Prisioneros vocacionales
Pek¨ªn est¨¢ convirtiendo en minoritarios a los uigures. Esta, y no la llegada de inmigrantes a Europa y EE UU que denuncian las extremas derechas, s¨ª es una gran sustituci¨®n de la poblaci¨®n aut¨®ctona, organizada desde un Gobierno
Ya no existen los centros de entrenamiento y educaci¨®n vocacional que China hab¨ªa construido en Xinjiang. Seg¨²n el Gobierno, se trataba de unas instituciones ya clausuradas de participaci¨®n voluntaria para alejar a la poblaci¨®n musulmana de la tentaci¨®n terrorista. Y probablemente sea cierto que ya no son operativos, por la sencilla raz¨®n de que el Gobierno ha dado por terminada con ¨¦xito la operaci¨®n de reeducaci¨®n para la asimi...
Ya no existen los centros de entrenamiento y educaci¨®n vocacional que China hab¨ªa construido en Xinjiang. Seg¨²n el Gobierno, se trataba de unas instituciones ya clausuradas de participaci¨®n voluntaria para alejar a la poblaci¨®n musulmana de la tentaci¨®n terrorista. Y probablemente sea cierto que ya no son operativos, por la sencilla raz¨®n de que el Gobierno ha dado por terminada con ¨¦xito la operaci¨®n de reeducaci¨®n para la asimilaci¨®n de las poblaciones t¨²rquicas a la cultura, la lengua y las pr¨¢cticas religiosas mayoritarias de la etnia han dominante. La visita del presidente chino Xi Jinping, acogido triunfalmente en la regi¨®n el pasado julio, da a entender el final de una sofisticada y sigilosa operaci¨®n de ingenier¨ªa social e ideol¨®gica que no tiene antecedentes.
En Xinjiang hubo en la primera d¨¦cada del siglo brotes de terrorismo y disturbios nacionalistas. La respuesta del r¨¦gimen fue de una brutalidad desconocida. Adem¨¢s de someter a la reeducaci¨®n forzosa a la poblaci¨®n de religi¨®n isl¨¢mica, el r¨¦gimen est¨¢ convirtiendo en minoritarios a los uigures, ampliamente mayoritarios hasta hace pocos a?os. Esta, y no la llegada de inmigrantes a Europa y Estados Unidos que denuncian las extremas derechas, s¨ª es una gran sustituci¨®n de la poblaci¨®n aut¨®ctona, organizada desde un Gobierno.
Tambi¨¦n es el tema m¨¢s dif¨ªcil que ha pasado por manos de Michelle Bachelet como Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, cargo que abandon¨® el pasado 31 de agosto, no sin antes publicar su demoledor informe, en el que no se atreve a acusar al r¨¦gimen chino de genocidio, tal como han hecho los Parlamentos canadiense y brit¨¢nico y el Departamento de Estado estadounidense, pero s¨ª de cr¨ªmenes contra la humanidad. No hay enormes novedades en su investigaci¨®n, en comparaci¨®n con el torrente de estudios, filtraciones de documentos oficiales del Partido Comunista y de la polic¨ªa e investigaciones period¨ªsticas, pero la reacci¨®n de Pek¨ªn ha sido extremadamente virulenta, en consonancia con la hipersensibilidad de su agresiva diplomacia, bautizada como de los lobos guerreros.
Pek¨ªn ha vulnerado numerosas convenciones internacionales a las que se hab¨ªa adherido sobre discriminaci¨®n racial y sexual, tortura, trabajo forzado, derechos del ni?o o de las personas con minusval¨ªas. Con este lamentable ¨¦xito bajo el brazo, a sumar a otra operaci¨®n en marcha de ingeniera social y digital de dimensiones ins¨®litas, como es la pol¨ªtica de Covid Cero, Xi Jinping llegar¨¢ al Congreso del Partido Comunista, que se abrir¨¢ el 16 de octubre, para recabar el tercer mandato y de hecho la presidencia vitalicia. Hay eufemismos que se?alan una genealog¨ªa. En China, a una c¨¢rcel y centro de tortura se le ha llamado centro de entrenamiento y educaci¨®n vocacional. En Auschwitz, se recib¨ªa a los prisioneros bajo la frase Arbeit macht frei, el trabajo libera, escrita en la entrada del campo.