Aragon¨¨s y la ANC: Divorcio a la catalana
La pureza independentista que expide carnets de traidor encuentra mejor acomodo en c¨ªrculos de la extrema derecha identitaria que en la transversalidad que un d¨ªa dijo representar
Solo con unas gafas graduadas a la manera de 2017 puede sorprender que el presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, no acuda a la manifestaci¨®n de la Diada de este a?o. Lejos quedan aquellas ¡°revoluciones de las sonrisas¡± o las ¡°exhibiciones de transversalidad¡± con las que el independentismo se regalaba los o¨ªdos para presentarse ante el mundo como un movimiento simp¨¢tico y victimizado a la vez y que contaba con la complicidad de los partidos e...
Solo con unas gafas graduadas a la manera de 2017 puede sorprender que el presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, no acuda a la manifestaci¨®n de la Diada de este a?o. Lejos quedan aquellas ¡°revoluciones de las sonrisas¡± o las ¡°exhibiciones de transversalidad¡± con las que el independentismo se regalaba los o¨ªdos para presentarse ante el mundo como un movimiento simp¨¢tico y victimizado a la vez y que contaba con la complicidad de los partidos en el poder y la mirada acr¨ªtica de los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos y concertados catalanes.
Todo ha cambiado desde entonces. El color negro lo inunda todo en la convocatoria de la manifestaci¨®n de este a?o, una marcha que, no est¨¢ de m¨¢s recordar, es solo una parte de los fastos de la Diada, la de aquellos que reivindican la independencia ignorando la pluralidad que existe en Catalu?a y que, por ejemplo, hizo que en 2017 ganase las elecciones auton¨®micas un partido llamado Ciudadanos y en 2021 lo hicieran los socialistas. Efectivamente, un 52% de votantes optaron por partidos independentistas el a?o pasado, pero desde entonces se ha manifestado igualmente certero que una mayor¨ªa electoral no siempre se traduce en una mayor¨ªa de gobierno. Y esto es lo que est¨¢ pasando en Catalu?a. Una parte del independentismo, anclada todav¨ªa en oto?o de 2017, se niega a ver que la mayor parte de la sociedad est¨¢ hoy en otras cosas y que los pol¨ªticos que gobiernan la Generalitat ¡ªtodos ellos independentistas¡ª priorizan hacer frente a las necesidades del d¨ªa a d¨ªa, que no son pocas, a seguir abonando falsas expectativas de una independencia m¨¢gica, expr¨¦s e indolora.
La Assemblea Nacional Catalana, que creci¨® a rebufo de los partidos de los que ahora se desmarca por impuros, se ha convertido en un lobby expendedor de carn¨¦s de ¡°traidor¡±, quejumbroso e incapaz de marcar la agenda pol¨ªtica. Y como tal se expresa cuando llama a ¡°dejar los partidos atr¨¢s¡± o incluso coquetea con la idea de fundar ellos mismos el en¨¦simo partido independentista con los escasos patriotas de pura cepa que a sus ojos quedan en el panorama pol¨ªtico catal¨¢n. Muy pocos, m¨¢s all¨¢ de pol¨ªticos amortizados a ojos de la gran mayor¨ªa, como son Laura Borr¨¤s, Quim Torra o algunos de sus ac¨®litos.
Aragon¨¨s ya se ha convertido para ellos en un traidor de primera l¨ªnea, como tambi¨¦n lo son Junqueras y aquellos pol¨ªticos de Junts o de la CUP que se atreven a cuestionar que quiz¨¢ no sea el momento de volver a volcar todas las energ¨ªas en una independencia que fue imposible en 2017 y que ahora no goza de mayores garant¨ªas de ¨¦xito. El problema de la ANC, m¨¢s que su p¨¦rdida de influencia, es que con sus mensajes se est¨¢ deslizando hacia posiciones antiestablishment, antipol¨ªticas en su ansiosa b¨²squeda de la pureza independentista. Unas ideas tan puras que encuentran mejor acomodo en c¨ªrculos de la extrema derecha identitaria que en la transversalidad que un d¨ªa dijeron representar.