ªan informaci¨®n relativa a la Defensa Nacional (NDI) continuaban en Mar-a-Lago ¡ªy esto se vio refrendado cuando se hizo p¨²blico el listado de documentos aprehendido durante la entrada y registro¡ª. Sabemos tambi¨¦n que el FBI consideraba que se encontrar¨ªan all¨ª evidencias de obstrucci¨®n a la justicia ¡ªaunque los motivos por los que el FBI hab¨ªa alcanzado esa conclusi¨®n permanecen ocultos¡ª.
En resumen, parece claro que, de los tres delitos que investiga el FBI, se podr¨ªa haber producido con bastante claridad un delito de ¡°ocultaci¨®n, remoci¨®n o mutilaci¨®n dolosa¡± de documentos p¨²blicos (castigado con hasta tres a?os de c¨¢rcel), posiblemente uno de ¡°retenci¨®n dolosa o negativa a entregar documentaci¨®n a funcionarios p¨²blicos¡± (castigado con hasta 10 a?os de c¨¢rcel) y, potencialmente un delito de destrucci¨®n, falsificaci¨®n o alteraci¨®n de documentos con el fin de obstruir una investigaci¨®n federal (este es el m¨¢s grave, castigado con hasta 20 a?os de c¨¢rcel).
?Qu¨¦ significa todo esto para las aspiraciones presidenciales de Trump? Ahora se inicia, en realidad, un largo proceso judicial que dif¨ªcilmente acabar¨¢ en sentencia ¡ªdesde luego, no en sentencia firme¡ª antes de que se celebren las elecciones presidenciales en 2024. Los tiempos judiciales son los que son, y los escarceos de Trump con la justicia en a?os pasados nos indican que la estrategia del exmandatario siempre va dirigida a agotar todas las instancias judiciales. Es muy dif¨ªcil que la justicia le inhabilite para las pr¨®ximas presidenciales.
La reacci¨®n de Trump ante la publicaci¨®n de la solicitud de entrada y registro fue caracter¨ªstica: apelar al victimismo y a una supuesta persecuci¨®n de los poderes del Estado contra su persona, apelaci¨®n que le va a ser muy ¨²til al menos en las primarias del Partido Republicano, que como organizaci¨®n pol¨ªtica lleva much¨ªsimos a?os instalada en esa din¨¢mica ¡ªlas primeras encuestas que se han publicado tras la entrada y registro muestran que hoy Trump es todav¨ªa m¨¢s favorito para ganar esas primarias de lo que lo era antes de la misma¡ª.
Cuesti¨®n distinta es si eso le convierte en el mejor candidato republicano posible en unas elecciones generales: eso es mucho m¨¢s discutible. La primera encuesta publicada tras la entrada y registro muestra que una amplia mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa (un 57%) considera que la investigaci¨®n contra el expresidente estadounidense debe continuar. Los avatares de un proceso judicial durante los pr¨®ximos dos a?os pesar¨¢n inevitablemente como un albatros sobre una candidatura trumpiana a la Casa Blanca y ¡ªsiempre en privado¡ª numerosos dirigentes del partido conservador preferir¨ªan un candidato sin tanto bagaje judicial. Pero Trump controla claramente al Partido Republicano en estos momentos, y todo indica que se presentar¨¢, aunque ello vaya en detrimento del mismo.